lunes, 27 de septiembre de 2010

DEL ARDID






Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952



El ardid es una de tantas muestras de la seguridad humana. El ardid, inteligentemente entendido, es muy útil y necesario, pues facilita el esclarecimiento de dudas, problemas, etc. Ayuda a conocer a la gente con quien tiene uno trato. El ardid puede ser fraguado lo mismo para un bien, que para un mal. Es un ´plan astuto, grande o pequeño, que el ingenio forja con determinado fin. Existen individuos tan recelosos que cada paso que dan o acto que realizan, obedece a cierto programa que tiene un fin previsto. A esta gente es fácil distinguirla, porque posee cierta psicología que la descubre.


Los grandes secretos se descubren por pequeños ardides.



En este mundo no hay nadie que se escape de ser engañado. Para el más astuto siempre hay otros que lo es más.



La escala de los mañosos no tiene fin. Nadie puede decir hasta donde llega o hasta donde puede llegar.



La vida de los negocios es ya terriblemente complicada y difícil, que el ardid es cosa común y corriente. Seguramente que sin él se fracasaría. A más ardides, más negocios, más prosperidad. Mas todo… (desgraciadamente).




Del árbol






Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Somos tan ignorantes que no obstante que sabemos todo lo que significa el árbol, sin cesar lo destruimos… Cada golpe de hacha a un árbol, es un golpe a las fuerzas vitales de la patria.


Cuando por fin hayamos destruido la totalidad de los arboles, nos habremos destruido nosotros también.



El día que el hombre aprenda a considerar al árbol como a su mejor amigo, se día se iniciará sin duda una gran era de prosperidad y bienestar en el mundo. Ese día volverá el buen clima a todas partes… La salud, la alegría, la abundancia…



¿Hasta cuando el ser humano le dará su ligar al árbol?



Es un deber amparar los arboles, fuente de belleza y de vida.



Jamás he conocido el caso de un desmontador (desforestador) a quien le haya lucido el dinero adquirido con tan infame comercio… Tal parece que el que proviene de tala de arboles estuviese maldito…



Una de las peores formas de sangrar a un pueblo, es destruyendo sus riquezas forestales.



Talar arboles equivale a robar la riqueza y bienestar de los pueblos.



México, solamente podrá salvarse de la ruina que lo espera, por lo que a las consecuencias de la desforestación se refiere, si su gobierno, real y sinceramente se preocupa del problema y dicta enérgicas medidas. Humildemente, yo me permitiría sugerir algunas de ellas tendiente a ese fin.



1. Exención de los impuestos a las fábricas de estufas de gas.



2. Exención de derechos de importación a todas las materias primas destinadas a la fabricación de estufas de gas, petróleo y eléctricas.



3. El flete más bajo de ferrocarril, autotransporte, avión, etc., para el manejo de estas estufas.



4. Las máximas facilidades y garantías a las empresas introductoras de gas a las ciudades del país.



5. Las más bajas tarifas de consumo eléctrico, cuando este fluido esté destinado a estufas eléctricas.



6. Gestionar que en el presupuesto de egresos exista una importante Partida anual, para la venta de estufas al pueblo, a precios sumamente bajos.



7. Crear una escuela de guardias forestales que tuviera cierta analogía con la "Real Policía" del Canadá, que tan magníficos resultados ha dado.



8. Castigar con severidad extraordinaria u nunca vista a los que en una u otra forma destruyan el árbol.



9. Reducir el precio del gas por lo menos con un 50% del valor que actualmente tienen.



10. Por todos los medios posibles dar a conocer al pueblo la enorme importancia que el árbol tiene.



11. Decretar la libre importación de madera extranjera, concediendo además un razonable subsidio a los importadores.



12. Prohibir la exportación de toda clase de maderas.



13. Conceder un descuento del 50& en los fletes, para la madera importada.



14. Después, por medio de una Ley Federal, la obligación por parte de todas las autoridades del país, de establecer en cada municipio un vivero forestal, de acuerdo con la flora de la región.



15. Decretar la prohibición absoluta de usar carbón como combustible. Para el efecto, conceder un plazo de tres meses, para la desaparición de los antiguos braceros de las casas.



16. Prohibir el uso de la madera en las llamadas cimbras, en las construcciones de casas.



17. Considerar el uso del durmiente de acero o de cemento armado, en lugar del de madera, que tan impráctico y costoso resulta, y que ya está fuera del momento actual.



