sábado, 25 de abril de 2009

CRITIQUILLAS XXVI

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952

En nuestro medio nadie tiene que sentir de Eva Perón; pero como no son ni tontos, ni ciegos, ni sordos, consideran todo lo relativo a esa “figura” como absurdo y estúpido. Desgraciadamente la farsa la han tenido que soportar muchos…

Uno de los más grandes espectáculos del mundo ha sido sin duda el de los funerales de Eva Perón. Difícilmente ha habido algo más grandioso y espectacular que “eso”. (Cuando se muera don José Stalin, los rusos tendrán que ir a consultar el “caso” a la Argentina, que por ahora tiene la supremacía en esa cuestión).

Nunca será bastante repetir lo siguiente: Lo del funcionario público ladrón es cosa que ya debería pertenecer al pasado”, Díctense las leyes más duras y rígidas en esta cuestión y aplíquense, acabando con esa maldita lacra que no hay ninguna razón ni motivo para que exista…

En México, siempre se supo que un señor don Ceferino Domínguez era el Apóstol del Maíz; pero después ha surgido otra persona… ¿Quién de los dos será? Lo que no hay que perder de vista es que a pesar de los “apóstoles”, el maíz es muy escaso y de muy mala calidad. ¡Y si no, que lo digan TREINTA MILLONES DE MEXICANOS!...

¡AH! Yucatán… con sus ruinas de Chichen Itzá y Uxmal en el más completo abandono. ¡Como todo! ¿Estarán esperando el Gobierno Federal que venga otro arqueólogo extranjero a proseguir los trabajos “por su cuenta”…? Para el Estado de Yucatán es vital lo de las ruinas, por los miles de turistas que anualmente la visitan. Sin embargo, el gobierno local nada hace para conservarlas, proseguir los trabajos, etc.…. (La política ahí siempre ha sido de sacar; pero sin invertir).

Petróleos Mexicanos (PEMEX) con su asiduidad digna de mejor empeño, se gasta Dios sabe cuantos millones de pesos al año en anunciarse… Sus anuncios (programas de radio, televisión, etc., etc.), se concretan a esto: “QUE SE CONSUMAN LOS PRODUCTOS “PEMEX”, ¡sobre todo la gasolina…! Todo el mundo se pregunta: ¿Pero es que hay otra gasolina que no sea de Pemex? Aunque uno no quiera usar esa gasolina, forzosamente la tiene que usar, pues no hay otra. Entonces ¿para qué anunciarla tanto y gastar esos millones que podrían aliviar las infinitas necesidades del pueblo? ¡Son cosas que nadie entiende…! Tal parece, que Petróleos Mexicanos tuviera especial empeño en gastar lo que no es de él. Los manejos de ese organismo deberían estar construidos de manera efectiva. Sus contratos, operaciones de venta, etc., deberían hacerse públicos. Todo lo de Petróleos Mexicanos huele a dictadura, y no la más genuina y natural propiedad del pueblo mexicano…

¿Qué va a ser de México cuando los pozos de petróleo de Poza Rica se agoten? ¡Solo Dios lo sabe…!, pero lo cierto es que vamos a necesitar de su ayuda…

Si Petróleos Mexicanos redujera su fabuloso personal de “trabajadores” seguramente que el pobre pueblo de México podría comer mejor…

La belleza arquitectónica de la ciudad de puebla tiende a desaparecer con la construcción de horrorosos edificios de los llamados “modernos”. Para ejemplo de lo anterior tenemos: el edificio de la firma norteamericana Seares & Roebuck, Banco Mercantil, etc.…. ( Ahora se está comenzando a construir uno de “esos” modernos edificios, ¡nada menos que frente a la vetusta, maravillosa y colonialista Catedral poblana.

La zona Portuaria de Veracruz fue vendida a bajísimo precio a un extranjero. ¿Qué va a se del Puerto de Veracruz cuando con los años requiera ampliarse? La falta de visión de los hombres que nos han “gobernado” siempre nos ha conducido a lo peor. Por ese tipo de hombres ya perdimos en una ocasión más de la mitad de nuestro territorio…

Y hablando de la visión del futuro de nuestros señores gobernantes, ¿qué podemos decir de los que autorizaron la Refinería de Petróleo en uno de los poblados barrios de la ciudad de México?... (Atzcapotzalco)

¿Y los que permitieron una gran fábrica de cemento en otra populosa barriada.. (Mixcoac).

Ya es tiempo que el Departamento del Distrito Federal, se incline por una larga temporada a favor de los barrios humildes de la ciudad de México. A esos barrios les falta TODO… La balanza debe inclinarse a su favor… Las zonas residenciales tienen poco más o menos de todo, ¡en tanto que los otros…!

CRITIQUILLAS XXV

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


El Gobierno Federal no ignora, por lo menos es de creerse, por la población del Distrito Federal consume diariamente un bosque, bajo la triste forma de carbón y de leña. ¿Qué medidas han tomado para evitarlo? ¡Lo más probable es que ninguna!

¿Ha bajado el precio del gas combustible? (No, al contrario, lo ha subido).

¿Ha bajado el precio de la tractolina y demás combustibles por el estilo? (No, siempre los ha aumentado).

¿Ha reducido las tarifas de la energía eléctrica para favorecer el uso de cocinas eléctricas? (No, al contrario, año con año las eleva más).

¿Ha ordenado bajo severas y efectivas penas la desaparición de los braceros de carbón, exigiendo una inspección de casa por casa? (No, jamás se ha ocupado de eso, aún cuando existe una ley en ese sentido, que como todas nadie les hace caso).

¿Ha dedicado alguna suma en el Presupuesto para adquirir y vender estufas de las que usan combustibles derivados de la destilación del petróleo, a bajo precio, para que el pueblo en general pueda adquirirlas y así deje de consumir carbón y leña (No, no lo ha hecho, ni creo que lo haya pensado).

¿Ha invitado a los hombres de negocios a fabricar estufas baratas, concediéndoles ciertos subsidios para ello? (No, ni siquiera se la he ocurrido).

¿Ha prohibido la explotación de toda clase de maderas, evitando en esa forma la brutal y desoladora explotación de nuestros ya mermados bosques? (No, ¡que va! Lo que ha hecho es facilitarla por todos los medios).

¿Ha ofrecido subsidios a los importadores de madera? (¡Ni soñarlo!).

¿Ha bajado los derechos de importación de las estufas eléctricas, de gas y demás combustibles derivados del petróleo? (No, no lo ha hecho; pero en cambio les ha fijado derechos tan elevados, que solamente pueden importarse para ser vendidas a personas adineradas).

No, nuestros Gobiernos jamás se han ocupado de estos problemas vitales. Nunca se han dado cuenta de eso ¡ni de nada!

Han vivido en un dulce sueño. Sus hombres a disfrutar de su posición, se sus increíbles ingresos, de su seguridad, de sus facilidades y en una palabra: de ¡absolutamente todo…!

Siempre se está diciendo que todo el pueblo de México es muy católico; pero lo cierto es que:
En el año de 1852, es decir hace cien años, México tenía 7, 661,919 habitantes. Ahora tiene alrededor de 30, 000,000 (TREINTA MILLONES). Esto significa que ahora tiene CUATRO VECES MÁS. Sin embargo, en estos cien últimos años, apenas si se ha construido una que otra iglesia por ahí. ¿No es eso muy significativo?

