Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952
Por ahí anda un chiste a costa de las señales de tránsito en la ciudad de México… “Cuando estés en un crucero y veas la luz roja, no se te ocurra atravesar; si es amarilla, duda mucho en hacerlo; pero si es verde ¡DIOS te libre de intentarlo!...
Año: 1952
Por ahí anda un chiste a costa de las señales de tránsito en la ciudad de México… “Cuando estés en un crucero y veas la luz roja, no se te ocurra atravesar; si es amarilla, duda mucho en hacerlo; pero si es verde ¡DIOS te libre de intentarlo!...
Hay gente a quien le luce mucho lo que gana, Verbi.-gratia, algunos buenos funcionarios del Gobierno, que, percibiendo modestos sueldos, de acuerdo con lo poco o nada que hacen, viven como millonarios en suntuosas residencias, poseen ranchos, amantes, etc.….
¡Dios nos libre en México de alguna plaga como la de la “Mosca Prieta”, “Fiebre Aftosa”, “Langosta”, o cualquier otra! Y no por la plaga, sino por la odiosa burocracia que inmediatamente se crea, y que resulta infinitamente peor que el mismo mal.
Voltaire, decía, refiriéndose al abuso, que el catálogo de éste no podría contenerse en ninguna biblioteca por grande que fuera. Y yo, humildemente digo, que el catalogo de las arbitrariedades y abusos que siempre hemos sufrido los mexicanos, no cabrían en toda las bibliotecas del mundo, da tal manera han sido tantos. En México, solamente ha imperado el capricho y la voluntad de unos cuantos bárbaros apoyados por la fuerza y por nuestra increíble pasividad. Ellos han hecho del país lo que han querido, sin importarles la opinión y sufrimientos del pueblo…
No ha habido nadie que haya convivido con los diversos grupos indígenas que viven en México, que diga que son inmorales o perversos. Al contrario, todos se hacen lenguas de sus costumbres morigeradas, su frugalidad, espíritu de justicia y otras virtudes. Todo lo anterior no podría decirse del indígena salido de su medio, el cual por razones defensivas, desconocimiento del ambiente, diferencia de costumbres, etc., pierde u oculta sus virtudes, volviéndose desconfiado, ladino, ventajoso, inconsiderado…
En México está abolida la pena de muerte desde hace muchos años… ¡En verdad, no sé que opinar de esto! Desde luego, la ley relativa es muy avanzada y muy propia para un país civilizado. En Suiza, Dinamarca, Suecia, Noruega, Bélgica estaría perfectamente… En México, donde no existe la pena de muerte, la hola de sangre nos ahoga… ¡ya no sabemos que hacer!... Por otra parte, la llamada Ley Fuga se aplica con bastante frecuencia en diversos lugares del país.
En los Estados Unidos de Norteamérica existen cerca de dos mil museos de diversa índole, considerando los públicos y los privados… ¿Con cuantos en México, que es un país más viejo, de mayor tradición e historia?
¡-Sí, señores!, lo que voy a decir es verdad. Les doy mi palabra… En una ocasión un cartero me detuvo a mitad de la calle para preguntarme qué decía un sobre, porque según me confesó “NO SABÍA LEER”… ¿y cómo entrega usted las cartas? –le pregunté--, “Pos” preguntando, mi jefe –me respondió… Y así como anda este servicio público… los demás.
Creo que si el Gobierno conmemorara menos aniversarios y trabajara más, haría cosas mejores.
En México, lo de la expropiación de las compañías petroleras extranjeras, fue quizá bueno… ¡Lo malo, es la “lata” que cada año dan con la conmemoración, los discursos, y las estupideces que dicen y, sobre todo, que hablen de independencia económica de un infeliz pueblo como el nuestro, siempre enfermo, siempre en la miseria, siempre en calzón blanco y descalzo! ¡Un pueblo que carece de todo!... Francamente resulta una cruel burla hablar de independencia económica, cuando se está muriendo de hambre.
Todas esas fiestas que patrocina el gobierno, como las de la “Primavera”, “La Flor del Ejido, “La Adelita más airosa”, e5tc., jamás gozan de la simpatía del pueblo, que las considera como una forma y un pretexto para que se diviertan los de “arriba”… ¡Y tienen razón!...
Desde hace más de cincuenta años todo el mundo sabe que Tabasco es innecesariamente rico en petróleo, que existe ahí una extensa zona conocida por los grandes “trusts” petroleros con el nombre de “Triangulo Petrolero de Tabasco”… ¡Parece que el único que ignora todo esto es el Gobierno de México!