18. Prohibir el uso del poste de madera. (Ya no hay ninguna razón para que estos no sean de cemento armado)



19. Por razones de salud publica y beneficio de la patria, prohibir el uso del llamado "Árbol de Navidad2 (La costumbre es hermosa; pero los perjuicios que causan a nuestros bosques anualmente, es enorme… ¡Más vale privarse de ese gusto!...)



Haz poblados que se crean con el exclusivo objeto de desforestar una región. Desgraciadamente el problema a nadie le interesa…



Así como se perpetúan los nombres de los héroes, grandes hombres, etc., así también deberían perpetuarse los de los bribones que desforestan los países, sumiéndolos en la miseria. MALDITOS SEAN









jueves, 23 de septiembre de 2010

Del apresuramiento





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



EL apresuramiento es la consecuencia del deseo de llegar más pronto o de realizar alguna cosa en menos tiempo. La gente dinámica gusta de unir el pensamiento a la acción, provocando así el apresuramiento en los actos. Su pensamiento traduce inmediatamente la imagen del hecho, imagen que una vez registrada en la mente exige verse materializada.



El apresuramiento hace fracasar la calidad y condición e las cosas.



Apresúrate a realizar el bien que hayas pensado. No lo dejes para después, porque quizá para entonces ya no lo puedas hacer y de nada te servirá haber pensado como pensaste.



También apresúrate a dominar tus pasiones y apetitos, a conocerte, a ser bueno y servir a tus semejantes.



Es un hecho que el noventa y cinco por ciento de las cosas que se hacen apresuradamente no salen bien. La prontitud exagerada siempre es un perjuicio de lo que se hace. Todo requiere de determinado tiempo para realizarse. Esto no quiere decir que las cosas no deben o no puedan hacerse con prontitud; pero no con apresuramiento. El apresuramiento proviene de una necesidad que puede ser real o ficticia: necesidad: necesidad de terminar un trabajo, liquidar una cuenta, llegar pronto, etc. La costumbre de apremiar a los que trabajan para nosotros es muy común: apremiamos al conductor del coche para que nos lleve más aprisa; al carpintero, para que nos entregue los muebles más pronto; al lavadero, para que la ropa quede más limpia; al jardinero, para que pode nuestros rosales… El apresuramiento, como la mayor parte de las cosas del ser humano es muy clásico y presenta varios aspectos… Debe ser inteligentemente empleado, tanto en las necesidades verdaderas, como en las demás. Usado como regla es fatal.



Apresurémonos a realizar las cosas; pero no las hagamos precipitadamente.



La batalla diaria se gana mejor con sentido común que con apresuramientos.



Apresurarse en política suele dar malos resultados. En ese terreno hay que proceder con calma, así a veces parezca que no…



Apresuremos nuestras cosas; pero sin exagerar.



Procedamos con orden, no con precipitación.











De la apología





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



APOLOGÏA es discurso de palabras o por escrito, en defensa o alabanza de personas o cosas. En la actualidad esto ha degenerado tanto, que puede asegurarse que de cada mil apologías que se hacen, una si acaso, será sincera o merecida. Las demás son interesadas, ridículas y generalmente divertidas… El camino fácil del elogio mutuo impera en todas partes. Unos y otros se hacen sendas apologías y se elevan como globos inflados de aire. ¡Cómo mueven a risa esos torneos teatrales de alabanzas mutuas!... ¡Se dicen tales cosas, que hay veces llegan al delirio!... No es honrado quien dice lo que no piensa. Jamás se debe aceptar hacer la apología de quien no se lo merezca. Hacerlo implica una baja complicidad y falta de respeto a si mismo… En cambio, hacerla por un hombre honrado y que se la merezca, es una satisfacción que cabe hasta disputarse.



Hacer una justa apología es cosa grata.



Que tu silencia desapruebe la apología interesada o inmerecida.



Las apologías que sueles hacer los políticos son más falsas que los juramentos de inocencia de un bribón.







Del aplauso





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



NO busques aplausos… Trabaja y deja hablar…



Sentirse aplaudido por alguna acción de mérito es algo que desconcierta, pues precisamente quien es capaz de realizar algo así es porque vale, y al que vale le molestan esas manifestaciones que juzga no merecer.



El aplauso es sencillamente un rumor.



El hombre sensato, jamás aplaude por aplaudir… (Ojo, Leones y Rotarios).



Cuando se aprende a conocer los deberes que se tienen para con nuestros semejantes, los homenajes no se pueden considerar sino como algo inmerecido.



Los hombres de mérito detestan el aplauso.



Aplauso es la acción de aplaudir o sea palmotear en señal de aprobación o entusiasmo. También aplaudir es celebrar o elogiar con palabras u otras demostraciones a personas y cosas. En la actualidad, el plazo se prodiga tanto a gentes sin mérito y a cosas sin importancia, que ya ninguno lo toma en consideración. La mayor parte de los aplausos que se conceden en los actos públicos o sociales, son por cortesía y a veces por entusiasmo momentáneo que inmediatamente se olvida… Existen individuos a quienes les gusta verse aplaudido constantemente y para ello no pierden oportunidad. Generalmente, conocen la calidad de público que tienen por delante, y buscan los efectos que saben producirán entusiasmo y aprobación… ¡y naturalmente aplausos!... La cultura que esta clase de individuos representa poseer, ¡y quizá posean!, ase desdice mucho por esa preocupación y ese deseo constante de lucir sus habilidades oratorias ¡venga o no al caso! ZAMACOIS, el fino escritor español, refiriéndose a la manía de hablar para conseguir aplausos, comentaba: ---"Que había individuos que apenas veían a ocho o diez personas reunidas, ya se creían obligados a decir algo"… ¡y a decirlo de pie!... ¡que era lo peor!... Bodas, bautizos, confirmaciones, descubrimientos de estatuas o lapidas, inauguraciones de carreteras, puentes, banquetes literarios, entierros, etc., todo servía de pretexto a los devotos de la oratoria para tomar la palabra y fastidiar a la concurrencia"… Por cierto, no hace mucho tiempo, un periodista norteamericano realizo una interesante encuesta entre los principales hombres de ciencia del mundo, para saber si hablan sido aplaudidos alguna vez… El resultado fue que la mayor parte de ellos no solamente no conocían el aplauso, sino que confesaron que por regla general en todas partes pasaban completamente inadvertidos.



El agasajo sincero es una exteriorización del sentimiento amistoso. Se agasaja para testimoniar ese sentimiento. El agasajo sincero ha degenerado mucho, sobre todo en los últimos tiempos… Ahora se hace por compromiso, interés, vanidad, conveniencia, etc. Los acercamientos que se producen en estas condiciones resultan tan superficiales como falsos. (¡Dios libre a uno de aceptar un agasajo en estos tiempos!)


















Del apetito





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



Desde el punto de vista de la fisiología y la patología, apetito es la sensación interna que advierte la necesidad de ejercer determinadas funciones, especialmente las de generación y la digestión. A la primera se le denomina apetito genésico; y a la segunda, simplemente apetito. No se debe confundir el hambre con el apetito, pues se trata de dos cosas diferentes, ya que el apetito distingue los alimentos; prefiriendo unos a otros, en tanto que el hambre no se fija en que sean tales o cuales… es simplemente la necesidad de comer. Los individuos que llegan a cierta edad, suelen comer bastante sin tener apetito. Este es uno de los fenómenos de la decadencia de las funciones cerebrales, que al faltarles, dejan en libertad a los instintos inferiores… El trabajo cerebral excesivo y la mayor parte de las de las pasiones, sobre todo las concéntricas, disminuyen el apetito. En cambio, el aire libre, el ejercicio y el buen estado de ánimo lo despiertan y lo avivan…



La racionalidad debe imponerse a los apetitos. A mayor animalidad, mayores apetitos.



SAMANIEGO, dijo:



¡El apetito es ciego



A cuántos precipita!



Los animales ni disimulan bi controlan sus apetitos. (La mayoría de los hombres tampoco).













De los apellidos y de los apodos









Por: José Tamborrel Suárez




Año: 1952




Fue hasta principios del Siglo XI, cundo los apellidos comenzaron a usarse con regularidad. Cada quien tomó el suyo como les vino en gana. Los nobles, los tomaron de sus feudos o de sus comarcas; la gente común y corriente de sus oficios, defectos, color de su tez o de su pelo; de los lugares donde nacieron, de las flores, las plantas, los frutos; de las herramientas de trabajo, de sus cargos, apodos, etc., etc. Las legislaciones de la mayor parte del mundo, no permiten se alteren o cambien los apellidos que corresponden a cada familia por el troco de donde descienden, pues esa práctica presenta a la sociedad actual gravísimos inconvenientes, fáciles de comprender. Nada mejor que cada quien lleve su nombre, por el cual pueda ser llamado y reconocido… y, nada más natural que siendo que siendo algo tan único y especial, y sobre todo, tan de uno, quiera para él lo mejor en respeto y consideraciones. De ahí la preocupación en la gente que se estima, de velar por el nombre que lleva. Justamente, el sentimiento del honor nace de este principio, y ambos: apellido y honor marchan juntos por indisolubles lazos.





Más valer… y menos apellidos.





Cualquier apellido es bueno, con tal de que sea honrado.





La única forma de cuidar el honor y el prestigio de un hombre, es poseyendo lo que se trata de proteger.





Trata siempre de llevar un apellido honrado. Hay en ello una grandísima satisfacción, y conveniencias incalculables.





El buen nombre no tiene precio.





Existe una regla: gente que se firma con muchos nombres y apellidos, vale poco.





Apodo es el nombre que suele darse a las personas, tomando de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia. La gente decente no pone apodos a nadie, ya que eso constituye una burla, y ella, por lo menos así se entiende, no es capaz de burlarse de alguien… Por otra parte, el que pone un apodo queda sujeto a la misma condición, exponiéndose a que a él también le pongan uno… Lo mejor es respetar a todos, llamándolos por su nombre… y no familiarizándose con nadie.





Los apoditos que se ponen las "niñas de sociedad" son terriblemente cursis. Ejemplos: "la Breba", "Chepepona", "Pita", "La Malicha"…





Si cuidamos nuestro apellido, nos cuidamos de todo… de absolutamente todo.






















lunes, 20 de septiembre de 2010

De la apatía

Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952

 

 
La apatía generalizada en uno debe ser combatida; pero la momentánea debe ser disfrutada.  En lo relativo a deberes y obligaciones no se debe ser apático, ¡así se sienta lo que se sienta!...

 

En la apatía no hay insensibilidad.  Eso no es posible.  Somos naturalmente sensibles en tanto que tenemos vida.  Por eso el sabio francés CLAUDIO BERNARD, afirmaba, que el signo más general de ls vida era la sensibilidad…  No sentir nada es un absurdo, pues tal cosa equivaldría a la muerte.  El estado natural es un estado de sentimiento, un estado que no nos permite dejar de sentir.  La apatía es resultado de la indiferencia que se siente por mucha cosas, por la sencilla razón de que no es posible que todo pueda gustarnos  o atraernos.  Es otra de las diversas fases del fenómeno  de la separación.  También puede haber apatía por un mal funcionamiento orgánico, por pereza constante  o momentánea, por no conceder importancia a la cosa, etc., etc.  La apatía absoluta no existe sino en determinados dementes o en enfermos a un paso de la muerte.  La apatía depende del grado de interés  que las cosas puedan tener para uno.  Y aquí una gran verdad que merece reflexión; la apatía, como todas las cosas del ser humano, regula las actividades y la vida misma.

 

 La mayor parte de los fracasos en los negocios se deben esencialmente a la apatía.  Ella debilita la voluntad, rehúye las dificultades propias de toda actividad, se acomoda con la pereza y destruye todo estímulo.

 

De las apariencias

Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952

 

VIVIMOS una época en que se da mucha importancia a esa que se llama "presentación".   ¡No importa el cobra con tal que esté dorado.  La mayoría solamente estima y aprecia a los demás por su exterior!  "Echarse encima lo que tienen" es una fiase común y corriente entre ese gente de exteriores brillantes… "¡Basura por dentro; pero un buen abrigo de pieles por fuera!..." "¡Un traje bien cortado, por fuera; pero miseria o ignorancia por dentro!..."  ¡He ahí la realidad de ahora!...

 

LA apostura es un detalle exterior, y los exteriores por brillantes y sugestivos que sean o parezcan, ¡nada son!... ¡nada valen!... ¡nada dicen!...

 

"El mundo es solamente una apariencia", decía el célebre LA ROCHEFOUCAULD, y nada más cierto… Bien puede decirse que todo lo que se ve y oye es falso.  Todo aparenta ser una cosa y es otra.  Las perspectivas nos engañan.  Vivimos en un enorme circo, dentro del cual solamente unos cuantos saben y reconocen ser actores de una gran mascarada.  Los demás lo ignoran.  Nada saben.  Actúan sin darse cuenta.  Diariamente, unos y otros desempeñan su papel.  Cada quien se mueve de acuerdo con su conveniencia, y casi todos tratan de engañarse haciéndose aparecer diferentes de lo que realmente son.  Todos dicen lo que creen que deben decir; pero jamás lo piensan.  "Las apariencias engañan" dice el viejo proverbio, ¿y ya lo creo que engañan!... La gente jamás se deja conocer.  Aparenta lo que no es, y hay muchas que a fuerza de aparentar, hasta ellas mismas se engañan…  NERVO, decía:---""Muchas de tus máscaras han quedado por largo tiempo en las fotografías.  Durarán más de lo que se merecen; pero ninguna ha sido en ningún momento la expresión exacta de "TU YO".  "Que eso te enseñe a buscar en los hombres su fisonomía interior, la fisonomía escondida".  Para la gente en general, lo principal es saber aparentar: aparentar educación, cultura, riqueza, felicidad…  Y lo más curioso de todo, es el hecho de que todos se preocupan, más por aparentar ser felices, que por serlo, lo que es el colmo de la insensatez.  Pero, a pesar de lo que se diga y se haya dicho acerca de las apariencias, el Hombre siempre juzgará , obrará y se moverá de acuerdo con ellos…  El Hombre está hecho para ser engañado.  MAQUIAVELO, decía:---"Todos , los hombres tienen ojos; pero pocos tienen penetración".

 

NO juzguéis a nadie por su exterior.  ¡Eso es una tontería!  Procura ahondar siempre… ¡Verás que sorpresas!...

 

SOLAMENTE el exterior de la humanidad es lo que cambia.  El interior es el mismo de siempre: las mismas pasiones, defectos, virtudes, preocupaciones, sentimientos…

 

HAY farsantes que suelen llegar al pináculo, para después caer en la indiferencia y el olvido.

 

LA moral pesa de tal manera sobre lo físico, que difícilmente ocultarse un hecha  de esta índole, sin que el resto no lo descubra.

 

LA vida es una sucesión ininterrumpida de conquistas.  Hay que conquistar afectos, simpatías, benevolencia, respeto, consideraciones, posición social, etc.   Todas estas conquistas resultan más fáciles cuando la presentación personal es agradable.  De ahí la necesidad de ser cuidadoso a ese respecto… ¡pero sin exagerar!...

 

Hay tanta dignidad en una camisa limpia y un traje lustroso y cepillado, como en lo que más.

 

EN la presentación personal, el calzado quiere decir mucho.

 

DE cierta gente podría decirse: por fuera, maravilla; por dentro, infierno.

 

TODO es diferente de cómo lo vimos.  Esto hay que tomarlo muy en cuenta para juzgar las cosas.  Justamente, si nos equivocamos tanto es por dejarnos llevar por lo que vemos… Lo vemos blanco y juramos que es blanco… y, sin embargo, es negro.

 

NADIE se preocupa por lo que es uno, sino por lo que representa.

 

A distancia todos parecemos iguales y, sin embargo, somos completamente diferentes.

 

CASI nadie se fija en lo que realmente son las cosas.  Todos se fijan en lo que parecen.

 

ES mucho lograr que la apariencia personal nada tenga que ver con las vicisitudes del cuerpo y del espíritu.

 

RÍETE de los que brillan… ¡no valen nada!... La gente que vale, jamás brilla.

 

HAY hombres y mujeres grandes de cuerpo, apuestos ellos; bellas, ellas; pero con espíritu enano…

 

Muchos de los hombres que brillan y dan sensación de ser personajes, son, como decía Napoleón, de Talleyrand "Montón de basura dentro de un par de medias"…   

 

EL atavío no deja de tener su importancia, ya que es él que nos presenta a los demás en el aspecto exterior, que es el porque nos juzga la mayor parte de la gente.  Consideraciones y respeto las tendremos o no, según ese exterior.

 

UNA cosa es ña cara y otra el corazón.

 

YA nadie quiere llegar al conocimiento profundo.  La mayor parte se conforma copn las apariencias.

 

SI la mayor parte de los que se meten dentro de un traje de baño no fueran ciegos, podrían ver el ridículo que hacen.

 

ES un hecho, que los que son más exigentes con su persona, cuando de que los vean los demás se trata, son también los más abandonados cuando están solos o no tienen que verse con nadie particularmente.

 

CUANDO más nos atildamos, mejor nos vemos…  Si no lleváramos nuestro cuerpo al baño, peluquería, sastre, zapatero, manicura, etc., ¿De imaginan ustedes cual ser+ia nuestra aspecto?