Las Iglesias que existen solamente se ven visitadas los domingos por la mañana. El resto de los días se encuentran totalmente vacías… ¿Se practica el catolicismo?

Contamos con once millones de indios aproximadamente. ¿Realmente se puede decir que nuestros indios sean católicos? Hay que considerar todas las prácticas y extraños cultos que tienen, sus costumbres, ritos, etc.….

A pesar del disimulo del Gobierno, los convenios y seminarios no prosperan. Viven una vida raquítica y sin ninguna significación.

La Semana Santa en México, es la semana del placer, de viajes, vacaciones y de toda clase de agradables pasatiempos. ¿Es cierto o no?

Los hombres liberales abundan por todas partes. Casi todos ellos ocupan posiciones “clave” en todas las principales actividades de la República. Existen además los izquierdistas que son muy numerosos…

Y naturalmente, los comunistas.

Pero si todavía lo anterior no fuera bastante, existen millones de personas, que son católicas de nombre solamente, que ni siquiera saben una oración o persignarse, y que viven totalmente indiferentes a todo eso.

Agreguemos lo que pertenecen a otras religiones: protestantes, baptistas, evangelistas, israelitas, etc., etc., que de ninguna manera son insignificantes en número.

No, en México lo del catolicismo es muy relativo.—Si el pueblo de México fuera católico ciento por ciento como tanto se dice por ahí, dominaría en el Gobierno, y esto no sucede desde hace desde hace cien años, hubiera obtenido la derogación del Artículo III Constitucional, etc., etc. …

Es muy común, como muchos comerciantes acostumbran poner en la parte de afuera de sus casas comerciales, sendos letreros con esta frase: “CASA MEXICANA”. En verdad no es fácil comprender cuál puede ser el punto de vista de los citados comerciantes al anunciarse así, si se considera que en ninguna parte se usa tal cosa. ¿Podríamos imaginarnos una casa comercial establecida en España, Francia o Guatemala, que se anunciara: “CASA ESPAÑOLA”, “CASA FRANCESA”, O “CASA GUATEMALTECA”? ¿Verdad que no?...






CRITIQUILLAS XXIV

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952

De la ciudad de México al puerto de Tampico se hacen solamente ocho horas de camino por la carretera; pero al llegar allá, a Tampico, hay que cruzar el río Tamesí por medio de un chalán, y entonces ahí se pierden seis, ocho, diez horas, hasta por fin cruzarlo.—Cuando se llega al lugar llamado “Moralillo” después del recorrido de la ciudad de México a Tampico, se encuentra uno con centenares de vehículos de todas clases: automóviles, camiones de carga, de pasajeros, motocicletas, etc., etc., detenidos en ambos lados del río, esperando turno para poderlo cruzar. El paso de los vehículos se va efectuando con una lentitud desesperante: de cuatro a seis en cada ocasión… Horas y más horas se pierden ahí lamentablemente. Miles de personas detenidas en los dos lados del río, sin hacer nada; pero sufriendo las inclemencias del tiempo, hambre, sed, cansancio, etc. ¡Y pensar que en estos tiempos, los ingenieros militares construyen un puente, como el que aquí hace falta, en unas cuantas horas…! Pero carecemos de gobierno… ¡Nadie se fija en esas cosas! ¡El pueblo sufre y calla…! Lo cierto es que la detención que ahí se sufre ya cuesta muchos centenares de millones de pesos, solamente por concepto de la pé5dida de tiempo de miles y miles de personas diariamente… ¡Y solamente Dios sabe hasta cuando durará esto…! Claro esté que cuando un político o funcionario del Gobierno llega por ahí, inmediatamente cruza el río. ¡No faltaba más…!
Y hablando de Tampico, ¡qué cosa tan espantosa es eso! Una enorme ciudad en el más completo de los abandonos gubernamentales. Ahí no hay drenaje, no hay pavimento, banquetas, jardines,… ¡No hay nada! Más que lodo polvo, moscos y moscas, basura, zanjas con toda clase de detritus, suciedad, miseria… No hay lugar peor en toda la República, y eso, que las hay terribles… ¿No sería posible que por patriotismo, por vergüenza, por dignidad o ¡por lo que se quiera! El Gobierno Federal tomara a su cargo esa porquería y con inversiones de cuarenta o cincuenta millones de pesos anuales se le transformara hasta convertirla en un lugar habitable, decente, razonable…? La mejor prueba de que en México jamás han existido gobiernos responsables es TAMPICO.
Sería conveniente que el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica nos diera a conocer, con toda precisión, cual fue exactamente la misión que desempeñaron los aviadores mexicanos (Escuadrón 201) cuando estuvieron a sus órdenes en Filipinas o dónde hayan estado.—Hasta ahora, el pueblo mexicano no sabe absolutamente nada de eso, excepto lo que los periódicos han querido decir, que de ninguna manera es de considerarse (¡ya sabemos por qué!) Mucho se ha rumorado que esos señores aviadores se la pasaron tranquilamente…
OAXACA, ha cambiado mucho en los últimos veinte años. Ahora sus calles están bien pavimentadas, existen magníficos edificios, buenos hoteles, policía correctamente uniformada, etc.…. Pero no se trate de ir a lo que por lo general va uno a Oaxaca –visitar las ruinas de Mitla y Monte Albán--, porque entonces toda la buena impresión del viaje, de la ciudad de Oaxaca y desaparece, para llenarlo a uno de asombre y de indignación. Sencillamente se encuentra uno con que no hay camino para llegar a esos dos importantes puntos, razón y todo del consabido viaje. En efecto, si se trata de llegar a Mitla, la flamante carretera que se aparta un poco antes de la llamada Panamericana, llega exactamente hasta la entrada del pueblo de Mitla… De ahí en adelante la perspectiva no puede ser peor; una interminable red de callejuelas polvorientas, llenas de basura, de moscas, etc., sin que exista ni la más insignificante indicación sobre el camino que conduce a las ruinas. Solamente después de tragar mucho polvo, sacudirse las pegajosas moscas, preguntar muchas veces, errar otras tantas, atravesar un río que carece de puente, romperse una o dos de las muelles del automóvil, etc., se llega a las famosas ruinas. Y asombrado se pregunta uno ¿pero es posible que el Gobierno, que se ha gastado tantos y tantos millones de pesos para construir la carretera que pasa por la ciudad de Oaxaca y llega hasta las orillas del pueblo, no haya podido gastarse cien o doscientos mil pesos más en hacerla llegar hasta las ruinas? ¡Bueno!, ya no digamos eso, que no es nada pedir, si se considera la enorme importancia turística que tiene para el País y para Oaxaca las referidas ruinas, siquiera que el desgobierno local se gastara modestísimos veinte pesos en mandar a poner unas “flechas” indicadores a las asquerosas callejuelas del infeliz pueblo de Mitla, señalando el rumbo de las bellas ruinas… Pero ahora, sigamos con las ruinas de Monte Albán. Ahí la cosa no tiene nombre, ¡por no decir otra cosa! No existe ningún camino para llegar a ellas. Lo que se llama camino y por donde forzosamente tiene uno que pasar, es una especie de vereda ampliada, más propia para el paso de cabras que para el paso de un automóvil… Con observar detalles de esta naturaleza, de sobra se da uno cuenta de la irresponsabilidad de los hombres que siempre nos han gobernado…
Y no se crea que se trata de un camino de ochenta o cien kilómetros, ¡no señor! Se trata simple y sencillamente de un pequeño tramo de siete u ocho kilómetros a lo sumo. —Hay que considerar que para conocer y estudiar las ruinas de Monte Albán, llegan a Oaxaca millares de personas de todas partes del mundo, y todas ellas, sin excepción se quedan perplejas ante el hecho insólito de que no haya siquiera un mal camino y, esto, después de más de veinte años de estarse “trabajando” en ellas… (Estas ruinas siempre fueron conocidas por la gente de Oaxaca; pero hasta los últimos años fue que el Gobierno dispuso que se realizara algunas excavaciones, las que han dado como resultado hallazgos o “descubrimientos”).
Existen dos sindicatos de dizque obreros de la construcción, los cuales no tiene otra misión que la de estafar a todo aquel que construye una casa en el Distrito Federal. La “cosa” es así: Apenas se inician los trabajos de una obra, inmediatamente se presenta un tipejo de mala catadura, con un sobre que no contiene otra cosa que un pliego de peticiones, de lo más torpe y absurdo que es posible imaginar. —Ante el asombro o espanto del infeliz propietario de la obra, el tipejo de marras sonríe y con ademanes afectuosos se acerca, y en torpes términos deja decir que la cosa puede tener “arreglo”. Cuestión de pesos… Si el “arreglo” se hace, entonces ahí mismo termina todo, el tipo llama a dos “guardas-espaldas” que a cierta distancia observan, los cuales entregan un tablero de madera pintado de rojo y negro, con el nombre del flamante “Sindicato” y ahí termina todo. Pero si desgraciadamente no se llega al “arreglo”, entonces sobreviene una especie de catástrofe: Suspensión de los trabajos, bandera roji-negra, demanda ante las Autoridades del Trabajo, abogados, molestias, pérdidas de tiempo y chorros de dinero por todas partes… Así es que mejor es tener el “arreglito” y apechugar con los dineros, permitiendo que esa fabulosa estafa que ya dura decenas de años continúe ante la más completa indiferencia de todas las Autoridades… ¡Bendito sea Dios!

