Por: José tamborrel Suárez
Año: 1952
No se pueden evitar los ratos desagradables; pero si se pueden evitar los ratos amenos.
No debe desaprovecharse la oportunidad de pasar un rato ameno y honesto. Los buenos ratos deben disfrutarse tantas veces como sea posible.
La vida requiere de ratos amenos para hacerla llevadera. Su atractivo está en esos ratos, que lo mismo pueden encontrarse en el trabajo, como en la lectura, la conversación, la música, etc. Esta cuestión de los ratos amenos es mucho más importante de lo que a primera vista parece. Basta considerar los millones y millones de personas que diariamente se mueven de un lado a otro buscando un rato de amenidad en teatros, cines, cafés…
El deseo de ser ameno existe en la mayor parte de la gente. ¡Lo malo está en que cada quien entiende eso a su manera, de acuerdo con su educación, cultura, etc.…!
No se pueden evitar los ratos desagradables; pero si se pueden evitar los ratos amenos.
No debe desaprovecharse la oportunidad de pasar un rato ameno y honesto. Los buenos ratos deben disfrutarse tantas veces como sea posible.
La vida requiere de ratos amenos para hacerla llevadera. Su atractivo está en esos ratos, que lo mismo pueden encontrarse en el trabajo, como en la lectura, la conversación, la música, etc. Esta cuestión de los ratos amenos es mucho más importante de lo que a primera vista parece. Basta considerar los millones y millones de personas que diariamente se mueven de un lado a otro buscando un rato de amenidad en teatros, cines, cafés…
El deseo de ser ameno existe en la mayor parte de la gente. ¡Lo malo está en que cada quien entiende eso a su manera, de acuerdo con su educación, cultura, etc.…!
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