miércoles, 23 de julio de 2008

DE LOS ANTEPASADOS

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


El árbol genealógico es una descripción figurada en forma de árbol, en que se presenta la genealogía de una familia, es decir, la ascendencia, descendencia y demás relaciones de parentesco entre los individuos que la componen. Aparte de la utilidad en los casos de ciertos derechos y cuestiones legales, el árbol genealógico es muy interesante, pues por él se conoce la ascendencia, grado de parentesco que une con otras personas, etc. El ordenamiento de un árbol genealógico presenta muchas sorpresas, pues de manera clara y precisa indica los diversos grados de parentesco que se tiene con personas que uno ignora, y que, sin embargo, llevan la misma sangre y tienen el mismo origen. La gente, preocupada por sus problemas y atada como siempre a su egoísmo, poco caso hace de su origen y de todo lo relativo a ello, excepto cuando le conviene, al grado que es rara la que sabe algo más, aparte de sus abuelos… ¡y eso ya es mucho decir! Los árboles genealógicos deben hacerse de arriba para abajo, colocando primeramente al fundador y primer ascendente de la familia. De izquierda a derecha y por orden cronológico, se colocan los descendientes por generaciones, de modo que todos los que estén en el mismo grado formen una línea recta horizontal. Las generaciones se unen entre si por medio de una perpendicular. Los matrimonios por una curva, que une las casillas por los costados. En ocasiones se suprimen estas líneas de unión en los matrimonios, poniendo la casilla de la persona de que se trata, el nombre de aquella con quien se casó. Si existe duda sobre el parentesco de alguna persona, se deja suelta la casilla que debería corresponderle. Para facilitar las citaciones de las personas que figuran en el árbol genealógico, se numeran las casillas, principiando por el primero de la parte superior izquierda.

Date cuenta que lo de los antepasados si tiene importancia… Y piensa en el papel tan lleno de responsabilidades que lo futuro implica para ti…

¡Qué menos puede uno desear que saber de dónde viene!... Las extensas ramificaciones que presenta un árbol genealógico son de tal manera interesantes, que bien vale la pena llevarlo.

Muy útil e interesante es llevar fielmente el árbol genealógico de la familia.

Todos tenemos:2 padres.4 abuelos. 8 bisabuelos. 16 tatarabuelos.

¡De ahí la posibilidad de que todos seamos hermanos!...

Nada pueda oponerse a esa gran fuerza que es el atavismo. Sin embargo…

Crea tu propia personalidad, imponiendo cuanto sea necesario el posible atavismo que sientas pesa sobre ti.

Todos estamos sujetos a esa gran fuerza que viene de atrás que se llama atavismo o tendencia retrograda, que se define como la propensión que tienen los hijos a heredar de sus antepasados características de color, facciones, manera de ser, inclinaciones, etc.

Guardar respeto a los ascendientes de uno, es guardárselo a sí mismo.

En realidad no somos dueños ni de nosotros mismos. Formamos parte de un conjunto que viene de muy atrás… ¡y que quien sabe hasta dónde puede llegar!...

Es nuestro deber tratar de conservar, aumentar y mejorar lo que nuestros antepasados nos legaron.

En muchos aspectos nuestra personalidad es producto de nuestros antepasados.

Los valores morales, espirituales e intelectuales, son científicamente el reflejo de nuestra constitución física, dependiente de nuestra composición química, dicho esto de una manera muy especial, por lo que a la conformación, condiciones y particularidades del cerebro se refiere, tomando en consideración del resto del organismo. Y si estas cosas inmateriales son reflejo de las físicas, y estas de la herencia, se llega a la conclusión de que lo que somos, lo que logramos, etc., etc., procede de esas fuerzas venidas de atrás.

Es muy importante todo lo relativo a la ascendencia, ya que lo que somos, en lo físico, moral, espiritual y social, se lo debemos en gran parte a ella. Podemos haber nacido con una lamentable constitución física, pudo nuestra moral haber naufragado en alguna ocasión, pudo habernos faltado oportunidad o ambiente para una educación espiritual, socialmente, pudimos haber venido al mundo en condiciones adversas. De todo ello, y desde cierto punto de vista, los responsables son nuestros ascendientes. Pero cuando a pesar de todas esas circunstancias, nos elevamos, desarrollándonos moral, espiritual, física y hasta económicamente, pensamos que lo hemos logrado por nosotros mismos, por nuestro esfuerzo e inteligencia… ¡y nada más inexacto! Lo hemos obtenido a través de fuerzas ocultas en nosotros mismos, venidas de atrás, de nuestros antepasados, heredadas de ellos, y que pudimos desenvolver gracias al favor de condiciones y momentos determinados.