CRITIQUILLAS XXIII

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


Una cosa es la realidad y otra la que cree la mayoría por lo que dice la prensa, la radio, etc.
Las ideas que se tienen de los países jamás concuerdan con la realidad. De cada país siempre se piensa equivocadamente. Si difícilmente conocemos lo nuestro, imposible conocer de los demás…
No hay que olvidar que la conquista de México no la hicieron los españoles, sino los indios dirigidos por españoles…
Son infinitas las personas que realizan un rapidísimo viaje al extranjero, (dos mese a Europa, por ejemplo) y después con gran cachaza opinan sobre la vida y milagros de los países visitados, con suficiencia tal, que cualquiera creería que han pasado su vida en ellos.
Triste es confesarlo; pero lo cierto es que al mexicano solamente le seduce lo fácil.
En México, el Estado siempre lo ha sido el Presidente de la República, con una solo excepción; MADERO.
Lo de la soberanía de los Estados que forman la República Mexicana es una grandísima farsa. Lo hemos visto y constatado hasta el cansancio. Perfectamente podrían suprimirse las legislaturas locales que no sirven para otra cosa que para gravar los presupuestos y hacer más pesada la carga a los infelices contribuyentes.
Los impreparados que son siempre los que dominan la situación en los gobiernos, sienten pavor profundo por los preparados, se tal suerte que jamás les conceden ni la más pequeña oportunidad. Siendo ceros prefieren ceros…
Desde que los alumnos mandan en las escuelas, todo lo relativo anda de cabeza. ¿Volverá el día en que el profesorado ejerza su autoridad tal como debe ser?...
El estudiante típico mexicano sólo busca estudiar menos y holgar más. No hay nada que lo seduzca más que una huelga o una pugna de grupos. Su ideal es la carrera corta y el enriquecimiento rápido… (Perdón; pero desgraciadamente así es…).
Hace ya muchísimos años que el teatro dejó de serlo en México. Ahora es una vil ficción a base de temas escabrosos y de mucha publicidad,
En México, la llamada revista teatral no es sino la entronización de la grosería y la ordinariez.
Individuos que en cualquier otro país se morirían de hambre en cualquier carpa de feria pueblerina, aquí se convierten rápidamente en ídolos, solamente porque salen a exhibir lo más repugnante y vil de la plebe…
¿En que se emplearán las cuotas sindicales de los obreros mexicanos? ¡Solamente lo sabe Dios!... y naturalmente los líderes…
En las vidas de Juárez y Carranza, los dos grandes estadistas mexicanos, hubo una extraordinaria semejanza. Ambos gobernaron primeramente a sus respectivos Estados; ambos, lucharon en contra de intervenciones extranjeras; ambos, fueron honradísimos, justos, desinteresados, sinceramente patriotas; ambos, expropiaron los bienes del Clero y con ello dieron forma, por primera vez en la historia de México, al patrimonio del Pueblo Mexicano, hasta entonces desheredado, pobre y miserable; ambos dieron a México una nueva y gran Constitución que ha sido la base y la razón de ser de su desenvolvimiento; ambos, en fin, murieron en forma inexplicable…
Desdichados los que no se resignan a la triste y absurda mediocridad del momento actual… Infelices los que tienen una mentalidad de más de quince años. Todo está hecho para mentes infantiles: teatro, cine, radio, televisión, periodismo, sistemas de publicidad, diversiones, etc., etc.….
En el periódico “Excélsior” del día 11 de mayo de 1952. —El ganadero D. Ortega declaró hoy que todos los toros lidiados en las plazas españolas desde 1942, han tenido los cuernos afeitados. —Todos los toros que yo he vendido desde hace tres años han estado afeitados. —Las dos únicas corridas que yo vendí con los cuernos intactos, hirieron a dos toreros amigos míos. —De los 3000 toros que yo lidié durante mi carrera de matador “SOLAMENTE ENCONTRÉ DOS VERDADERAMENTE BRAVOS”… (Huelgan comentarios acerca de la honestidad y valentía de los señores toreros…).
Cada vez que surge por ahí alguna de eses plagas como la de la “mosca prieta”, aftosa, langosta, etc., el Gobierno Federal, por conducto de sus “sabios”, sus “técnicos” y demás vividores del Erario por el estilo, dicta siempre una sola medida; ¡pero qué medida…! “Colocar una serie de casetas en todos los lugares más impropios de las carreteras nacionales, para detener a los automovilistas e inferirles el mayor número posible de molestias, so pretexto de exterminar la plaga…” Con la medida de que se trata es como el Gobierno siempre ha combatido todas las plagas. HASTA AHORA NUNCA SE LE HA OCURRIDO OTRA COSA…
Por cada plaga que aparece (mosca prieta, langosta, aftosa, etc.) muchos millones de pesos en el presupuesto… y muchas casetas en las carreteras nacionales.
La media docena de pícaros que a ciencia y paciencia del Gobierno Federal van desforestando Estado por Estado de la República, a pesar de sus muchísimos millones de pesos, toda la vida se la tienen que pasar “sombrereando” a los de “arriba” para nuevas concesiones y permisos, facilidades, protección, etc.…. Y para ello nada mejor que obsequiarles, entre otras cosas, con un palacio en la ciudad de México y un palacete por ahí… en los Estados.