Para nadie es un secreto –me refiero naturalmente a la gente que entiende de estas cosas--, que en un lugar llamado “El Carmen”, cercano al punto llamado “Beluji”, en el Municipio de Tacotalpa, del Estado de Tabasco, fue ahorcado Cuauhtemoc, el último emperador azteca, justamente cuando el conquistador Hernando Cortés iba a Honduras… Después de ahorcarlo, Cuauhtemoc fue incinerado, tal como era costumbre hacerlo con los nobles aztecas… y ahí permanecieron, para después definitivamente quedarse, todos los miembros de su séquito. De ese lugar no se han movido jamás. Ahí están viviendo de acuerdo con sus antiguas costumbres, excepto las bárbaras de sacrificar niños a Tlaloc y humanos a Huichilopochtli. Ahora forman una colonia, quizá de unas cuatrocientas personas. Los patriarcas que gobiernan el grupo conocen el secreto de la muerte del emperador, y quizá hasta el lugar donde reposan sus restos convertidos en ceniza (polvo), De padres a hijos se han venido pasando el secreto… En esa región se les conoce con el nombre de indios Soca o algo parecido.
El periódico ideal sería el que dijera la verdad; pero ese jamás existirá. ¡Aunque se quisiera no podría existir!... ¡Y mucho menos en México!
Abolir la pobreza en determinados países no es cosa tan difícil como se cree. En México, por ejemplo, sería cuestión de que la cruzada relativa se emprendiera y desarrollara con toda honradez en tres períodos de gobierno. En seis años, México podría cambiar totalmente. En dieciocho ¡ni se diga!
Si los millones de soldados que figuran en los ejércitos se dedicaran a trabajar en beneficio de sus respectivas patrias, serían factores de progreso en lugar de factores de pobreza y miseria, como por desgracia son. En México, el más alto presupuesto es el de guerra. El pueblo de México tan lleno de necesidades urgentes, tiene que sostener a cien mil individuos que no producen nada. Si esos cien mil hombres se dedicaran a construir carreteras, reforestar el país, levantar defensas en los ríos para evitar inundaciones, preparar tierras para la agricultura, planificar terrenos escabrosos… ¡Otra cosa sería!...
En la ciudad de México se dan nombres muy extraños a las cosas. Por ejemplo, se da el nombre de río a un zanjón inmundo, lleno de basura y perros muertos. Así existen los famosos ríos del Consulado, La Piedad y Churubuisco. Muchos extranjeros al visitar a México y enterarse que la ciudad está cruzada de “ríos”, desean conocerlos… ¡y qué chasco! Se le da el nombre de jardín a una plazoleta abandonada y sucia, en donde apenas se distinguen las que probablemente en otro lapso fueron callecillas. Se le da el nombre de camellón a un estorbo que es regla esté siempre en mitad de la calle. Este estorbo siempre está también siempre está lleno de basura y borrachines. Nadie, que yo sepa, sabe el objeto de esos mentados camellones. Muchos creen que están hechos para arrojar en ellos los desperdicios e inmundicias, y eso hacen. Otros se suponen que están ahí para hacer más angostas las calles y entorpecer el tránsito… ¡En fin, solamente DIOS sabe para lo que están esos horribles y descuidados adefesios…! Se le da el nombre de Palacio de Justicia a… ¡bueno!... ¡lo mejor es callar!... ¿Y qué decir de lo que aquí se llama mercado, servicio telefónico, de transporte de pasajeros?...
Voltaire, decía, refiriéndose al abuso, que el catálogo de éste no podría contenerse en ninguna biblioteca por grande que fuera. Y yo, humildemente digo, que el catalogo de las arbitrariedades y abusos que siempre hemos sufrido los mexicanos, no cabrían en toda las bibliotecas del mundo, da tal manera han sido tantos. En México, solamente ha imperado el capricho y la voluntad de unos cuantos bárbaros apoyados por la fuerza y por nuestra increíble pasividad. Ellos han hecho del país lo que han querido, sin importarles la opinión y sufrimientos del pueblo…
No ha habido nadie que haya convivido con los diversos grupos indígenas que viven en México, que diga que son inmorales o perversos. Al contrario, todos se hacen lenguas de sus costumbres morigeradas, su frugalidad, espíritu de justicia y otras virtudes. Todo lo anterior no podría decirse del indígena salido de su medio, el cual por razones defensivas, desconocimiento del ambiente, diferencia de costumbres, etc., pierde u oculta sus virtudes, volviéndose desconfiado, ladino, ventajoso, inconsiderado…
En México está abolida la pena de muerte desde hace muchos años… ¡En verdad, no sé que opinar de esto! Desde luego, la ley relativa es muy avanzada y muy propia para un país civilizado. En Suiza, Dinamarca, Suecia, Noruega, Bélgica estaría perfectamente… En México, donde no existe la pena de muerte, la hola de sangre nos ahoga… ¡ya no sabemos que hacer!... Por otra parte, la llamada Ley Fuga se aplica con bastante frecuencia en diversos lugares del país.
En los Estados Unidos de Norteamérica existen cerca de dos mil museos de diversa índole, considerando los públicos y los privados… ¿Con cuantos en México, que es un país más viejo, de mayor tradición e historia?