Hablando de los antepasados y por lo que a la familia se refiere, no debe haber orgukllo por descender de ricos, nobles, mandatarios de otros tiempos… pero sí por descender de hombres buenos, honrados o sabios.

¡Pobres los que por poseer títulos de nobleza se sienten superiores a los demás! Su necio orgullo les impide vivir la realidad y conocer tantas cosas, que sólo es posible, cuando se vive despojado de prejuicios y falsa ideas de grandeza.

Poseer títulos de nobleza y guardarlos, ¡magnífico! Pero, exhibirlos, ostentarlos, “darse taco” y presumir de ello, es sencillamente estúpido… ¡mucho, muy estúpido!...

México está sufriendo de una verdadera plaga de títulos nobiliarios. ¡Ya ni se “aguanta” a tanto “príncipe”!

Las obligaciones que tenemos contraídas con nuestros antepasados son ineludibles, si consideramos que a ellos les debemos absolutamente todo.

El porvenir está íntimamente vinculado con el pasado.

CRITIQUILLAS X

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


Un detalle que muestra el carácter fiestero y despreocupado del mexicano, es que México es el único país en donde se celebra con dos días festivos la fecha de la Independencia. En todos los países del mundo existe un día dedicado a esta celebración. México disfruta de dos: el 15 y el 16 de septiembre; pero estos dos días se convierten a veces en tres, en cuatro o en cinco… ¡según el humor colectivo!...

En pueblo de México vive atormentado de anhelos por una vida político-social mejor. Está seguro de que no es feliz y de que carece de todo por culpa exclusiva de sus Gobiernos. Esta idea, que predomina en las clases populares, solamente podrá desaparecer el día en que pueda elegir con toda su libertad a sus dirigentes. Mientras los Gobiernos sean impuestos, no podrá pensar de otra manera y vivirá desconfiado y molesto… (Y un día puede estallar).

He observado con mucha frecuencia que en la mayor parte de los edificios públicos de la ciudad de México, lucen en lugares bastantes visibles, sendas placas de bronce o mármol –indudablemente muy costosos--, con leyendas como esta: “Este edificio es propiedad del Departamento Central del D.F.”… ¿Acaso habrá habido quien dispute el derecho de propiedad sobre tales edificios públicos?...

Los mexicanos no estamos habituados a analizar las cosas. Nos inclinamos en un sentido u otro, influidos por simples rumores o noticias de prensa… Muchas veces nos inclinamos ante determinado lado, simplemente por instinto; pero lo general es que lo hagamos por imitación.

La Ley del Amparo, de la que México se siente orgulloso, no ha servido para otra cosa que para proteger bribones. Los hombres honrados desconocen los beneficios del Amparo… Los bribones siempre llevan uno en la bolsa. Esta es una de las Leyes que más perjuicios ha causado a la sociedad… y, sin embargo, nadie protesta.

¡Va de guasa…! El pueblo de México siente gran admiración por uno de sus Presidentes, que siempre demostró rara habilidad para posponer los problemas que necesariamente se presentaron en el curso de su gestión. Tal habilidad mostró en esto, que el pobre pueblo se hundió en complicaciones y miseria. Se le recuerda con el célebre alias de “El Gran Componedor”… A este señor, se le olvidó incluir en el programa del gobierno, la siguiente frase, que hubiera estado muy bien: “Todo problema grande o pequeño que se presente, será invariablemente pospuesto, tantas veces como sea necesario”. De haber incluido esta frase en su programa, hubiera sido lo único que realmente cumplió… (¡Vaya que si lo cumplió!).

¿No creen ustedes que es una alcahuetería de muy mal gusto lo de la fiesta de “La Flor más Bella del Ejido?

En México, tan lleno de calamidades, se ha soltado últimamente una verdadera de dizque “nobleza auténtica”, que ya nos tiene “fritos”. Lo que más abunda son los príncipes. Cualquier tipo mugroso le resulta a uno de la más rancia nobleza europea. ¡Difícil es ir a cualquier parte sin dar con un señor de estos!... Lo curioso es que la prensa en general es la que mejor les hace “su juego”. ¡Tal parece que fuera monarquista!... ¡Y lo peor de todo esto, es que todavía hay tontos que se dejan deslumbrar por esos!...