jueves, 23 de abril de 2009

CRITIQUILLAS XXII

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952



LAS CALAMIDADES DE LA CIUDAD DE MEXICO:
1.- Los vendedores ambulantes.
2.- Los pordioseros.
3.- Los expendedores de billetes de lotería.
4.- Los “pachucos”.
5.- Las “golfillas”.
6.- Las palomillas de desocupados.
7.- Los borrachos atravesados en las aceras.
8.- Los que duermen “la mona” en los prados de los jardines públicos.
9.- Los “vigilantes” de automóviles.
10.- Los policías que en un momento dado se convierten en asaltantes.
11.- Los camellones de las calles convertidos en basureros.
12.- Las tolvaneras.
13.- La oscuridad de las calles por las noches.
14.- El agua contaminada.
15.- Las escases de agua.
16.- Los “puestos” que estorban y todo lo invaden.
17.- Los “atractivos de feria” establecidos por doquiera.
18.- Los “pelados” ricos.
19.- Los camiones.
20.- Los choferes de los camiones.
21.- Los automovilistas “atrabancados”
22.- Sus barriadas inmundas.
23.- Sus horrorosos mercados.
24.- La ordinariez de las placeras.
25.- La abundancia de léperos.
26.- La pública falta de respeto a las señoras.
27.- Las cáscaras en las calles.
28.- Las asquerosas pulquerías.
29.- Los puestos de fritangas.
30.- La insolencia de “los de arriba”.
31.- El mal aspecto de “los motoristas” y conductores.
32.- La falta de ventilación de los cines.
33.- La falta de vigilancia y de respeto dentro de los cines.
34.- Las ratas, pulgas y otros bichos… dentro de los cines y teatros.
35.- Los que no pueden ver una película sin estar comiendo.
36.- Los auto-parlantes.
37.- Las malditas rockolas
38.- Los centros de reunión de hampones disfrazados de cervecerías.
39.- Las miles de cantinas y lugares por el estilo.
40.- Los llamados “cabarets”.
41.- Los malísimos restaurantes...
42.- Los prostíbulos que se escudan con el nombre de “hotel”.
43.- La inseguridad en general.
44.- Los merolicos y demás calaña por el estilo.
45.- Las gitanas que adivinan la suerte… y roban cuanto pueden.
46.- Las “adivinadoras” profesionales.
47.- Los intermedios en las funciones cinematográficas y la música que suele tocarse en ellos.
48.- Las llamadas “fiestas populares”.
49.- La elección de tantísima “reina”.
50.- La música afrocubana que se toca en todas partes.
51.- Los mariachis malolientes y agresivos.
52.- El público abandono de todos sus principales parques.
53.- Sus banquetas destrozadas, desniveladas, etc.….
54.- La falta absoluta de letreros con el nombre de las calles.
55.- El horrible caos de la numeración de las casas.
56.- La falta de urbanidad y cortesía en todos los lugares públicos.
57.- Las dos plazas de toros.
58.- La proverbial y ya legendaria impureza de la leche.
59.- Los vinos y bebidas falsificadas.
60.- Las colas…
6l.- El exceso de de reinas.
62.- Los carteros analfabetos.
63.- El pésimo “servicio” telefónico.
64.- La impuntualidad en las funciones de teatro.
65.- La mediocridad abrumadora.
66.- La suciedad de los carros “sanitarios” que transportan la carne.
67.- Los enchamarrados y empistolados.
68.- Los nuevos ricos.
69.- Los fumadores en los cines, teatros, iglesias, etc.
70.- La descortesía de los empleados del comercio.
71.- El polvo de las calles.
72.- La falta de agua en las fuentes públicas.
73.- Naturalmente, los cactos del Paseo de la Reforma.
74.- Las coladeras del drenaje sin tapa.
75.- La pestilencia que produce la refinería situada en Atzcapotzalco.
76.- Las enfermedades terribles e incontables que producen ciertas fábricas establecidas en lugares impropios.
77.- Los robos en los panteones.
78.- La falta de escuelas y el exceso de billares y lugares por el estilo.
79.- Los mil espectáculos denigrantes y deprimentes que se observan en el llamado Zócalo (lugar horrible, digno de mejor suerte).
80.- Las casas que aún tienen brasero y consumen carbón y leña.
81.- La falta de callecillas cementadas en los jardines públicos.
82.- Las amenazas de huelga… y las huelgas mismas.
83.- Las masa adulterada y las tortillas hechas con máquina.
84.- La general suciedad de la gente.
85.- las cancioneras…
86.- La murmuración.
87.- La llamada aristocracia… y los riquillos del tiempo de don Porfirio.
88.- El abuso que se observa en todo.
89.- Los centenares de miles de personas que viven “a como den lugar”.
90.- Los comerciantes ladrones.
9l.- Sus Delegaciones policiales, Agentes del Ministerio Público, barandillas, etc.
92.- La velocidad e imprudencia de los “ruleteros”.
93.- La desconfianza de unos para otros…
94.- Los asesinos, los ladrones, chantajistas, etc., etc.
95.- La falta de seguridad para el peatón, y la velocidad de los automóviles en general.
96.- La irresponsabilidad generalizada.
97.- La servidumbre… sin excepciones.
98.- La falsa cortesía entre las personas “educadas”.
99.- “Los cristaleros” de automóviles.
100.-La incultura que se observa en todas partes.
Y...... aún hay más.







CRITIQUILLAS XXI

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


LAS PLAGAS DE LOS SALONES CINEMATOGRÁFICOS MEXICANOS:

Los que hablan en voz alta.
Los que se ríen a carcajadas por cualquier simpleza.
Los que convierten el salón en comedor público.
Los que mascan chicles sin cesar.
Los que jamás se levantan del asiento para dejar pasar a las señoras.
Los que suben los pies sobre los asientos de enfrente.
Los que no respetan a la mujer que los acompaña.
Los inquietos que durante toda la función se mueven sin cesar.
Los que fuman.
Los que constantemente se levantan de su asiento molestando a los de su fila.
Los larguísimos intermedios.
Los que hueles mal.
Los números cortos que sirven de relleno.
Los que cruzan la pierna y molestan al vecino.
Los vendedores ambulantes.
Los anuncios de las películas próximas a exhibirse.
La mala música en los intermedios.
La ausencia de acomodadoras.
La falta absoluta de ventilación.
Los insectos.
Los léperos.
La falta de seguridad.
Sus pestilentes y abandonados “sanitarios”.
La insufrible incomodidad de sus asientos, en la mayoría de ellos.


LIBRANOS SEÑOR:

De las obras del Gobierno inauguradas precipitadamente.
De los automóviles manejados por políticos.
De la policía en general.
De los médicos metidos en política.
De cualquier tipo de lidera.
De los teatros capitalinos.
De los lugares protegidos por el turismo en Semana Santa.
De los aceites industrializados para uso de cocina.
De lo que en México se llama leche.
De los refrescos embotellados.
De la raspa, mambo y todas esas estupideces por el estilo.
De las llamadas películas nacionales.
De los tonos de pureza que se dan todos los malvados desforestadotes del país.
De los gobernadores impuestos contra viento y marea…
De las infernales rocolas y de las autoridades que permiten su funcionamiento.
De los “católicos” que escogen la Semana Santa para divertirse a más y mejor.
De las miles de “misceláneas” convertidas descaradamente en cantinas.
De las ridículas actitudes de los “artistas” cinematográficos.
De las fachas de las niñas “up to date”.
De la chabacanería de pasar la “luna de miel en Acapulco”.
De la intervención del Gobierno en los asuntos de las subsistencias.
De la manera de cantar de los famosos cancioneros.
De las fiestas sociales y tonterías de esas…
De los mariscos que se expenden en la ciudad de México.
De los amigos “desinteresados”.
De los que “están bien” con el Gobierno.
De las plagas citadinas:
Cuidadores de coches.
Pordioseros.
Léperos.
Vendedores de billetes de lotería.
Rateros.
Comerciantes ambulantes.
Merolicos y auto-parlantes.

