Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952
Una armonía perfecta rige hasta en la cosa más insignificante del Cosmos Infinito. Así, el que comete una acción contraria al bien o a la razón, de hecho está desarmonizado… y esa desarmonización acarreara, sin el menor lugar a duda, las consecuencias correspondientes a su acción.
Siendo el Ser Humano uno de los mejores exponentes de la Armonía Universal, es natural que sienta hacia ella una fuerte inclinación, y en todos sus actos trate siempre de encontrarla… (El Ser Humano todo lo trata de armonizar de acuerdo con su capacidad e ideas).
Atentar es desarmonizar. El que desarmoniza forzosamente tiene que sufrir las consecuencias grandes o pequeñas, según haya sido su acción.
Querer vivir en sociedad y obrar como si no se viviera y se formara parte de ella es un contrasentido.
El equilibrio se establece con la disparidad y antagonismo de las cosas. Es como la armonía en la música, que se crea con el conjunto de diversos sonidos. En la mayor parte de las cosas hay que buscar los contrastes para poder establecer el equilibrio o la armonía.
Armonía llama armonía…
Uno de los mejores secretos para la vida venturosa, es saber armonizar todo lo que es de uno.
La armonía nace del concurso de dos o más efectos, sean estos cuales fueren, no pidiendo existir en uno solo. Sin la armonía no es posible la existencia de nada. Ella constituye la base de todo.
Armonía quiere decir justa proporción, que es lo que hay que tratar de buscar en todo: en nuestras relaciones con los demás, en nuestros tratos, en nuestras cosas en general.
Hija predilecta del espíritu es la armonía.
Armonía es tranquilidad, es belleza, es dulzura…
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