México, ¡nuestro pobre y querido México! Está sufriendo una incontenible fiebre de títulos (ridículos y sin sentido)… En sociedad, el que carece de un titulillo ¡está reventado!... La lucha por obtenerlos está en auge. Los nuevos ricos agonizan por uno, ¡Cualquiera que sea! ¡Eso no importa! Son incapaces de cooperar con cincuenta pesos a una de servicio social; pero por un título darían cientos de miles de pesos… ¡millones!... ¡Qué alegría! ¡Qué orgullo poderse llamar marqués de Tepito, duque de Ixtacalco, barón de la Tlaxpana o conde de Barbastenango!... ¡Si la gente que exhibe títulos de nobleza supiera el ridículo que hace…!

En México, sistemáticamente se hace el ridículo cuando se trata de la visita de algún personaje importante. En lugar de ser tratados con exquisita finura, discreción y tacto, haciéndoles sentir nuestra hospitalidad, se les molesta y se les fatiga sin cuento, atiborrándolos se ceremonias, actos, festejos, mariachis, sombreros de charros, indigestas comidas y cansados recorridos. Es natural que esta gente, a las veinticuatro horas de estar con nosotros, trate de escapar, buscando cualquier pretexto. No hay resistencia física que soporte que soporte la oficiosidad, algarabía y molestias de que rodea a esos infelices. La nota más extraordinaria de estas “fiestas” la dan los eternos vividores, que como arte de magia aparecen por millares, todos esgrimiendo derechos, todos dispuestos a dar la batalla a como dé lugar… Centenares de funcionarios que a toda costa quieren tener el “honor”… y junto con ellos, sus señoras esposas, hijos, primos, cuñados, sobrinos y suegros… ¡Inútil decir, que el pueblo descalzo y hambriento es el que paga!... Los dineros del pueblo se dilapidan; pero los charros y las chinas poblanas sintéticas se salvan… y miles de burócratas estómagos se dilatan de materiales satisfacciones… (Y como si todo lo anterior no fuera ya demasiado, siempre después de esas fiestas de agasajo, aparece por ahí un nuevo rico).

Un señor Secretario de México, de uno de tantos “desgobiernos” que hemos sufrido, me decía en cierta ocasión: “Yo y el señor Presidente, estamos de acuerdo en hacer de la ciudad de México un gran puerto del Atlántico… ¿Cómo dijo?..pregunté azorado--, ¡Lo que oyó mi amigo…! Pensamos hacer de México un gran puerto de mar… Naturalmente pensé que se trataba de una broma, y quise cambiar de conversación; pero el señor Secretario no lo permitió, y haciéndome sentar a su lado, me explicó; Si la ciudad de Los Angeles, Cal. Pudo convertirse en puerto estando a gran distancia del mar. ¿Poe qué nosotros no lo vamos a poder hacer?... Huelgan comentarios.

domingo, 6 de julio de 2008

DEL ANTECEDENTE

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952

He aquí dos frases relativas al antecedente:
  • La gente es lo que sus antecedentes.
  • El mejor retrato de un hombre se pinta en sus propios antecedentes.
Al antecedente no se le concede la importancia que tiene. Los fracasos y disgustos que se podrían evitar con su conocimiento serían infinitos. Excepcionalmente los individuos suelen modificar su carácter, temperamento, inclinaciones, etc.; pero la regla es que la gente sea como es, y que su manera de ser se afirme aún más con el tiempo, con ligerísimas variantes. Se debe presumir que el individuo que fue separado dos veces de su empleo, por pendenciero, vuelva a tener pendencia en su nuevo trabajo; que el que haya sido acusado por tal o cual delito, vuelva a repetirlo; que la mujer que ha sido casquivana, vuelva a sus andadas, y así por el estilo… Parodiando el viejo refrán español, que dice: ---“Dime con quién andas y te diré quién eres” o bien: ---“dime sus antecedentes y te diré quién es” o ---“genio y figura hasta la sepultura”.

Acostúmbrate a juzgar a la gente por sus antecedentes. Así te evitarás muchos desengaños y fracasos. La gente es como es y difícilmente cambia.

DEL ANTAGONISMO

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


Antagonismo es rivalidad, oposición habitual, especialmente en doctrina y opiniones. El antagonismo por lo que a esto último se refiere, existirá en tanto la humanidad también exista. Nada más natural que la gente piense diferente y guste sostener sus ideas. El antagonismo entra dentro del amplio campo del fenómeno de la separatividad, que tanta importancia tiene, ya que es uno de los principales que rigen los movimientos de la humanidad. Para que no exista el antagonismo no es necesario que haya ataque u ofensa, basta que exista diferente manera de pensar.

