domingo, 2 de marzo de 2008

DE LA AMISTAD

Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952



Las penas no deben platicarse, excepto a verdaderos amigos, si es que se tiene suerte en tenerlos.

Ser amigo de todos es lo mismo que no ser amigo de nadie…

La amistad es algo que solamente puede considerarse en particular y en determinadas personas. Es un sentimiento que desaparece cuando indiferentemente se concede a cualquie5a.

Antes de crear un amigo, hay que averiguar inteligentemente qué clase de amistad es la que puede ofrecernos.

Los verdaderos amigos jamás se exceden en dar consejos. Ellos sugieren, insinúan, exponen, siempre con suavidad, con tacto, con afectuosa consideración.

Lo importante en la amistad no es lo que pensamos, que en esto puede haber diferencias, sino en lo que somos.

Los amigos no se encuentran a la vuelta de la esquina. Para crearlos hay que sacrificar muchas cosas, constantemente ceder, etc. EMERSON, decía: --“Para tener un amigo, hay que ser amigo”. Y para el amigo hay que tener el corazón siempre bien dispuesto, la bolsa y la puerta abierta. En el diálogo “Lelius Sive Aminitia”, CICERÓN, dice: --“Es muy cierto lo que he oído a nuestros viejos, que oyeron de otros, que acostumbraba decir Arquitas Tarentino, que si alguno subiese al cielo y claramente viese la naturaleza del mundo, y la hermosura de las estrellas, no tendría mucho gusto en tan admirables cosas, las cuales les proporcionarían un gusto infinito, si tuviese a otro a quien contárselas”

Los hombres deben ser juzgados por todos; pero nunca por sus amigos.

Podemos estar seguros de que el que nos elogia no es nuestro amigo, aunque lo parezca. Los verdaderos amigos no elogian. Todo lo saben y lo comprenden. Su aprobación es siempre discreta. Su aprobación siempre es discreta.

La amistad verdadera es resultado de paciente cultivo. De ahí que las buenas amistades sean tan contadas.

La amistad no se apoya en la afinidad, ni tampoco en el contraste, sino como decía PLATON: --“En la combinación de la semejanza con la diferencia”.

En la época próspera se hace uno de amigos y en las adversas se pierden… ¿Se puede concebir no tener amigos en la prosperidad?

Cultivar la amistad cuesta mucho trabajo e implica no pocos sacrificios. Sin embargo, como es tan grata, y además necesaria, bien vale la pena cualquier esfuerzo.

En la amistad suele haber celos; pero afortunadamente jamás llegan a ser estos de la intensidad de los que se producen en el amor.

La amistad exige discreción. No puede existir amistad entre personas indiscretas.

La amistad se crea por la unión de caracteres opuestos, cuando la oposición es proporcionada.

Poca gente sabe lo que es la verdadera amistad. Si se llega a tener un buen amigo, hay que considerarlo como un regalo de vida, ¡la que por cierto no es muy pródiga en eso!

Existen dos formas para atraer a los demás, la natural y la artificial. Ambas poseen muchísimas subdivisiones de acuerdo con lo variado de las circunstancias. La gente alegre y sincera es la que más cautiva. La físicamente dotada atrae desde cierto punto de vista, por la superioridad que exteriormente representa, aunque moral y espiritualmente no valga nada. En lo que nos atrae hay siempre algo que nos interesa. No puede existir atracción sin interés. Cuando decimos que esto o lo otro es atractivo, queremos decir que nos interesa.

“Desde los tiempos antiquísimos se está hablando del templo de la amistad, y desde entonces sabemos que está muy poco concurrido” Así decía VOLTAIRE, y agregaba: --“La amistad es un contrato tácito que realizan dos personas sensibles y virtuosas; digo sensibles, porque un fraile solitario, puede no ser malo y vivir sin conocer la amistad. Digo virtuoso, porque los perversos sólo tienen cómplices; los voluptuosos, compañeros de disipación; los comerciantes, asociados; la generalidad de los hombres ociosos, relaciones superficiales; los príncipes, cortesanos. Solamente los hombres virtuosos tienen amigos”.

