Por: José Tamborrel Suárez
30 de noviembre de 1952
En realidad nunca me dediqué a escribir las críticas que ahora me atrevo a publicar. Las escribí sin sentir, poco a poco, en los más diversos lugares, en cualquier papel… Según observaba tal o cual cosa, así tomaba nota. En este caso no hubo esfuerzo ni desvelo y si quizás el placercillo íntimo que produce desahogar las malas experiencias sufridas, escribiéndolas o platicándolas a alguien. Tal cosa equivale a una especie de desquite, sobre todo cuando en ello se pone un poquitín de ese terrible veneno de la verdad, que a todos asusta tanto…
La vida en México es muy compleja. Nadie vive completamente dichoso ni completamente tranquilo. En nuestro ambiente siempre flota la inquietud, la desconfianza, el escepticismo… Se sabe que la ley es elástica, que la justicia es una farsa, que todo se arregla con influencias o con dinero, que no hay más seguridad que la que uno puede proporcionarse a sí mismo, que la única forma para hacerse rico es ocupando un puesto en el gobierno, que todo se doblega ante los deseos de los poderosos “del momento”, que todo es “combinación, engaño, fraude…
México es uno de los países más grandes y más ricos del mundo. Su amplitud y su riqueza podrían permitir que sus veintitantos millones de habitantes vivieran en medio de una razonable abundancia, gozosos tranquilos; pero no es así, es lo contrario. Se vive estrechamente… absurdamente. Millones de mexicanos andan descalzos y duermen en el suelo. Millones de mexicanos desfallecen de hambre y visten harapos, millones de analfabetas, de parias y de miserables… Y todo esto, a pesar de nuestro petróleo, nuestros fabulosos yacimientos mineros, la ilimitada riqueza de nuestros litorales, las magníficas tierras del sureste, nuestra posición como país enormemente turístico, etc., etc.….
¿Qué nos pasa? ¡Muy sencillo! La gente poco más o menos bien preparada forma una minoría insignificante que nada pesa ante la abrumadora mayoría de analfabetos, de ignorantes, de bárbaros, de ambiciosas, de que se yo tantas cosas… Esta minoría nada pueda hacer. Forzosamente tiene que cruzarse de brazos, tornarse indiferente o acomodarse en el medio.
El problema primordial de México es el de la educación y la cultura. En eso está la base y secreto para su desenvolvimiento. Duplíquese, triplíquese el presupuesto de educación. Todo eso que se gasta en representaciones diplomáticas, en boato de “los de arriba”, en obras públicas “políticas”, en exposiciones objetivas y, sobre todo, en tanta burocracia inútil, que además de costosa, estorba y perjudica, gástese en centros educativos de todo orden. Impúlsese la educación al máximo. Todo el mundo a la escuela, la academia, la universidad, entidades de investigación, ets., etc.
La gente del gobierno es producto de esa mayoría que he mencionado, por lo tanto nada se puede esperar de ellos. Nunca nos han gobernado los mejores hombres, los honrados, los bien preparados, sino los audaces, los astutos… los peores… La minoría nada puede… La mayoría aplasta siempre… Para ministros, para gobernadores, para cualquier puesto del gobierno, siempre será escogido entre el honrado y el bribón, el bribón; entre el culto y el ignorante, el ignorante; entre el bueno y el malo, el malo… Cansados estamos de verlo y sufrido… Naturalmente hay excepciones; pero la regla general es lo anterior… (Últimamente todo esto está radicalmente. Ojalá siga así---)
Pido sincero perdón a todos los que siendo honrados y buenos puedan sentirse aludidos en estas critiquillas con las cuales deseo cooperar a un algo mejor en nuestra sociedad y nuestra patria.
La única cosa particular de este libro, es la forma desordenada, pudiéramos decir, de la colocación de las notas. No hay en ello ningún orden ni concierto. Están colocadas tal como se fueron escribiendo. Por su contenido ni siquiera ha sido posible un índice.
¡Qué no daría por decir lo que aquí digo, sin molestar ni ofender a nadie absolutamente! En toda mi vida siempre he dado pruebas de comprensión y tolerancia; pero hay cosas, ¡éstas cosas!, que hay que decirlas… Años y más años he esperado que alguien las dijera, alguien que supiera decirlas; pero el tiempo ha pasado, me he hecho ya viejo… ¡y nada!... ¡Nadie se ha ocupado!... Y así no me ha quedado otros recursos que hacerlo... ¡Que Dios me perdone…!
J. B. PRIESTLEY, decía: --“El ciudadano más peligroso en un país, no es el que todo lo critica, sino el patriota superficial y necio que todo lo alaba” ¡Ojo mexicanos!
TENGO la absoluta convicción de que el futuro Gobierno de México, bajo la Presidencia de don Adolfo Ruiz Cortines, es honrado, decente, comprensivo, conocedor de todas necesidades y problemas, recto, justo… ¡Ojalá no me equivoque!
