Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952
Aristocracia quiere decir gobierno en el que solamente las personas más notables del Estado. Clase noble de una nación y clase que sobresale de entre las demás de una misma especie por alguna circunstancia, como cuando SE DICE: ARISTOCRACIA DEL SABER, DEL DINERO, DEL DINERO, ETC. Etimológicamente considerada la palabra aristocracia, quiere decir gobierno de los mejores. Existen aristocracias hereditarias, indeocráticas, senatoriales, hierocracias, militares, territoriales y plutocráticas, basadas respectivamente en los vínculos de la sangre, el talento, el respeto a una edad avanzada, el el predominio del sacerdocio, en el poder de la fuerza armada o el influjo de la riqueza; pero con mas frecuencia se aplica este nombre a la clase social constituida por el nacimiento en estado de privilegio. El fundamento mas antiguo de la jerarquía de la clase social ha sido el relativo a la herencia, que se impuso por las circunstancias, tratando de justificarse por el parecido entre padres e hijos, considerándose que al recibir de los padres una educación análoga a la de ellos, forzosamente habría una semejanza en sus facultades, carácter, personalidad, cultura, etc., heredando, asimismo, el concepto del honor de la familia y el apego a las tradiciones. Pero con el tiempo se ha visto que es un error, puesto que los hijos raramente heredan las virtudes, talento y laboriosidad de sus padres, ni tampoco el concepto de honor y dignidad de aquellos. Los individuos llevan el nombre de otros a quienes sucedieron; pero esto no quiere decir que procedan de una raza homogénea, sino de muchas que se han unido sucesivamente, siendo una mera ficción el que en las genealogías se considere solamente la cadena de la paternidad, y es justamente de esta ficción, que tan a las claras se comprende, de donde se basa en derecho la aristocracia. En esta clase no existe equidad pues el linaje de la madre no se toma en consideración, concentrándose en el hombre, y oponiéndose en la emancipación e igualdad de la mujer. Existe también algo que repugna con la equidad y la razón, y es que al primogénito se le concede todo, aunque carezca de virtudes y en nada se parezca al autor de sus días, estableciéndose así una peligrosa diferencia entre hermanos. La sociedad actual desea que cada quien sea juzgado y considerado según sus propios merecimientos.
La única aristocracia digna de respeto es la del talento.
Hasta cierto punto es natural que la mayor parte de los aristócratas sean brutos. No puede ser de otra manera si se considera el complejo de superioridad que sufren.
La Naturaleza no ha establecido diferencias en el ser humano. Para Ella todos nacemos y morimos en idéntica forma.
Por lo general, los verdaderos aristócratas no son antipáticos. Pero los que sí lo resultan y mucho, son los que se lo creen sin serlo, los eternos advenedizos, los que buscan alianza para lograrlo, los que compran títulos…
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