Es desconcertante lo que se lee en un periódico de la ciudad de México. La mayoría de las veces las noticias son más o menos del tenor siguiente:
Condecoración del Ministro X por el embajador Z.
Glorificación de cualquiera de nuestros múltiples prohombres.
Bendición de un nuevo negocio.
Homenaje a B o C.
Controversia sobre si México se Scribe con x o con j.
Designación de un comité para la recuperación nacional o cosa por el estilo.
Conmemoración del centenario de una de nuestras muchas ciudades.
Elección de la renta de las fiestas de la Primavera.
Elección de la flor más bella del ejido.
Desfile de adhesión al Gobierno.
Pugna entre centrales obreras.
Zafarrancho entre agraristas.
Banquete en honor a x personaje.
Comentarios sobre la tala de árboles en tal o cual región.
El accidente diario de ferrocarril.
El anuncio de la próxima huelga de “nuestros bien amados” petroleros.
La amenaza anual de la huelga de los electricistas o telefonistas.
Sobre el curso de las negociaciones del préstamo “en turno” de los EE.UU. A.
La aftosa… ¡Qué si ya se acabó!... ¡Qué si ya hubo un nuevo brote!... ¡Hum!...
La langosta…
Sobre un incansable y estúpido problema taurino.
Sobre la carestía de la carne.
Declaraciones de que ya no habrá más aumento de impuestos. (Generalmente, tras estas declaraciones vienen los aumentos…)
Nombramiento de tal o cual “personaje” que debe ir “a estudiar” al extranjero el problema U…
Cambios en el gabinete…
Sobre si hay o no hay comunistas dentro del Gobierno…
Sobre el autobús de pasajeros que todos los días cae a la barranca…

CRITIQUILLAS XX

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952


Teniendo el deseo de visitar la tumba del Benemérito de las Américas, el ilustre Benito Juárez, la tarde de un domingo me dirigí al Panteón de San Fernando, situado en el corazón de la ciudad de México y justamente a un lado del parque del mismo nombre. Al llegar a la verja la encontré cerrada con cadena t candado, lo que me descorazonó, pues pensé que inútilmente había hecho el recorrido y perdido mí tiempo. Pero cuando ya me retiraba, un infeliz pordiosero que se encontraba por ahí cerca, me hizo una seña para que me acercara, indicándome que si deseaba entrar, buscara en el parque a un limpiabotas llamado Juan, el cual tenía la llave. Así lo hice, y pronto, sin mayor trabajo, lo hallé dedicado a su actividad. Le expuse mi deseo y me rogó que lo esperara en tanto daba fin a su trabajo del momento. Minutos después nos encontrábamos frente a la verja y la abría para que yo entrara, suplicándome le dijera que tiempo pensaba permanecer dentro, porque mientras tanto el seguiría trabajando su oficio. Le indiqué que mi estancia sería cuestión de media hora a lo sumo. Perfectamente –me dijo--, dentro de media hora regresaré para abrir a usted la verja. Le costará a usted cincuenta centavos, ¿conforme? De acuerdo –le contesté--, y sin esperar más me interné por las polvosas y sucias callecillas buscando el mausoleo que conserva los restos del hombre más grande que ha tenido México. Ahí estaba, abandonado, agrietado, sucio, con un aspecto tal que me causó tristeza y coraje. Tristeza, por el criminal abandono por una cosa tan sagrada para los mexicanos, que tanto debemos a ese hombre extraordinario; y coraje, por la irresponsabilidad de las autoridades correspondientes, que deberían velar por el decoro y la dignidad de un lugar así… Triste trayectoria la de los hombres grandes. La indiferencia y el olvido es lo que se les espera. Los pueblos son malagradecidos, olvidadizos… Alrededor de la tumba todo era un inmenso basurero que llegaba hasta las de otros grandes a quienes México les debe todo: Vicente Guerrero, Zaragoza… Tres grandes figuras de la Patria cubierto de basura y detritus humanos… y dependiendo de un limpiabotas, que por cincuenta centavos permite a cualquier visitante la libertad absoluta para hacer ahí lo que le venga en gana… Cuando salí, después de pagar la cuota convenida, me fui pensando: “Si el sepulcro de la primera figura histórica de México se encuentra en tal estado de abandono, cubierta de basura y rodeada se encuentra en tal abandono, cubierta de basura y rodeada de detritus, ¿qué le espera a la de todos los actuales mandatarios, tan importantes y tan omnipotentes?...
La locura de las celebraciones ha llegado a un grado tal, que en la población de Boca del Rio, Ver., se celebró con toda pompa el primer aniversario de la introducción de la energía eléctrica a dicho lugar. ¡Qué gente…!
Toma la gente sensata de la ciudad de México se hace la ilusión de que cada una de las llamadas “Fiestas de Primavera” será la última, dada su impopularidad, miseria en que vive la totalidad del pueblo, la indiferencia absoluta de todas las clases sociales, la chabacanería y el mal gusto de ellas; pero resulta que al siguiente año la cosa se repite y con peores perfiles… El buen sentido se pierde; pero algunos vivales ganan…
Un amigo mío, alto empleado de una de las más importantes casa comerciales norteamericanas establecida en la ciudad de México y que tiene dos o tres sucursales en el interior del país, me decía: “Hoy me llamó el gerente para ordenarme aumentar cien pesos al precio de los cobertores en general. ¡Óyelo bien! ¡Cien pesos a cada cobertor! No un cinco, un diez, un veinte, cincuenta o ciento por ciento, sino: $100.00 a cada pieza… Decididamente, siguió diciéndome, estos “gringos” ya se han dado cuenta de lo enormemente estúpido de nuestra gente y está abusando de ella sin medida. ¿Hasta cuándo sabrá el mexicano gastar inteligentemente su dinero?
¿Amar a España? ¡Ya lo creo! ¡Cómo no amarla! Pero de eso a amar a los españoles que en nuestro ingenuo país se dedican a las actividades más bajas, a explotar la miseria y el vicio, con negocios tan ruines como las cantinas, los cabaretuchos, los llamados “hoteles”, las casas de empeño, etc., etc., cosas que constituyen el flagelo y la vergüenza para la sociedad, ¡no!, ¡mil veces no…! Y lo anterior, sin contar lo de la leche y el vino adulterado, en cuyas andanzas ellos son peritos y maestros de los demás… ¿Qué hay españoles honrados, notables y buenos en México? Si, gracias a Dios que los hay… y miles… ¡Ay; pero los malos y bribones son tantos…!
El lujo en México es un insulto para sus inmensas muchedumbres hambrientas y desamparadas.
Hacer gala y ostentación de riqueza en México es absurdo y grotesco, sobre todo cuando se sabe, como se sabe perfectamente, el hambre y la necesidad que padece la casi totalidad de su pueblo.

