Por: José tamborrel Suárez
Año: 1952
VIVAMOS contentos, con el alma despierta a las maravillas que nos rodean, y a las cuales no concedemos importancia alguna.
LA alegría sienta bien a todos. Tan hermosa es en un niño, como en un anciano. No hay nada que adorne más a la gente.
EL valor de la alegría es incalculable, si se considera el precio de la dicha… Tan escurridiza y difícil de obtener.
LA alegría del corazón general alegría al cuerpo.
UNA consecuencia del buen estado de ánimo es la alegría. La alegría es un movimiento de ánimo grato y vivo, ya por algún motivo halagüeño o muchas veces sin causa determinada. La verdadera alegría solamente la disfruta la gente sana de cuerpo y espíritu. La gente perversa jamás siente alegría, lo más que suele llegar a sentir son satisfacciones pueriles de corta duración. La alegría es la dicha, es el gusto de vivir…
HAY que sentir y dar alegría arrojando de cuando en cuando una moneda en el camino, para que otro la vea y la recoja. Hallarse una moneda siempre produce una gran impresión. ¡En realidad cuesta muy poco proporcionar esa alegría a los demás!... ¡hay que gozar, tirando una moneda y viéndola recoger!
LOS que silban lo hacen por dos motivos completamente diferentes: por alegría o por timidez.
SI existe algo que de veras de muy adentro de nosotros, es la alegría.
VIVAMOS contentos, con el alma despierta a las maravillas que nos rodean, y a las cuales no concedemos importancia alguna.
LA alegría sienta bien a todos. Tan hermosa es en un niño, como en un anciano. No hay nada que adorne más a la gente.
EL valor de la alegría es incalculable, si se considera el precio de la dicha… Tan escurridiza y difícil de obtener.
LA alegría del corazón general alegría al cuerpo.
UNA consecuencia del buen estado de ánimo es la alegría. La alegría es un movimiento de ánimo grato y vivo, ya por algún motivo halagüeño o muchas veces sin causa determinada. La verdadera alegría solamente la disfruta la gente sana de cuerpo y espíritu. La gente perversa jamás siente alegría, lo más que suele llegar a sentir son satisfacciones pueriles de corta duración. La alegría es la dicha, es el gusto de vivir…
HAY que sentir y dar alegría arrojando de cuando en cuando una moneda en el camino, para que otro la vea y la recoja. Hallarse una moneda siempre produce una gran impresión. ¡En realidad cuesta muy poco proporcionar esa alegría a los demás!... ¡hay que gozar, tirando una moneda y viéndola recoger!
LOS que silban lo hacen por dos motivos completamente diferentes: por alegría o por timidez.
SI existe algo que de veras de muy adentro de nosotros, es la alegría.
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