Año: 1952 El ardid es una de tantas muestras de la seguridad humana. El ardid, inteligentemente entendido, es muy útil y necesario, pues facilita el esclarecimiento de dudas, problemas, etc. Ayuda a conocer a la gente con quien tiene uno trato. El ardid puede ser fraguado lo mismo para un bien, que para un mal. Es un ´plan astuto, grande o pequeño, que el ingenio forja con determinado fin. Existen individuos tan recelosos que cada paso que dan o acto que realizan, obedece a cierto programa que tiene un fin previsto. A esta gente es fácil distinguirla, porque posee cierta psicología que la descubre. Los grandes secretos se descubren por pequeños ardides. En este mundo no hay nadie que se escape de ser engañado. Para el más astuto siempre hay otros que lo es más. La escala de los mañosos no tiene fin. Nadie puede decir hasta donde llega o hasta donde puede llegar. La vida de los negocios es ya terriblemente complicada y difícil, que el ardid es cosa común y corriente. Seguramente que sin él se fracasaría. A más ardides, más negocios, más prosperidad. Mas todo… (desgraciadamente). |
lunes, 27 de septiembre de 2010
DEL ARDID
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