miércoles, 15 de abril de 2009

CRITIQUILLAS XIX

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952

¡Cuánto beneficio haría el Presidente de la República, si mandata llamar a los gobernadores de los Estados y les diera instrucciones de despistolizar al país! Con esa simple disposición, el Presidente salvaría de la muerte a los cuarenta seres humanos que diariamente que diariamente caen víctimas de la pistola…. Cuarenta personas diarias, mil doscientas al mes, catorce mil cuatrocientas al año… y ochenta y seis mil cuatrocientas en los seis años de su periodo… ¡Qué poder el de un Presidente, que con sólo una orden puede salvar de la muerte a cerca de cien mil personas!... Y lo anterior sin considerar a los que dependen de ellas… ¿Qué exagero? ¡No hay tal!... La cifra es baja. Además, puede fácilmente comprobarse… (Y un millón de pistolas al mar… ¡Qué acto de cultura para un gobierno y un pueblo!... ¡Qué hermoso ejemplo al mundo!...)
¡A lo que ha llegado el Bosque de Chapultepec!... ¡Adiós bello y tranquilo lugar!... Ahora, gracias a la indiferencia de las autoridades: inmundas barracas, basura, atracciones propias de ferias pueblerinas, mujerzuelas, aridez, abandono en general… Ese lugar necesita urgentemente:
El desazolve de su lago.
La apertura de sus antiguos canales.
El inmediato retiro de todas esas atracciones de plazuela.
La desaparición de esos “puestos” de fritangas y dizque refrescos.
La creación de un bien presentado cuerpo de Policía del Bosque.
La pavimentación de todas sus callecillas. (Debería de ser de mosaico… ¡se gasta tanto dinero en otras cosas!
Constante atención de sus prados y repoblación de su arboleda ya exhausta.
Prohibición estricta de usarlo como comedor público…
ESE LUGAR DEBE SER DESTINADO AL DESCANSO ESPIRITUAL DE TRES MILLONES DE SERES QUE VIVEN EN EL DISTRITO FEDERAL.
Ampliarlo en todos sentidos, inclusive anexando ciertos lugares que sin justificación ni derecho se le han segregado, restándolos al patrimonio público.
Limpieza moral, ¡mucha limpieza moral!
La maldición tiene que caer sobre los que no han sabido defender las riquezas forestales del país… ¿Qué será de México dentro de unos cuantos años? Un país seco, polvoso, pobre, caluroso, inhabitable…
Los desdichados vecinos de la ciudad de México son constantemente molestados por una absurda disposición de las autoridades de tránsito, que consiste en que cada vez que hay un mitote: manifestaciones, desfiles, comparsas de reinas, etc., por la principal avenida de la ciudad, las citadas autoridades, prohíben el paso en dicha arteria, que de hecho divide en dos partes la ciudad… ¡y esto, desde las ocho de la mañana!, sabiendo, como ellas lo saben, que la manifestación, desfile, o lo que sea, pasará por ahí hasta después de medio día… ¡La tal disposición no puede ser más aburrida!... Todo el mundo se queja, hay discusiones en cada esquina, los negocios se interrumpen, la vida en general se paraliza, etc., etc.… y cuando uno cree que eso no es posible que vuelva a repetirse, ¡ahí está de nuevo!... ¡Mal día para los habitantes de la Capital de México cuando hay un desfile! Los automovilistas sienten verdadero pánico por esas manifestaciones públicas… ¡y con justa razón! Bien puede decirse que la disposición de que se trata “PARTE EN DOS A LA CIUDAD”. (Recuerdo el caso de un desfile de Recogedores de Basura, que parcialmente interrumpió la vida de la ciudad, gracias a la energía y esfuerzo que se puso para que la principal avenida no pudiera ser atravesada por otros que no fueran los manifestantes.)
Pertenecer al Sindicato de petroleros significa todas estas cosas: ganar mucho dinero; trabajar poco; ser admirado, temido, envidiado… ¡el pueblo se hunde; pero ellos se salvan!... (los consentidos del Gobierno y los odiados del pueblo.)
Siguiendo la escala ascendente de los precios que la gasolina viene alcanzando, lógicamente, dentro de veinte años, el litro costará diez pesos. ¡Bastante cara hemos pagado NUESTRA INVISIBLE independencia económica!...
La gente de la ciudad de México le da el nombre de café a una substancia de color y sabor indefinido, que tiene la propiedad de ennegrecer el agua y manchar indeleblemente la ropa. La tal substancia debe ser inofensiva; pues de lo contrario ya les hubiera dado a todos un “patatús”, considerando que su consumo es general en todas las clases sociales… Esto me recuerda cierta anécdota de los viejos tiempos, cuando los buenos y “honrados” comerciantes se conformaban solamente por substituir el café por garbanza o achicoria. Cuéntase que en una ocasión, un estirado personaje de la política, entró en un restaurante postinero, y pidió un café, el cual inmediatamente le fue servido; pero al probarlo tosió, eructó y eructó y estuvo a punto de ahogarse. Furioso, y haciendo más aspavientos que una vieja frente al diablo, mandó llamar al propietario del establecimiento, y con voz corajuda, y echando chispas, le increpó la mala calidad del producto, diciéndole: me quiere usted hacer el favor de decirme ¿qué demonios es este café?... ¡De achicoria, mi señor! –contestó cachazudo el interpelado--, ¿de qué quería su merced que fuera?
Ya es tiempo que los países hispano-americanos concierten con España tratados de reciprocidad en lo relativo a cuestiones de migración. Entre ellos y nosotros no hay razón para que existan las barreras que injustamente existen. ¿Qué ellos no se porten con nosotros, como nosotros nos portamos con ellos?... ¡es malo! Pero lo es para ellos… ¡Así son! Y debemos perdonárselos. Para nosotros, ellos siempre serán de casa. Jamás se nos ha ocurrido considerarlos extranjeros… Y ya que de ellos heredamos esa bendita hospitalidad de que tan ufanos nos sentimos, justo es que ellos la disfruten. Nada mejor que estrechar de manera efectiva los lazos que nos unen, que la reciprocidad en el aspecto migratorio.
Los españoles que residen en América forman su “colonia”. Crean sus casinos, centros de reunión, hospitales, panteones… Procuran casarse entre sí, y muchos de ellos hasta regresan a España solamente para buscar compañera y reformar a estos países. Pero hay una cosa que siempre acontece, y es que sus hijos resultan más americanos que los mismos nativos… ¡Y hasta ahí llega el españolismo tan celosamente guardado!...
Soy propietario de zonas madereras de gran importancia, inmensas extensiones boscosas… y preferiría morir de hambre antes de destruir un solo árbol de ellas. Destruir seres maravillosos como los árboles, pacientemente creados por la Naturaleza durante siglos, para protegernos y servirnos, por su relación con las lluvias, el clima, etc., etc., todo lo cual se traduce en riqueza de los campos, la abundancia en todo, salud… para con el producto de su destrucción obtener una serie de cosas, la mayor parte inútiles… ¡No, no y mil veces NO!... Eso no es para un hombre de conciencia… Lo es para los enemigos de la humanidad… ¡Malditos sean los que destruyen el árbol!...
El símbolo de la Madre Mexicana ha estado representada en los últimos años por cierta actriz española, un tanto cómica… ¡Ni que los mexicanos no tuviéramos lindas madrecitas que pudieran representar dignamente su papel! (¡Harta en eso teníamos que fallar!... ¡Vaya cosas las nuestras!)
Hubo Presidente de México que materialmente deliraba porque todo llevara su nombre. Su afán en ese sentido llegó a tal extremo que por poco le pone su nombre al Canal del desagüe del Valle de México. ¡Acabáramos!

