Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952
El abandono que se observa en todas partes, es una de las muchas consecuencias de la falta de espíritu de la gente. Está tan preocupada se sí misma, tan empeñada en una serie de tonterías y cosas vanas, que no se da cuenta sino de aquello que ya materialmente se le echa encima. La gente de una calle puede saltar diariamente sobre un enorme bache ¡y esto por muchos años! sin que a nadie se le ocurra mandarlo tapar, así esto no represente más esfuerzo que decirle a un ayudante o a un miembro de la familia que vaya a la calle y tape el bache que está enfrente, o en última instancia hacerlo uno mismo.
En todo lo que abandonamos existe siempre una razón, que va desde el olvido a la desidia.
Las obligaciones son el todo en el individuo. No es posible hacerlas a un lado sin sufrir inmediatamente las consecuencias.
No abandonamos jamás a los que necesiten de nosotros. En estos En estos casos es donde podemos demostrar nuestra decisión y nuestro carácter, y sobre todo, lo que valemos…
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