sábado, 16 de febrero de 2008

DE LA AMBIGÜEDAD

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952




Ambiguo es lo contrario a lo claro y a lo preciso, y no es lo claro y lo preciso lo que se presta al juego de los chanchulleros y tramposos. Por eso, todo aquel que se precie de ser decente, debe ser claro y definido en todos sus actos. Se debe desconfiar de una carta redactada en términos ambiguos, de los que hablan de esa forma, de los negocios que presenten esa característica…

Hablando sobre el tema de lo ambiguo puede uno referirse al caso de ciertas leyes en las que hay más mala fe que ignorancia, aún cuando la regla es que ambas concurran. Una ley que no es precisa, se presta a diversas interpretaciones, que no es otra cosa que el famoso “estira y encoge” tan conocido como impopular, y que con el que tantas injusticias se cometen. “Dejar la puerta abierta” dicen en su léxico los señores legisladores… Y todos sabemos lo que esa “puerta abierta” quiere decir.

Todo lo ambiguo encaja perfectamente en los hombres perversos y de mala fe.

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