¡-Sí, señores!, lo que voy a decir es verdad. Les doy mi palabra… En una ocasión un cartero me detuvo a mitad de la calle para preguntarme qué decía un sobre, porque según me confesó “NO SABÍA LEER”… ¿y cómo entrega usted las cartas? –le pregunté--, “Pos” preguntando, mi jefe –me respondió… Y así como anda este servicio público… los demás.
Creo que si el Gobierno conmemorara menos aniversarios y trabajara más, haría cosas mejores.
En México, lo de la expropiación de las compañías petroleras extranjeras, fue quizá bueno… ¡Lo malo, es la “lata” que cada año dan con la conmemoración, los discursos, y las estupideces que dicen y, sobre todo, que hablen de independencia económica de un infeliz pueblo como el nuestro, siempre enfermo, siempre en la miseria, siempre en calzón blanco y descalzo! ¡Un pueblo que carece de todo!... Francamente resulta una cruel burla hablar de independencia económica, cuando se está muriendo de hambre.
Todas esas fiestas que patrocina el gobierno, como las de la “Primavera”, “La Flor del Ejido, “La Adelita más airosa”, e5tc., jamás gozan de la simpatía del pueblo, que las considera como una forma y un pretexto para que se diviertan los de “arriba”… ¡Y tienen razón!...
Desde hace más de cincuenta años todo el mundo sabe que Tabasco es innecesariamente rico en petróleo, que existe ahí una extensa zona conocida por los grandes “trusts” petroleros con el nombre de “Triangulo Petrolero de Tabasco”… ¡Parece que el único que ignora todo esto es el Gobierno de México!
Para nadie es un secreto –me refiero naturalmente a la gente que entiende de estas cosas--, que en un lugar llamado “El Carmen”, cercano al punto llamado “Beluji”, en el Municipio de Tacotalpa, del Estado de Tabasco, fue ahorcado Cuauhtemoc, el último emperador azteca, justamente cuando el conquistador Hernando Cortés iba a Honduras… Después de ahorcarlo, Cuauhtemoc fue incinerado, tal como era costumbre hacerlo con los nobles aztecas… y ahí permanecieron, para después definitivamente quedarse, todos los miembros de su séquito. De ese lugar no se han movido jamás. Ahí están viviendo de acuerdo con sus antiguas costumbres, excepto las bárbaras de sacrificar niños a Tlaloc y humanos a Huichilopochtli. Ahora forman una colonia, quizá de unas cuatrocientas personas. Los patriarcas que gobiernan el grupo conocen el secreto de la muerte del emperador, y quizá hasta el lugar donde reposan sus restos convertidos en ceniza (polvo), De padres a hijos se han venido pasando el secreto… En esa región se les conoce con el nombre de indios Soca o algo parecido.
El periódico ideal sería el que dijera la verdad; pero ese jamás existirá. ¡Aunque se quisiera no podría existir!... ¡Y mucho menos en México!
Abolir la pobreza en determinados países no es cosa tan difícil como se cree. En México, por ejemplo, sería cuestión de que la cruzada relativa se emprendiera y desarrollara con toda honradez en tres períodos de gobierno. En seis años, México podría cambiar totalmente. En dieciocho ¡ni se diga!
Si los millones de soldados que figuran en los ejércitos se dedicaran a trabajar en beneficio de sus respectivas patrias, serían factores de progreso en lugar de factores de pobreza y miseria, como por desgracia son. En México, el más alto presupuesto es el de guerra. El pueblo de México tan lleno de necesidades urgentes, tiene que sostener a cien mil individuos que no producen nada. Si esos cien mil hombres se dedicaran a construir carreteras, reforestar el país, levantar defensas en los ríos para evitar inundaciones, preparar tierras para la agricultura, planificar terrenos escabrosos… ¡Otra cosa sería!...
En la ciudad de México se dan nombres muy extraños a las cosas. Por ejemplo, se da el nombre de río a un zanjón inmundo, lleno de basura y perros muertos. Así existen los famosos ríos del Consulado, La Piedad y Churubuisco. Muchos extranjeros al visitar a México y enterarse que la ciudad está cruzada de “ríos”, desean conocerlos… ¡y qué chasco! Se le da el nombre de jardín a una plazoleta abandonada y sucia, en donde apenas se distinguen las que probablemente en otro lapso fueron callecillas. Se le da el nombre de camellón a un estorbo que es regla esté siempre en mitad de la calle. Este estorbo siempre está también siempre está lleno de basura y borrachines. Nadie, que yo sepa, sabe el objeto de esos mentados camellones. Muchos creen que están hechos para arrojar en ellos los desperdicios e inmundicias, y eso hacen. Otros se suponen que están ahí para hacer más angostas las calles y entorpecer el tránsito… ¡En fin, solamente DIOS sabe para lo que están esos horribles y descuidados adefesios…! Se le da el nombre de Palacio de Justicia a… ¡bueno!... ¡lo mejor es callar!... ¿Y qué decir de lo que aquí se llama mercado, servicio telefónico, de transporte de pasajeros?...
No hay comentarios:
Publicar un comentario