CRITIQUILLAS XVIII

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952

Alfonso Junco, ha escrito un sabio Artículo intitulado; “Cuauhtemoc son tonterías”, entre otras cosas dice: “Pero no tiene validez ni sentido invocar a Cuauhtemoc como padre y fundador de la nacionalidad mexicana, ni siquiera como rey de todos los indios de México. Fue, concretamente, emperador de los aztecas. Y los aztecas estaban muy lejos la totalidad de los aborígenes que poblaban estas tierras cuando llegaron los españoles. Más aún, los aztecas no eran hermanos, ni siquiera amigos, de los otros muchísimos indígenas de entonces. Eran, al revés, sus enemigos. Eran sus opresores. Por la fuerza de las armas, por guerra típicamente de agresión, los habían dominado y les exigían oneroso tributo. Practicaban, además, la guerra sistemática para hacerse de prisioneros que, contra su voluntas, eran horriblemente sacrificados a las deidades aztecas. Los tarascos, los tlaxcaltecas, los mayas, los zapotecas y demás núcleos indígenas, no estaban identificados ni por el territorio, ni por la espontánea conveniencia, ni por el libre convivir con los aztecas ni por la religión, ni por la lengua. Eran diferentes e indiferentes, cuando no hostiles. No remotamente constituía una sola comunidad ni una sombra de nación. Por eso, nada tenían de traidores –como quiere una inepcia acreditada--, los tlaxcaltecas y otros muchísimos indios que se unieron a Cortés para luchar contra sus tiranizadotes los aztecas. Veían una ocasión de libertarse de sus opresores: la tomaban. Eran dentro de los límites de su minúscula patria respectiva, patriotas. Lo que vinculó aquella multiplicidad, dispersión y antagonismo de elementos aborígenes, fue el prodigioso esfuerzo hispánico que a despecho que –a despecho de abusos y miserias inherentes al hombre--, sirvió de introductor y mensajero de la cultura cristiana más prominente a la sazón en la comunidad europea. E inauguró la fusión de las sangres y las almas. Y no sólo trajo a vinculación lo ya existente y conocido, sino que descubrió, pobló y civilizó, numerosos territorios que los aborígenes ignoraban. De aquella enorme aglutinación física y espiritual, nació México. Nosotros “la nación azteca”, como empequeñecedora y retrógrada aberración suele decirse, sólo tal vez porque nuestra Metrópoli se asienta donde se asentaba la antigua Tenochtitlán. Y puestos a escoger, nosotros tan antimilitaristas, tan demócratas, tan enemigos del imperialismo, no tendríamos por qué escoger, entre los muchos núcleos indígenas de entonces, al núcleo que encarnaba precisamente el militarismo, el despotismo y la guerra de agresión. Cuauhtemoc no es, en suma, el fundador y padre de México, etc.” ¡Magnífico! Eso es hablar valientemente y saber decir la verdad.

¡Triste es decirlo!, pero el Gobierno de México solamente se dio cuenta de la existencia de la plaga de la llamada “Mosca Prieta”, cuando ya ésta se había extendido por casi todo el país.

¡Cosas de los periódicos!... Un mes antes de la Semana Santa, todos los periódicos anuncian profusamente que el Gobierno tomará enérgicas medidas para evitar que los turistas sean explotados por los hoteles, restaurantes, empresas de transporte… Día tras día dicen lo mismo y así llega la movida Semana Santa; y una vez que pasa, entonces, y durante una semana, no hablan de otra cosa que de incontables abusos sufridos por los no menos sufridos e ingenuos turistas… ¡Y esto año por año!... ¡Siempre lo mismo! ¡Las mismas palabras!... ¡Las mismas frases!... ¡La misma redacción!... ¡Tal parece como se copiaran el periódico del año anterior!... ¡Y así pasa y seguirá pasando la vida!... Lo cierto es, que ni el Gobierno se ocupa de esas cosas, ni hay nadie tan inocente que se queje…

En México, tenemos dos clases de “pelados” bien definidos: el pobre y el rico. Tan repugnante es uno como otro; pero el rico es todavía peor, porque además de muchas cosas… abusa de la fuerza que le da su posición económica. Estos son, por naturaleza, corruptos, y obviamente, en contubernio con algún gobiernícola –léase “servidor” público--, son capaces de corromper a su propia madre –dicho sea esto con respeto a las madres de estos malandrines mal nacidos.

A los mexicanos que les gusta apostar, podrían hacerlo perfectamente cada vez que un rico cometiera alguna fechoría, cosa por demás común, y para “cubrir las apariencias” lo internarán en la cárcel; pero con toda clases de consideraciones… La cosa podría ser así: “Te apuesto mil pesos a que sales antes de quince días… ¡no te olvides que tiene mucho dinero y buenos compadres!…” Y así por el estilo podrían se estas interesantes apuestas…

En México, la falta de respeto a la mujer a llegado a su máximo. De no oponerse prontamente una barrera al alud de grosería y vulgaridad que priva en todas partes, justamente en contra de la mujer, la vida de ésta será punto menos que imposible cuando transite por la calle… sin que para nada influya que vaya acompañada por un hombre, a no ser que éste siempre esté dispuesto a jugarse la vida a cada paso.

Daría cualquier cosa por saber qué diablos le dicen servicio telefónico… a ¡eso!...
¡Adiós, turistas extranjeros!... Cuando sepan que la ciudad de México, está eternamente cubierta por densas nubes de polvo… (El remedio está en la reforestación de todos los cerros que circundan el Valle de México.)

O el Gobierno de México se resuelve a castigar con la horca a los que se enriquecen talando nuestros grandes bosques, o esto se convertirá en un horrible páramo en donde la vida será imposible.

Entre las muchas contradicciones que existen en los regímenes democráticos, tenemos la de las incontables prerrogativas que disfrutan los señores diputados, senadores, diplomáticos y otros muchos funcionarios, grandes y pequeños… Pongamos por ejemplo el caso de las placas especiales para sus automóviles. Estas placas constituyen de hecho una patente de impunidad para violar las ordenanzas de tránsito… ¡y otras cosas!... (es la razón especial de que existan). Lógicamente, ¿no deberían ser esos señores los primeros en dar el ejemplo de igualdad, que es justamente lo que caracteriza a las democracias?...

