sábado, 29 de octubre de 2011

DE LA BONDAD

Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Los hombres superiores no se apartan por sus desdichas; pero si por las ajenas.


Los que poseen nobles sentimientos, sufren con los que sufren y gozan con los que gozan.


Si en el mundo ha habido un verdadero santo, ese ha sido Gandhi…


La maldad debería ser tratada con más benevolencia que rigor, considerando que el malo es uno de nosotros mismos…


Seamos clementes en nuestros juicios.


Es preferible la bondad a la inteligencia.


Seamos buenos y no nos preocupemos por lo demás.


Con bondad hasta a las víboras es posible dominar.


Aplaquemos a las personas con bondad y con justicia.


Tenemos muchos deberes que cumplir para con nuestros semejantes, y uno de ellos, quizás el primero, es el tratar de suavizar o mitigar sus penas. Nuestro poder para realizar el bien es inmenso. ¡No importa que no poseamos bienes de fortuna, si sentimos amor y compasión, si somos bondadosos y comprensivos y si nuestra sonrisa está siempre presta a entregarse!...


Piensa con Amado Nervo, que decía: ---"Los males que no podemos remediar son infinitos; pero los que podemos remediar son también infinitos.


Para que nos vaya bien en toda la línea necesitamos ser también buenos en toda la línea.


La capacidad de bien que hay en el alma humana es inmensa… Aprovechémosla…


Si somos buenos y nos acontece algo malo, forzosamente tiene que ser para nuestro bien… ¡Es la ley!


En el mundo hay muchos sufrimientos y penas; pero también mucho deseo de remediarlos… y almas llenas de nobleza y comprensión.


Lo más digno de respeto en las personas es la bondad. Después de eso: el saber y el talento.


No hay que desaprovechar la oportunidad de hacer un bien, Desaprovechar una oportunidad así, es desaprovechar lo mejor que la vida puede darnos.


Diariamente hay que lanzarse a la calle con el propósito de hacer el mayor bien posible en todos los sentidos.


Seamos buenos… ¡y encojámonos de hombros!...


En la bondad de las acciones encontrarás la fuente de tu alegría.


La más bella batalla es aquella en la se conquistan corazones. ---"Ser un Don Juan de las almas", decía Nervo. Influir en los demás para el bien, es una de las mejores armas en esta lucha.


Se experimenta una gran satisfacción cuando la gente recurre a uno, y se está en condiciones de poder servir.


¡Qué hermosa labor la de llevar paz a los corazones, aquietar el animo exaltado, sosegar las ansias, destruir los odios, desaparecer los malos entendimientos, las interpretaciones torcidas!...


Existe la creencia, por cierto bastante generalizada de que las personas buena son cobardes, tontas… ¡No hay tal! Lo que sucede es que por su bondad no les hace mella la maldad de los demás.


Los hombres enigmáticos raramente son buenos. La bondad no gusta de ese disfraz.


Ayuda a los demás a vivir mejor, es una de las formas de nuestra misión.


Se debe abogar por todo aquello que signifique mejoramiento; pero sin concretarse a la palabra.. ¡Realizar hechos!


Hay que ponerse del lado de los que sufren, ¡sean quienes sean!...


¡Que cosa tan maravillosa cuando se da uno cuenta que tiene corazón y es bueno!


Despues de un examen de sí mismo, generalmente procura uno ser mejor.
















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