Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952
El bribón jamás cambia por si solo; pero si es susceptible de que otro lo cambie.
La ceguedad de los que roban es notable. Están tan preocupados por sus fechorías que no se dan cuenta de muchas cosas, y se olvidan de esto que ya debería a pasar a der un principio: ---"Los ladrones siempre roban para los ladrones". Efectivamente, el dinero de un ladrón, tarde o temprano va a parar a manos de otro ladrón…
Si nadie sabe para quien trabaja, entendiéndose esto en actividades honradas, mucho menos los que lo hacen por medios ilícitos.
Están muy equivocados los ventajosos, que se suponen que lo que han obtenido será para ellos. Esto jamás sucede… Que observen a su alrededor y vean a donde van a parar todas esas fortunas mal habidas… ¡Y a la viuda que lo derrochará con otro!... ¡Y a las hijos que la dilapidarán en francachelas y vicios!... En ellos mismos, que invertirán en malos negocios, que ilimitadamente gastarán en supuestas enfermedades propias o de los suyos… porque los dineros obtenidos indebidamente vuelan de mil modos, sin ningún beneficio para nadie, y sí en medio de grandes contratiempos, tribulaciones, deslealtades, ingratitudes y desasosiegos… ¡No hay como el centavo ganado honradamente!
Un conejillo: "Jamás se exponga una prenda valiosa en un guardarropa público… En esos lugares las cosas sueles cambiar de dueño fácilmente…"
Buena forma es tratar a los bribones como si no lo fueran. Eso los halaga, los desarma y los nulifica. ¡Pero hay que saberlo hacer!
Es cosa curiosa que los pullos se crean vivos… ¡Si lo fueran realmente, no serían lo que son!...
Lo mal habido jamás se disfruta aunque parezca que sí…
Refiriéndose a cierta clase de personas, se puede decir, que existen grandes bribones, que persiguen con saña a los de su clase, para así poder engañar mejor y despacharse a su guasto.
Cuando un hombre honrado firma un contrato o algún documento, lo hace siempre de buena fe, juzgando que la otra parte obra y piensa de la misma manera. No se le ocurre pensar en dificultades futuras, torcidas interrupciones, etc. En cambio, el bribón solamente piensa en esas cosas, en cómo defenderse, cómo sacar mayor ventaja, cómo nulificar el convenio, etc. Necesitamos cuidar "nuestra buena fe", de lo contrario, ¡estamos perdidos!
El bribón antes que nada, es bribón en contra de sí mismo. Como el mentiroso, que es el primero en engañarse a sí mismo. ¡Qué admirables son las leyes que nos rigen!
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