El antagonismo entre fuerzas escogidas y elevadas es siempre fuente de luz.

En pocas cosas se pueden observar más tonterías, que en los antagonismos en donde hay juego de pasiones.

Las controversias en gente bien preparada son siempre interesantes, porque gracias a ellas pasan torrentes de luz que iluminan la razón y la verdad.

DE LA ANSIEDAD

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952

Ansiedad es un estado de agitación, inquietud o zozobra, que se produce por una variedad de causas, con la particularidad de que no es general en todos, ya que hay quienes jamás la sienten.
La ansiedad es un reflejo del estado nervioso. A medida de que los años pasan, la ansiedad por las cosas disminuye. La vida nos enseña que no hay razón para esperar las cosas con ansia, pues estas llegan justamente cuando deben llegar, ni un instante menos, ni un instante más. Son como las flores y los frutos que se producen y transforman en el tiempo preciso sin atrasarse ni adelantarse jamás. Por otra parte, muchas de las cosas que esperamos con ansia y como definitivas, resultan a la postre inútiles y sin sentido.
Domina tu ansiedad. Ten la seguridad de que no por lo que la sientas, las cosas se realizarán más de prisa ni mejor.

DEL ANONIMO

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


Las cosas de los hombres se desenredan por si solas… y cada quien se lleva ¡su merecido!... ¿Para qué, pues, la denuncia o el anónimo?

Se puede saber si se es hombre de principios cuando al recibir un anónimo se acepta o se rechaza… ¡Se lee o se destruye!...

El anónimo siempre es portador de un daño, aun cuando pueda parecer que trae visos de favor o de servicio.

DE LOS ANIVERSARIOS

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


En cada cumpleaños nuestro: nuevas promesas, mejores propósitos… y siempre una mala costumbre menos.

Conmemora cada año lo que sea digno de ello, y en cada aniversario de tu vida redoble los esfuerzos para ser mejor.

Días antes de nuestro cumpleaños debemos ir pensando en una nueva vida, en cambiar nuestras costumbres por otras mejores, mediar sobre nuevos propósitos, reflexionar sobre nuestra actuación pasada; pero especialmente sobre el año nuestro que está por terminar… Considerar nuevos y más amplios senderos para nuestro desarrollo espiritual y para perfeccionarnos en todos sentidos, y así llegar ¡al día! Pero en lugar de pasarlo tontamente, tal como es costumbre… pasarlo en la soledad del campo, viéndolo transcurrir lentamente, con la dulce y confiada perspectiva de días mejores.

DEL ÁNIMO

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


El ánimo tiene una importancia capital. El ilustre LORD CHESTERFIELD. Decía: --“Fortuna perdida, nada perdido; honor perdido, mucha perdido; ánimo perdido, todo perdido”.

Nuestra insignificancia o grandeza está enteramente de acuerdo con nuestro ánimo y nuestras aspiraciones.

Se debe tener ánimo para todo: para vivir, para trabajar, soportar reveses, dolores, penas morales… Por otra parte, hay que dar ánimo a los demás, ayudándolos a subir la cuesta. El ánimo constante en todos los actos de la vida, se traduce en bienestar, en éxito… El ánimo es constructivo…

Nuestro bienestar físico siempre dependerá de nuestro estado de ánimo, y consecuentemente de nuestro espíritu.

CRITIQUILLAS IX

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


Aunque estoy completamente seguro que nadie en México lo creerá, doy mi palabra, de que hace años tuve la suerte de saborear un vaso de leche pura en la capital de la República.

El peor defecto de nosotros los mexicanos es la falta de austeridad… Además, somos terriblemente vanidosos.

¡Pobre de la Alameda Central de la ciudad de México!..., Después de más de cuatrocientos años, todavía sus callejuelas son de vil polvo (polvo en las secas… y lodo en las lluvias).

En México, los llamados “camellones” que se construyen en la parte media de las principales calles, no sirven para otra cosa que para basureros… ¡Quizá para eso los construyen y los ignorantes vecinos ni siquiera los sabemos!

El problema de tránsito de la ciudad de México, lo constituye principalmente la falta de apertura de infinidad de calles tapadas… Zonas enteras bloquean el tránsito; Mercado de la Merced, mercado de San Juan, Estación Central de los FF. CC., Aduana de Santiago, ríos de la Piedad, Churubusco…

¿Algún día la ciudad de México tendrá un mercado decente?... ¡Sólo DIOS lo sabe!...