El hombre serio debe procurar establecer, cuando se refiere a un amigo, y cuando a un conocido, considerando la diferencia, entre uno y otro…

Perder es cosa que a nadie gusta. No le hagamos sentir esa desagradable sensación al amigo. (Con los amigos jamás se debe apostar.)

La amistad es un afecto benévolo, puro y desinteresado, por lo general recíproco, que nace y se fortalece con el uso. Es la unión personal creada por el instinto de la sociabilidad, en la cual el individuo halla su complemento. Es el lazo permanente que une a los seres humanos por medio de la estimación recíproca. En la amistad debe existir una cultura más o menos parecida. Se crea entre personas de cualidades semejantes; pero opuestas en la expresión individual de esas mismas cualidades. No puede existir atracción de una persona a otra si no hay contraste, pues habría monotonía en el trato y pronto desaparecería el sentimiento de la amistad. HERÄCLITO decía: --“Para la amistad nada mejor que el contraste…”

Solamente con bondad y honradez se logran buenos amigos.

Es una gran suerte hallar amigos en los hermanos… y en los amigos hermanos.

Para conseguir que un corazón extraño se abra, es necesario abrir antes el propio.

El principio moderno, muy de moda entre cierto tipo de hombres de negocios, de que a mayor numero de hombres de amigos, mayores probabilidades de éxito, es muy relativo.

La circunspección es buena para establecer distancias; pero nunca para acotarlas.

La gente del dizque gran mundo no entiende las cosas de la amistad, más que desde un extremo. Así suele decir: “Fulana, es mi mejor amiga”; mengana, es mi más íntima amiga; zutana, es mi amiga del alma, adoro a fulano; menganito es un encanto, y zarandajas por el estilo, ¡dichas sin ton ni son!, ¡y sobre cualquiera!...

La familiaridad entre personas que apenas se conocen, constituye una especie de bomba de tiempo puesta en sus manos, siempre pronta a estallar. Nada bueno puede esperarse de aquellos que quince minutos después de conocerse ya se están tuteando y hablando por su nombre de pila. En estos casos no puede uno menos de preguntarse cómo será la relación de estos individuos con sus viejas amistades… ¡caso que las tengan!... (¡Lo que es de dudarse!)

La verdadera amistad solamente puede crearse lentamente. Las que se hacen en estos tiempos de superficialidad y tontería son tan quebradizas como las que más… ¡Con la misma facilidad que se hacen se rompen!...

Puede considerarse una gran ventura tener por amigo a quien posea el arte de conversar.

No hay como las noches para conversar larga y tranquilamente con un buen amigo.

Es muy común que cuando una persona nos agrada, le atribuyamos virtudes y cualidades que está lejos de poseer. Es el reflejo de la simpatía o cariño que se tiene y así debe ser considerado.

Con sinceridad y honradez es posible conseguir amigos sinceros y honrados.

Cuando un amigo comete un error, por grave y terrible que sea, no es uno el que debe juzgarlo. La amistad debe estar encima de todo. El verdadero amigo todo lo comprende y todo lo perdona.

No se debe guardar silencio cuando en presencia de uno se habla mal de un amigo. Un silencia así es cobarde e indigno.

La mujer casada, las que aman y son madres, no está en condiciones de sentir una amistad verdadera, por la razón de que carecen de independencia que la amistad exige como una de sus bases principales. La amistad precisa almas libres que no estén sujetas a servidumbre de otros sentimientos de amor, pasión o determinados compromisos.

La amistad pura entre un hombre y una mujer es rarísima, siendo muy difícil pueda existir. La relación entre un hombre y una mujer está determinada por la propia naturaleza, en la ineludible atracción del sexo, existiendo siempre el peligro de que el sentimiento amistoso sea suplantado por el amor.

No hay comentarios: