domingo, 30 de octubre de 2011

DE LA CALUMNIA

Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



La calumnia es generalmente proporcionada a la importancia de la victima. ¡Tanto vales! ¡Tanta calumnia necesitas!...


Los efectos de la calumnia se pueden nulificar bastante, si se sabe conservar la calma.


La difamación es baja y por lo tanto no podrá llegar a los hombres de cierta altura.


La calumnia jamás respeta a los hombres públicos; pero hay que reconocer que ellos tienen la culpa.


La mejor fórmula para triunfar de la calumnia, es desdeñándola.


En la calumnia siempre está reflejada la envidia.


Si calumnia te calumniarán. (Con la vara que mides serán medido…)











DE LA BRUSQUEDAD Y DE LA GROSERÍA

Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Los que son ásperos en su trabajo, resultan antipáticos y molestos.


Solamente por necesidad puede hablarse con ellos. Ni los mismos familiares gustan de su trato, no soportan sus maneras. Las personas así están llamadas a ser desdichadas y a pasar la vida en continuas batallas y contratiempos…


Tras una aspereza en el hablar, siempre va otra.


La regla general es que las asperezas se cambian por asperezas.


El hombre ordinario necesita una oportunidad para demostrarlo. Proporciónesele un día de ocio en compañía de otros y dará de sí cuanto es y cuanto vale.


La insolencia que se nota con algunos automovilistas, está en consideración a la falta de costumbre de serlo--- ¡y desde luego a la falta de educación! Existe una notable diferencia entre el automovilista norteamericano acostumbrado ya por algunas generaciones al uso constante del automóvil, y la de otros países más nuevos en esto. En los primeros, hay sencillez y naturalidad. En tanto que en los segundos, hay artificiosidad y cierta insolencia, que aun los menos observadores pueden percibir. Seguramente, el tiempo borrará estas diferencias; ¡pero mientras tanto!...


Para darse cuenta de lo inconsiderada y grosera que es la mayor parte de la gente, basta oírla cuando llega a un hotel a las altas horas de la noche; taconazos, voces fuertes, risas, abrir y cerrar de puertas…


En la mayoría de las personas tomar el volante de un automóvil y dejer de ser decente es la misma cosa.




sábado, 29 de octubre de 2011

DE LOS BRIBONES

Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



El bribón jamás cambia por si solo; pero si es susceptible de que otro lo cambie.


La ceguedad de los que roban es notable. Están tan preocupados por sus fechorías que no se dan cuenta de muchas cosas, y se olvidan de esto que ya debería a pasar a der un principio: ---"Los ladrones siempre roban para los ladrones". Efectivamente, el dinero de un ladrón, tarde o temprano va a parar a manos de otro ladrón…


Si nadie sabe para quien trabaja, entendiéndose esto en actividades honradas, mucho menos los que lo hacen por medios ilícitos.


Están muy equivocados los ventajosos, que se suponen que lo que han obtenido será para ellos. Esto jamás sucede… Que observen a su alrededor y vean a donde van a parar todas esas fortunas mal habidas… ¡Y a la viuda que lo derrochará con otro!... ¡Y a las hijos que la dilapidarán en francachelas y vicios!... En ellos mismos, que invertirán en malos negocios, que ilimitadamente gastarán en supuestas enfermedades propias o de los suyos… porque los dineros obtenidos indebidamente vuelan de mil modos, sin ningún beneficio para nadie, y sí en medio de grandes contratiempos, tribulaciones, deslealtades, ingratitudes y desasosiegos… ¡No hay como el centavo ganado honradamente!


Un conejillo: "Jamás se exponga una prenda valiosa en un guardarropa público… En esos lugares las cosas sueles cambiar de dueño fácilmente…"


Buena forma es tratar a los bribones como si no lo fueran. Eso los halaga, los desarma y los nulifica. ¡Pero hay que saberlo hacer!


Es cosa curiosa que los pullos se crean vivos… ¡Si lo fueran realmente, no serían lo que son!...


Lo mal habido jamás se disfruta aunque parezca que sí…


Refiriéndose a cierta clase de personas, se puede decir, que existen grandes bribones, que persiguen con saña a los de su clase, para así poder engañar mejor y despacharse a su guasto.