¿La vergüenza de la Ciudad de México? ¡Hombre! ¡Sus camiones!...

¿Se podrá algún día transitar por las callejuelas de los jardines de la ciudad de México sin ensuciarse el calzado de polvo o de lodo?

Cuando se termine se terminen definitivamente las legendarias obras de introducción de agua a la ciudad de México procedentes del río Lerma, lo más probable es que éste ya no lleve agua, ya que su Cuenca Hidrográfica ha sido totalmente devastada.

Los periódicos al referirse a los aviadores mexicanos, siempre los califican de “gloriosos” (ahí entra nuestra inveterada vanidad)… Yo me pregunto, ¿de dónde vendrá la gloria?...

El hecho de que anualmente traten de emigrar de nuestro país centenares de miles de campesinos, procedentes de regiones donde el agrarismo “ha triunfado”, demuestra “un algo” que es urgente investigar…

No hace mucho, conocí por ahí a un gran bribón, que por medio de qué sabe qué artes, obtuvo uno de los puestos “más jugosos” del Gobierno. El hombre luchó hasta lo imposible por hacer fortuna; pero sin resultado. Decepcionado se retiró y estableció una modesta frutería, con la cual en poco tiempo se hizo millonario. (Raro es el que no se hace millonario comerciando con artículos de primera necesidad y con la miseria y necesidades del pueblo).

Más importante que la construcción de escuelas, presas y oleoductos, etc., es lo relativo a la reforestación del país. Se debe organizar una campaña en la que tomemos parte todos los mexicanos sin excepción… Centenares de miles de hombres, la totalidad del ejército, los niños de las escuelas… ¡todos!... sembrando árboles… Viveros de árboles en todas las poblaciones con más de doscientos habitantes…

Ahora está de moda que cinco o seis bribones se pongan de acuerdo, junten entre todos cuarenta o cincuenta pesos, y manden hacer un letrero de madera o lámina que diga: “COLONIA AGRICOLA… aquí el nombra de un Presidente de la República”… Ese letrero lo colocan en una zona rica en bosque, principalmente sobre una carretera… ¡y a talar árboles impunemente!... ¡a saquear!... ¡a reírse de todos, inclusive de las autoridades a quienes sorprenden con dizque influencias!… ¡a desolar la región!... ¡a enriquecerse sin medida!... ¡Bendito país en que se pueden hacer estas cosas impunemente!...

En la forma que se hacen las elecciones en México, se presta a escoger cuidadosamente a los individuos. No hay excusa para que sean estúpidos o bribones. ¡Tan sencillo que sería escoger a los mejores!

Día a día, los vagos de oficio, que por regla general forman parte de la bienaventurada burocracia, inventan más y más días festivos. Han creado el día del soldado, del policial, del bombero, del cartero, del telegrafista, del maestro, de la madre, del niño… De seguir así las cosas crearán el día del primo, del cuñado, del tío. Del “coyote”, del “mordelón”… y quizá hasta el del ratero (miembro abundante en nuestra sociedad). Por lo pronto, al estar escribiendo estas líneas, me entero del proyecto de establecer el día del sirviente… Ese Apia, según piensan, los patrones se convertirán en criados… y los criados en patrones. La fiesta consistirá en que ese día los criados se sientan amos, y como tales, puedan hacer lo que estos hacen con aquellos…

El machismo en el mexicano no es otra cosa que uno de sus peores complejos de inferioridad.

Al mexicano que carece de educación, cultura, medios económicos, salud, protección, etc., no le queda otro reducto que su decantado “machismo”.

El machismo en el mexicano no es valentía: es ignorancia.

¡Cosas de nosotros!... En un banquete en el cual nos hallábamos reunidos más de doscientos hombres, la mayor parte de más de cuarenta años, se le preguntó a uno por uno si alguna vez había votado… ¡ni uno solo lo había hecho!...y lo que es peor: ninguno pensaba hacerlo en tanto el gobierno hiciera el gobierno… Todos pensamos: ¡Si esto pasa entre los hombres mejor preparados!... ¿qué será con los demás?

