Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952
El ahorro individual generalizado, constituye de manera efectiva la riqueza y bienestar de la nación.
Antes para ahorrar, se necesitaba ser hombre de juicio, económico, medido, sensato. Ahora, en estos difíciles tiempos, lo que se necesita es ser mago y tener tratos secretos con el mismo diablo.
Cuando un hombre permite que su esposa o sus hijos contraigan deudas, está renunciando a su tranquilidad y a su posición de hombre libre.
Vivir al día es vivir en el aire. Es caminar a ciegas sobre una cuerda. El más insignificante tropiezo significa la caída mortal.
El ahorro tiene una terrible enemiga: la moda.
Muchos infelices jamás pueden ahorrar nada por "guardar las apariencias".
Lo más bello del ahorro es que significa esperanza...
martes, 15 de enero de 2008
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