 

HAY que tener cuidado de la superficialidad de los hombres atildados. .

 

GENERALMENTE, dentro de un vestido elegante o un traje bien cortado, va una necia o un necio.

 

 

 

 

 

 

 

Del antojo

Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952

 

EL antojo prudente está bien; pero el que obedece a ciertos impulsos y caprichos está mal.  Él antojadizo carece de gobierno.  Depende de los inciertos resultados de su capricho.  Jamás puede ser dichoso, pues no es posible que la vida le conceda cuanto se le antoje.  Su manera de ser no encuentra barreras, no sus deseos fin…

 

El antojo es hijo del capricho.

 

GUSTAR de antojos es gustar de cosas superfluas.

 

DEBEMOS controlar nuestros antojos.  Sabido es que tenemos demasiados.  Conformémonos con los que buenamente podamos satisfacer, sin concederles importancia a los demás…

 

 

De lo antiguo

Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952

 

ANTIGUO es lo que existió hace mucho tiempo.  Es también lo que sucedió o existió en tiempos remotos.  Este vocablo en lenguaje artístico las obras griegas y romanas, de los buenos tiempos en escultura, pintura y arquitectura.  Indica también lo bello y lo clásico del arte en la antigüedad.  Fueron los italianos los que a principios del siglo XV, se aficionaron por el estudio de lo antiguo, iniciándose estos en Roma, en las grandes excavaciones que ahí se hicieron, y en donde infinitas estatuas, bajorrelieves, etc., fueron descubiertas.  Los estudios relativos se extendieron por todo el mundo, y a través de de los últimos siglos, hasta alcanzar el grado de perfección actual.  Infinidad de hombres se han especializado en la materia, y constantemente aportan nuevos datos y nuevas luces sobre el particular.  Lo antiguo es la base de toda educación artística, y por tal motivo su estudio forzosamente figura en todas las escuelas de bellas artes del mundo.  En verdad, resulta inexplicable que toda la más extraordinaria y maravillosa producción de arte greco-romano, de los buenos tiempos, haya sido abandonada, destruida y abandonada por la gente de su época, al grado de desaparecer enterradas en cualquier parte.  (Según investigaciones sobre el particular, la culpa de toda esta bárbara destrucción se debe a la presión e influencia que cierta organización religiosa desarrolló intensamente en el curso de la primera mitad de la era actual, con el fin de borrar hasta el último vestigio y noticia de los dioses paganos de la antigüedad.  Para esta religión era más importante la imposición de sus ideas, que todo arte habido y por haber.)  Gracias al tesón y perseverancia de los hombres posteriores a esas épocas de barbarie, la humanidad ha podido recoger y salvar lo mejor que en el arte escultórico se ha creado.  ¡Por lo menos esa es la creencia!  Quizás en el fondo de los mares o enterradas por ahí en cualquier parte, existan grandes maravillas de las que nunca sabremos…

 

ACERCA de lo anterior, he aquí algunos datos interesantes:

*      El Apolo de Belvedere, fue descubierto cerca del Cabo Ancio, en los últimos años del Siglo XV.

*      El Tíber (del Louvre) en Roma, por la misma época que el anterior.

*      El Grupo de Laocoonte, en las termas de Tito, en el año 1506.

*      El Nilo, (del Vaticano) en Roma, en el sitio que ocupaba el antiguo templo de Isis y Serapis.

*      El Mercurio, en el Monte Equilno, en el año 1540.

*      El Hércules Descansando, en las Termas de Caracalla, también en el año 1540.

*      El Marsias, en Roma, en el año 1586.

*      La Niobe, el Sileno, Baco y el Discóbolo, en Roma, a fines del Siglo XVI.

*      La Venus de Milo, en Milo, el año de 1820.

 

La razón del por qué la humanidad siempre ha tenido respeto y admiración por lo antiguo, es debido a que ella misma es su producto, es porque cuando nosotros abrimos los ojos y nos damos cuenta, ya venimos de atrás, en una sucesión ininterrumpida.  ¿De dónde tomar experiencias? ¿De dónde copiar? ¿De dónde basarnos para crear?  Todo lo que sabemos, todo lo que estudiamos, todo, absolutamente todo, viene de atrás…

 

AMA lo antiguo.  En ese amor encontrarás una fuente inagotable de gratas emociones estéticas y exquisitos gustos.  En su estudio podrás hacer observaciones muy útiles e interesantes que seguramente te maravillarán.