Los que repartieron los bosques que rodean el Distrito Federal, para convertirlos en ejidos, estarán contentos en haber logrado el cambio de nombre de esta Entidad, la que ahora, con justa razón, se llama: Distrito Terrenal… Las ricas zonas boscosas que eran orgullo del Valle de México, fueron brutalmente taladas por los ejidatarios, a quines el Gobierno dotó de esas tierras dizque para sembrar maíz… ¡Perdónalos, Señor…! Con ello la Ciudad de México quedó definitivamente condenada al polvo, las tolvaneras, las epidemias…

¿Cómo puede esperarse que el pueblo de México pueda ser culto, si el sueldo medio general es de seis pesos diarios y un libro cuesta quince, veinte, treinta?

El Papa Alejandro VI, el Borgia más terrible de todos, era un santo comparado con muchos de nuestros presidentes municipales. Estos son verdaderos señores de horca y cuchillo. (Con sus excepciones naturalmente).

México es el país de las fiestas y de los días de descanso… Las fiestas y los días de asueto se suceden sin cesar. Todo es un pretexto para no trabajar… El día primero de enero, porque es el primer día del año; el seis del mismo mes, por ser los Reyes Magos; luego la Candelaria, Carnaval, Fiestas de la primavera, Semana Santa, Corpus, San Juan, 5 de Febrero, 5 de Mayo, Fiestas Patrias, Día de la Raza, Día de Muertos, Todos Santos, Posadas, Navidad, Fin de Año, etc. etc. etc.…. Dentro de los etcéteras pueden considerarse perfectamente unos veinticinco o treinta días más por los natalicios de los próceres, día del soldado, de la bandera, aniversario de la Revolución, etc. etc.…. ¡y otra vez muchos etcéteras!... ¡Raro es ya el día que no es de fiesta o que no está en víspera de fiesta…

Para que se le derrame a uno la bilis no hay más que tratar de obtener una comunicación telefónica…

Un tipo se rasuró perfectamente y después fue al teléfono tratando de obtener una comunicación… Cuando por fin la obtuvo, se vio en el caso de regresar a rasurarse de nuevo…

El día primero de mayo no debería llamarse del Trabajo, sino del trabajador. El día del Maestro, no se llama día de la Enseñanza; el día del Cartero, no se llama de Correos: el día del Bombero, no se llama del Fuego…

Visto bien, el Año Nuevo debería comenzarse trabajando, ¡sobre todo en países como el nuestro en donde tanta necesidad hay de trabajar! Por principio debería trabajarse ese día.

Hacerse millonario en México es cosa por demás sencilla. ¡Basta con poner un frutería, o cualquier cosas así por el estilo!…

Comprar los aguacates o mangos a cinco centavos y venderlos a peso. ¡He ahí la modesta utilidad de un frutero de la ciudad de México!...

Un Presidente de la República mandó llamar a un compadre suyo a quien a toda costa trataba de favorecer, y sin más trámite, le ofreció la dirección del Banco de México; pero con gran sorpresa suya, el compadre le dijo: --“Si realmente quieres ayudarme, ponme una buena frutería en una de las principales avenidas de la ciudad”, (¡Y a propósito de esto!: ¿pagarán su Híncame TASS los propietarios de las fruterías?)

México es el país en donde la fruta se vende más cara… (México y Colombia son los dos países que posees la más rica y surtida variedad de frutas).

¡Qué tal si en lugar de seguir sembrando más magueyes en nuestra llanuras, sembráramos henequén!...

¡Adiós, belleza de la Huasteca Potosina!... ¡la tala de árboles acabará con todo!

“Poner muy alto el nombre de México”… ¡He ahí una frase consagrada por los periódicos, cada vez que una “artista” cualquiera visita algún país extranjero!... Según la frasecita se marras, basta que una actriz “de medio pelo”, una cantante de tipo “romántico” o una cancionero se voz aguardentosa (¡ay! ¡Por desgracia tantas!), visite algún país, para que inmediatamente nuestros periódicos digan que “está poniendo muy en alto el nombre de México”… ¡Pobre México!...

Un viejo político comentaba que para triunfar en alguna elección, lo más seguro era contar con una hermana bonita…

Creo que ya es tiempo de dignificar la política de en México. El momento se presta.

Una sola palabra de “arriba”… ¡y adiós pistolerismo!

¡Vaya nombrecitos que le dan al remedo de elecciones!... “Justa política”, “Fiesta cívica”, “Justa cívica”, “Superación de civismo”… (Me gustaría conocer al burlón que las inventa)…

Lo que yo jamás me he podido explicar es por qué “los que mandan” no imponen, en las elecciones, a los hombres buenos y de valer. Si cometen el delito de imposición, siempre que lo hicieran con hombres decentes, bien preparados, patriotas…