La mayor parte de las taquerías y torerías de la Ciudad de México, deberían tener agregada a su negocio una agencia funeraria… Así, podrían anunciar: “Cómase uno de nuestros “sabrosos” tacos o una de nuestras exquisitas tortas… y nosotros nos hacemos cargo de su sepelio”…

A un hombre de visión se le ocurre construir un buen hotel en una población donde hace falta. Naturalmente tiene éxito, y eso es bastante para otro resuelva construir un segundo. Con el nuevo, el que ya existía no obtiene ya tan buenos ingresos; pero se sostiene. Pero entonces siempre surge un tercero, que con imaginación calenturienta, y sin averiguar mucho, piensa que si fulano y mengano han levantado dos hoteles y con ello “ganado mucho dinero”, por qué él no lo va a poder hacer… y sin perder el tiempo comienza a levantar el suyo… Parecería que con este último la cosa pararía ahí, ya que con ello ninguno de los tres obtendría un solo centavo de utilidad, conociendo solamente de molestias, dificultades y compromisos económicos difíciles de solventar; pero es el caso que el fenómeno sigue adelante, y siempre sube un cuarto, un quinto, etc., que se creen más inteligentes, conocedores, relacionados, optimistas… ¡Y ahí va la cosa dando tumbos!... Este fenómeno de la construcción de hoteles que tanto se ha visto en todas partes, últimamente se ha dado en México… y no es sino un ejemplo de lo que acontece en la mayoría de los negocios y actividades de los hombres.

¿Quién suprime siempre a nuestros grandes hombres? Juárez fue envenenado, Carranza asesinado misteriosamente a través de las débiles paredes de un “jacal”… Obregón muerto por la espalda… En todo esto siempre ha habido una mano poderosa… y siempre también la misma.

CRITIQUILLAS XVII

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952

Desde hace muchísimos años en México sentó plaza la siguiente y verídica frase: “El Código Civil se hizo a los ricos y el Código Penal para castigar a los pobres”… ¡Y vaya que así es!

A juzgar por la clase de gente que está recluida en las cárceles de México, los ricos jamás atentan contra la ley… ¡Sin duda que éstos son unos bienaventurados!... ¡Dichoso país en donde los ricos don santos!... Nunca supe en mis años que un rico fuera a la cárcel, así hubiese cometido el peor de los delitos.

El poder de un Presidente de México es inmenso… ilimitado, sólo comparable con el de los más absolutos dictadores del mundo… Su voluntad mueve todo.
En los últimos años el pueblo de México ha venido renunciando poco a poco a todos sus derechos, hasta convertirse en lo que es: una masa de gente incolora, envilecida, explotada, burlada, sin voluntad para nada y sin fe en nadie… ¡triste trayectoria la nuestra!...
Los únicos que en realidad sostienen limpia la ciudad de México son los humildes pepenadores. Son también los únicos servidores efectivos del pueblo que no cuestan al Gobierno ni un solo centavo.
Existen países como México, en los que la libertad de prensa y nada es lo mismo. ¡De qué sirve que de cuando en cuando los periódicos se atrevan a decir “algo”, si los Gobiernos jamás les hacen caso!...
Ya es tiempo que el gobierno de México resuelva poner fin al pulque, la infame y embrutecedora bebida que tanto daño ha causado siempre a nuestro desamparado pueblo. No es un secreto para nadie los efectos que produce ese pestilente líquido. Si se quiere salvar del encanallamiento a millones de seres, suprímase esa bebida. Los impuestos que rinde al Estado no pagan ni la millonésima parte de los perjuicios que ocasiona. ¡Pobre pueblo el se México!... ¡No hay quien vea por él!... (Lo peor será cuando todo el país esté convertido en un inmenso erial, gracias a la terrible desforestación que, a ciencia y paciencia de los últimos Gobiernos, se ha llevado a cabo en toda su extensión. Entonces, en esas tierras áridas, secas e improductivas, no quedará otra cosa que sembrar que el maldito maguey… ¡Que Dios ayude al México del futuro!...)
México posee las mejores leyes que existen en el mundo; pero de nada sirven, porque nadie les hace caso.
Cuando se establece un negocio en México, hay que considerar que siempre se hace en sociedad con el Gobierno y el sindicato. ¡Dos socios que no ponen absolutamente nada!... ¡En ningún sentido!...excepto muchas dificultades y molestias; ¡pero eso sí, tratando de sacar el mayor provecho, sin entrar en razones!... A ellos no les importa que el negocio sea bueno o malo, que gane o pierda…
Una de las cosas que a los mexicanos nos ha restado popularidad y simpatía de los países Centro y sudamericanos, es nuestra tonta e incontenible vanidad. Resulta con que cada vez que tenemos que referirnos a cualquiera de nuestras cosas, lo mismo sea de un mal tenor, que de una aburrida cancionera; de un hotel, que de una estación de radio; de una industria, que de un salón cinematográfico, tenemos que agregar; “QUE SE TRATA DEL MEJOR DE LA AMÉRICA LATINA”… Esta frasecita la conocen hasta el cansancio en esos países, y con justa razón se burlan de ella y de nosotros… ¡Bien se conoce que los que hablan así, no tienen ni remota idea de lo que valen, poseen y son esos países hermanos!... Ya es tiempo que dejen de presumir los que tal hacen; tanto porque no se debe mentir, como por no ofender a quienes siempre nos han demostrado cariño y confianza. Además, no es razonable seguir haciendo el ridículo con esas invenciones, que revelan un complejo de superioridad con respecto a las demás naciones hispano-americanas… Apenas surge por ahí una actriz de cine de aspecto caballuno y voz cascada y monótona, ya dicen que es la más bonita del continente. (No siempre se conforman con lo de la América Latina… y entonces se “tiran más alto”…) ¡Qué un barítono tiene éxito en un ambiente de cabaret!, ya también lo reputan como el mejor del continente; que un chofer o locutor se hace actor de cine, ya dicen que es el mejor de la América Latina… ¡Conozco más de dos docenas de actores de este tipo que, según ellos y su publicidad, son los mejores, de la, en este caso sufrida, América Latina!...)
México debería considerar el ejemplo que el Japón dio al mundo, cuando por medio de un perseverante esfuerzo, logró introducir y hacer realidad los más elementales principios de higiene de su pueblo, logrando en esta forma que su población se duplicara en solamente treinta y cinco años.
Existen países como México, en que todo lo relativo al tránsito de peatones y vehículos, se arregla sobre la base exclusiva de pintar rayas en las calles. Entre más sabio es el funcionario jefe de tránsito, más rayas ordena pintar.
En México, el llamado servicio telegráfico es tan malo…qué, por ejemplo: usted pone un mensaje dando aviso que ha llegado bien y que tal día estará de regreso… ¡Pues regresará usted y le informarán que jamás han recibido mensaje alguno!... ¡Y usted se dará a los mil diablos!.. Pero cuando ya ni se acuerde… ¡digamos, quince días después!, un buen día, a las altas horas de la noche, será usted bruscamente despertado por un mensajero, portador del telegrama que usted puso dos semanas antes… ¡Y DIOS lo libre de quejarse!... ¡Nadie le hace caso!... ¡Y posiblemente hasta se rían de usted!...y no faltará alguno por ahí que le diga: “No sea ‘maje’ ¿pos que no se da cuenta de que estamos sindicalizados?...
Existe gente tan inocente… ¡qué todavía telegrafía!... ¡Bueno, después de todo no hay por qué admirarse, si se piensa que hay quienes pretenden obtener una comunicación telefónica de larga distancia!... ¡que es el colmo!...
Un amigo le preguntó a otro: ¿Qué crees que sea peor: el llamado servicio telefónico o el telegráfico; una película de charros o una cancionera romántica?... ¡Oyes! –le respondió el otro-- ¡no me las pongas tan difíciles!...
¿Semana Santa en México? Semana de placer, de viajes, de alegres excursiones, de exhibicionismo en playas y balnearios…
Los reyes y emperadores aztecas no se sentían bien el día que no se comían unos higaditos humanos…