JOSÉ TAMBORREL SUÁREZ
30 de noviembre de 1952
30 de noviembre de 1952
En realidad nunca me dediqué a escribir las críticas que ahora me atrevo a publicar. Las escribí sin sentir, poco a poco, en los más diversos lugares, en cualquier papel… Según observaba tal o cual cosa, así tomaba nota. En este caso no hubo esfuerzo ni desvelo y si quizás el placercillo íntimo que produce desahogar las malas experiencias sufridas, escribiéndolas o platicándolas a alguien. Tal cosa equivale a una especie de desquite, sobre todo cuando en ello se pone un poquitín de ese terrible veneno de la verdad, que a todos asusta tanto…
La vida en México es muy compleja. Nadie vive completamente dichoso ni completamente tranquilo. En nuestro ambiente siempre flota la inquietud, la desconfianza, el escepticismo… Se sabe que la ley es elástica, que la justicia es una farsa, que todo se arregla con influencias o con dinero, que no hay más seguridad que la que uno puede proporcionarse a sí mismo, que la única forma para hacerse rico es ocupando un puesto en el gobierno, que todo se doblega ante los deseos de los poderosos “del momento”, que todo es “combinación, engaño, fraude…
México es uno de los países más grandes y más ricos del mundo. Su amplitud y su riqueza podrían permitir que sus veintitantos millones de habitantes vivieran en medio de una razonable abundancia, gozosos tranquilos; pero no es así, es lo contrario. Se vive estrechamente… absurdamente. Millones de mexicanos andan descalzos y duermen en el suelo. Millones de mexicanos desfallecen de hambre y visten harapos, millones de analfabetas, de parias y de miserables… Y todo esto, a pesar de nuestro petróleo, nuestros fabulosos yacimientos mineros, la ilimitada riqueza de nuestros litorales, las magníficas tierras del sureste, nuestra posición como país enormemente turístico, etc., etc.….
¿Qué nos pasa? ¡Muy sencillo! La gente poco más o menos bien preparada forma una minoría insignificante que nada pesa ante la abrumadora mayoría de analfabetos, de ignorantes, de bárbaros, de ambiciosas, de que se yo tantas cosas… Esta minoría nada pueda hacer. Forzosamente tiene que cruzarse de brazos, tornarse indiferente o acomodarse en el medio.
El problema primordial de México es el de la educación y la cultura. En eso está la base y secreto para su desenvolvimiento. Duplíquese, triplíquese el presupuesto de educación. Todo eso que se gasta en representaciones diplomáticas, en boato de “los de arriba”, en obras públicas “políticas”, en exposiciones objetivas y, sobre todo, en tanta burocracia inútil, que además de costosa, estorba y perjudica, gástese en centros educativos de todo orden. Impúlsese la educación al máximo. Todo el mundo a la escuela, la academia, la universidad, entidades de investigación, ets., etc.
La gente del gobierno es producto de esa mayoría que he mencionado, por lo tanto nada se puede esperar de ellos. Nunca nos han gobernado los mejores hombres, los honrados, los bien preparados, sino los audaces, los astutos… los peores… La minoría nada puede… La mayoría aplasta siempre… Para ministros, para gobernadores, para cualquier puesto del gobierno, siempre será escogido entre el honrado y el bribón, el bribón; entre el culto y el ignorante, el ignorante; entre el bueno y el malo, el malo… Cansados estamos de verlo y sufrido… Naturalmente hay excepciones; pero la regla general es lo anterior… (Últimamente todo esto está radicalmente. Ojalá siga así---)
Pido sincero perdón a todos los que siendo honrados y buenos puedan sentirse aludidos en estas critiquillas con las cuales deseo cooperar a un algo mejor en nuestra sociedad y nuestra patria.
La única cosa particular de este libro, es la forma desordenada, pudiéramos decir, de la colocación de las notas. No hay en ello ningún orden ni concierto. Están colocadas tal como se fueron escribiendo. Por su contenido ni siquiera ha sido posible un índice.
¡Qué no daría por decir lo que aquí digo, sin molestar ni ofender a nadie absolutamente! En toda mi vida siempre he dado pruebas de comprensión y tolerancia; pero hay cosas, ¡éstas cosas!, que hay que decirlas… Años y más años he esperado que alguien las dijera, alguien que supiera decirlas; pero el tiempo ha pasado, me he hecho ya viejo… ¡y nada!... ¡Nadie se ha ocupado!... Y así no me ha quedado otros recursos que hacerlo... ¡Que Dios me perdone…!
J. B. PRIESTLEY, decía: --“El ciudadano más peligroso en un país, no es el que todo lo critica, sino el patriota superficial y necio que todo lo alaba” ¡Ojo mexicanos!
TENGO la absoluta convicción de que el futuro Gobierno de México, bajo la Presidencia de don Adolfo Ruiz Cortines, es honrado, decente, comprensivo, conocedor de todas necesidades y problemas, recto, justo… ¡Ojalá no me equivoque!
JOSÉ TAMBORREL SUÁREZ
30 de noviembre de 1952
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