Cuando un hombre honrado firma un contrato o algún documento, lo hace siempre de buena fe, juzgando que la otra parte obra y piensa de la misma manera. No se le ocurre pensar en dificultades futuras, torcidas interrupciones, etc. En cambio, el bribón solamente piensa en esas cosas, en cómo defenderse, cómo sacar mayor ventaja, cómo nulificar el convenio, etc. Necesitamos cuidar "nuestra buena fe", de lo contrario, ¡estamos perdidos!


El bribón antes que nada, es bribón en contra de sí mismo. Como el mentiroso, que es el primero en engañarse a sí mismo. ¡Qué admirables son las leyes que nos rigen!



















DE LA BONDAD

Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Los hombres superiores no se apartan por sus desdichas; pero si por las ajenas.


Los que poseen nobles sentimientos, sufren con los que sufren y gozan con los que gozan.


Si en el mundo ha habido un verdadero santo, ese ha sido Gandhi…


La maldad debería ser tratada con más benevolencia que rigor, considerando que el malo es uno de nosotros mismos…


Seamos clementes en nuestros juicios.


Es preferible la bondad a la inteligencia.


Seamos buenos y no nos preocupemos por lo demás.


Con bondad hasta a las víboras es posible dominar.


Aplaquemos a las personas con bondad y con justicia.


Tenemos muchos deberes que cumplir para con nuestros semejantes, y uno de ellos, quizás el primero, es el tratar de suavizar o mitigar sus penas. Nuestro poder para realizar el bien es inmenso. ¡No importa que no poseamos bienes de fortuna, si sentimos amor y compasión, si somos bondadosos y comprensivos y si nuestra sonrisa está siempre presta a entregarse!...


Piensa con Amado Nervo, que decía: ---"Los males que no podemos remediar son infinitos; pero los que podemos remediar son también infinitos.


Para que nos vaya bien en toda la línea necesitamos ser también buenos en toda la línea.


La capacidad de bien que hay en el alma humana es inmensa… Aprovechémosla…


Si somos buenos y nos acontece algo malo, forzosamente tiene que ser para nuestro bien… ¡Es la ley!


En el mundo hay muchos sufrimientos y penas; pero también mucho deseo de remediarlos… y almas llenas de nobleza y comprensión.


Lo más digno de respeto en las personas es la bondad. Después de eso: el saber y el talento.


No hay que desaprovechar la oportunidad de hacer un bien, Desaprovechar una oportunidad así, es desaprovechar lo mejor que la vida puede darnos.


Diariamente hay que lanzarse a la calle con el propósito de hacer el mayor bien posible en todos los sentidos.


Seamos buenos… ¡y encojámonos de hombros!...


En la bondad de las acciones encontrarás la fuente de tu alegría.


La más bella batalla es aquella en la se conquistan corazones. ---"Ser un Don Juan de las almas", decía Nervo. Influir en los demás para el bien, es una de las mejores armas en esta lucha.


Se experimenta una gran satisfacción cuando la gente recurre a uno, y se está en condiciones de poder servir.


¡Qué hermosa labor la de llevar paz a los corazones, aquietar el animo exaltado, sosegar las ansias, destruir los odios, desaparecer los malos entendimientos, las interpretaciones torcidas!...


Existe la creencia, por cierto bastante generalizada de que las personas buena son cobardes, tontas… ¡No hay tal! Lo que sucede es que por su bondad no les hace mella la maldad de los demás.


Los hombres enigmáticos raramente son buenos. La bondad no gusta de ese disfraz.


Ayuda a los demás a vivir mejor, es una de las formas de nuestra misión.


Se debe abogar por todo aquello que signifique mejoramiento; pero sin concretarse a la palabra.. ¡Realizar hechos!


Hay que ponerse del lado de los que sufren, ¡sean quienes sean!...


¡Que cosa tan maravillosa cuando se da uno cuenta que tiene corazón y es bueno!


Despues de un examen de sí mismo, generalmente procura uno ser mejor.
















DE LA BELLAZA Y DEL ARTE

Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



El arte en sí solamente puede dividirse en dos grupos: el bueno y el malo.


Los artistas son enteramente iguales a los demás hombres, excepto en la facultad que poseen, que es natural. Ellos lo saben; pero no pueden explicar cómo y por qué.


Insensiblemente se ha venido creando un nuevo arte, tan importante y útil como los demás. Me refiero al de la luz. Después de la última Exposición Universal celebrada en Paris, en la cual se admiraron sorprendentes y maravillosos efectos producidos por la luz, resultado de la técnica francesa, quedó definitivamente aceptado este nuevo y luminoso arte.


En realidad debería decirse artes bellas y no bellas artes. Se da este nombre al producto del ingenio y habilidad humana, que tiene por objeto excitar en el espíritu diversas emisiones, especialmente el sentimiento de admiración por lo bello. Concretamente, las bellas artes representan; "el ideal realizado y lo real idealizado", dividiéndose en dos grupos o categorías: la primera, que comprende las artes del dibujo, dentro de la cual está la arquitectura, la escultura y la pintura; la segunda, que corresponde a las artes del sonido, que son la música y la poesía. Las del primer grupo se contraen a la visión; y las del segundo, al oído, pero ambas dirigiéndose a la imaginación.


El gusto al arte es un aspecto o mejor dicho, el mejor aspecto del buen gusto. E medida que el espíritu se eleva con el saber, se crea y se desarrolla el gusto por lo bello. Mucho se puede esperar de un espíritu capaz de vibrar por la emoción estética al contemplar una buena obra de arte. Cuando en la vieja Europa se visitan los santuarios de arte y se admiran sus tesoros, se experimenta una extraña y dulce y extraña sensación, como si no se fuera más que espíritu y se careciera de cuerpo. Y, así por esos días, se vive una vida inmaterial, ¡deliciosamente inmaterial!, que no se querría acabarse nunca…


Cuando se va de paseo al campo, hay que prepararse, dándole al espíritu un poco de sed de emociones. Preparado en esa forma, se puede tener la seguridad de que se va a disfrutar ampliamente de todo: el paisaje, la perspectiva, el colorido, el aroma, los diversos tonos de verde, el murmullo del agua, la quietud, la serenidad de los árboles, el cielo…


Jamás se extinguirá en el espíritu artístico del hombre, el fervor y la admiración por la desnudez de la mujer.


Un pintor puede hacer una copia perfecta, quizá mejor que el original y, sin embargo, no concedérsele crédito alguno. El mérito, como puede verse en este caso, tiene sus particularidades.


De todas las danzas, la española es sin duda la más noble y la más bella. En ella hay deleite para el espíritu y para los sentidos. En ella hay gracia, precisión, poesía, embrujo, exquisitez, destreza, fervor, sencillez, ritmo, arte… Música ajustada a la gracia… ¡Bendición de Dios son tales danzas!


Todo arte exige disciplina.


Juvenal, decía, que era muy rara la unión de la belleza y la virtud. En términos generales puede decirse que es cierto; pero hay que aclarar que la belleza no tiene la culpa, sino el medio en que se desarrolla.


El sutil Voltaire decía: ---"Lo bello que solamente hiere a los sentidos es incierto y variable; pero lo bello que hiere al corazón, nunca lo es. En tanto que la belleza física es temporal, la de los sentimientos suele ser más larga que la vida misma"


El arte es el lujo del hombre.


¡Claramente se ha visto en los últimos tiempos, que lo que vale no es el mérito de un cuadro, sino la fama del pintor! ¡El arte es lo de menos!...


Los artistas son instrumentos de la naturaleza.


¿Qué hubiera sido del arte, de no haber existido en el mundo el espíritu latino?...


Si te gusta el arte puedes estar seguro que tienes espíritu…


Brunetière, decía: ---"Los grandes artistas conocen cuando tienen mérito; pero jamás saben en que consiste perfectamente".


La bellaca sólo puede crearse lentamente. No existe nada realmente bello que haya podido crearse en poco tiempo.


¡Dichosos los tiempos en que el concepto de la belleza femenina no había llegado a los extremos de ahora!... Tiempos felices en que las mujeres podían sentarse a comer tranquilamente cuando les diera la gana, sin temor a perder la escurridiza línea… Tiempo en que la belleza no se podía concebir sino en la mujer robusta, amplia de carnes… ¡Qué pensarían Rembrandt, Rubens y otros pintores por el estilo, de nuestras belleza femeninas actuales!...


Hay que vivir atentos a los peligros que encierra la belleza física, sea de la mujer o del hombre. Se debe buscar, como decía Nervo la fisonomía interior, la escondida.


Todo lo que nos causa admiración y todo lo bello que existe, jamás se hizo aprisa…


Han existido muchos pueblos sin religión; pero ninguno que haya carecido del gusto por el arte, aunque este haya sido en forma completamente rudimentaria.


La ciencia y el arte se hermanan en todas sus formas, ya que toda ciencia supone un arte y toda arte implica una ciencia.


Desde que el mundo es mundo, la gente jamás ha tenido particular interés por las cosas bellas. De ahí que la belleza siga siendo cosa extraordinaria y alimento de unos cuantos.


Si los objetos de arte son relativamente baratos, es porque solamente tienen demanda por parte de una selecta minoría: la gente de buen gusto.


Arte es el conjunto de reglas y principios para hacer con habilidad y perfección cualquier cosa que se emprenda. Determinar el concepto exacto y verdadero del arte es cosa bien difícil, que todavía no se ha logrado, y que sin duda no se lograra jamás. Mucho se ha escrito, pensado y dicho sobre el particular, sin haberse llegado nunca a una definición precisa. La naturaleza y el aire son dos de las cosas más extensas que la inteligencia humana concibe. Todos los fenómenos del Universo los referimos a la Naturaleza y al Arte.


Alrededor de la palabra belleza, aparentemente tan sencilla, se han escrito infinidad de libros, se han dado muchas definiciones y se han hecho profundos análisis, sin llegar jamás ha encontrar la definición exacta del término. Se trata de una palabra que expresa una idea de singular importancia en la vida. De esa importancia, ha nacido desde los más antiguos tiempos, el deseo de definir y explicar su esencia, sin que, como ya se dijo antes, se haya podido lograr. Superficialmente es clara, y seguramente no habrá quien diga que ignora lo que es; pero si se medita un poco, y se analiza el concepto, surge inmediatamente la incertidumbre, terminando por considerar que su definición es punto menos que imposible. ---"La belleza no es calidad de las cosas, está en el espíritu que las contempla", decía Hume… Lo que para uno es feo, es bonito para el otro; como lo que para uno es dulce, para otro puede ser margo. Constantemente ocurre que donde uno ve una deformidad, otro ve una belleza. Cada cual debe limitarse a gozar de lo le guste, sin empeñarse en someter su gusto a los demás. Si el concepto de la belleza fura claro, nadie lo discutiría, pues lo bello sería bello y lo feo, feo…


Los trastornos psíquicos o las penas morales son capaces de destruir la belleza más sólida.


Desde cierto punto de vista, arte y espíritu son la misma cosa.




jueves, 27 de octubre de 2011

DE LA AVARICIA


Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



¡Vivir pobre, para morir rico!... ¡He ahí, la síntesis del avaro!...



¿Sabéis que los hombres más avaros son los que más juegan?... La razón es muy sencilla; los avaros son ambiciosos y por ambición juegan.



La avaricia se produce por exceso de instinto de posesión, dicho esto en términos generales; pero también puede producirse por otras causas como pesimismo, la desconfianza al futuro, exceso de previsión… Pero lo cierto es, que el avaro, sea producto de lo que fuere, es un ser asqueroso y repulsivo, que no tiene otra preocupación que la de poseer más y más… ¡no importa como! Y en su afán desbordante, día a día desciende, y en esa escala va dejando todo lo que es estimable y digno en el individuo: educación, decencia, principios, conciencia, etc. El avaro carece de ideales. No tiene idea de los que es el amor, la piedad y demás pensamientos análogos. El Eclesiastés, refiriéndose a la avaricia, dice: ---"Quién ama ciegamente las riquezas, ningún fruto ni provecho puede obtener de ellas, pues es natural que conservándolas nada le produzcan, excepto el tonto placer de acumularlas… ¡para otros!..."



El avaro es un ser repugnante que sacrifica a cuantos puede sin ninguna consideración… ¡y en beneficio de quien sabe quien!...



¡Qué duda cabe que los avaros se castigan implacablemente a si mismos, cuando se prohíben la mayor parte de los bienes que cualquier mortal disfruta, por modesto que sea!... Ellos se convierten en sus propios verdugos… ¡No poder disfrutar ni siquiera de lo suyo, es el colmo!...



A medida que más se analiza el avaro, más repugnancia y lástima da. Constituye una calamidad social, todavía peor que su contrario: el derrochador. Los dos son malos, ¡malísimos!, pero el avaro siempre es peor…



Atesorar por atesorar es una de las cosas más absurdas que existen, siendo la desconfianza la característica predominante del que atesora. Su miedo al porvenir le hace pensar que su seguridad está en lo que posee.



Todo hombre civilizado debe pensar en el mañana, aprovechando los buenos años de la juventud, para los difíciles de la vejez. Considerar en las épocas prosperas las de escasez, no perdiendo de vista el futuro de los suyos; pero todo esto razonablemente, sin degenerar a una vida de privaciones y sacrificios o de ridículas tacañerías.



La tragedia de los avaros es terrible por las muchas exigencias inaplazables que tiene la vida.



Se debe temer mucho a la avaricia poique junto a ella andan tres o cuatro cosas peores.



¿Cuándo se convencerán los tontos y los ingenuos que se pasan la vida haciendo dinero, que todo eso no será de ellos?



Hasta el ayuno es un pretexto para los avaros.



Es muy cruel la manera cómo se tratan los avaros a sí mismos… Privarse de todo para que los herederos no carezcan de nada… y se den la gran vida.



Una de las señales de que se está uno haciendo viejo es la aparición de la avaricia.



Existen muchas personas que parecen ser avaras y que no lo son. Su previsión y su sentido de responsabilidad las hace ser así. No ignoran lo que se piensa de ellas; pero no, seguras de su objetivo.



Los cuentos que se hacen a costa de la gente de Monterrey, hace apenas unos cuantos años que los de esa ciudad los hacían a costa de los candorosos vecinos de Cadereyta de Jiménez, N.L. (Son los mismos cuentos con ligeras variantes).

















DE LA AUSENCIA


Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Hay que desconfiar de lo que se piensa durante las ausencias, pues estas tienen la particularidad de abultar las cosas en un sentido u otro.



Las personas vulgares suelen poner a prueba su fidelidad en las ausencias… ¡Y digo vulgares, porque tal cosa no podría ponerse a prueba en otra clase de gente!



En las ausencias se aclaran muchas cosas.



Nada más espantoso que la ausencia de los seres que se aman, sobre todo cuando se posee un espíritu sensible,



Morir es ausentarse…



Los que verdaderamente se aman no deberían separarse jamás, ni siquiera un simple instante. Separarse en esas condiciones es dejar de vivir…



DEL ATREVIMIENTO


Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Cuando el individuo se resuelva a dar el paso que determina el atrevimiento, lo hace impulsado por una irresistible fuerza interior. Que lo coloca por encima de todo razonamiento o idea contraria al interés que persigue. El atrevimiento asombra por lo extraordinario, ya que no es cosa común, pues lo que predomina es la timidez y la mansedumbre. Gracias a la clarividencia de los atrevidos, la humanidad ha podido desarrollarse y el progreso material se ha convertido en algo real y tangible.



Ser atrevido es peligroso. La audacia conduce a extremos que no siempre es fácil sortear.



Tuve un excelente amigo que era extraordinariamente audaz y, me confesaba que se tenía un gran miedo. Su audacia lo conducía lo conducía a situaciones increíbles que solamente salvaba gracias a su buena estrella.



Yo pienso que el hombre atrevido no es normal. Su proveder no se ajusta a las reglas generales que nos rigen.



Un hombre atrevido y sin principios es el disloque. (Veámoslo entre nuestros políticos…)