Año: 1952
En la apatía no hay insensibilidad. Eso no es posible. Somos naturalmente sensibles en tanto que tenemos vida. Por eso el sabio francés CLAUDIO BERNARD, afirmaba, que el signo más general de ls vida era la sensibilidad… No sentir nada es un absurdo, pues tal cosa equivaldría a la muerte. El estado natural es un estado de sentimiento, un estado que no nos permite dejar de sentir. La apatía es resultado de la indiferencia que se siente por mucha cosas, por la sencilla razón de que no es posible que todo pueda gustarnos o atraernos. Es otra de las diversas fases del fenómeno de la separación. También puede haber apatía por un mal funcionamiento orgánico, por pereza constante o momentánea, por no conceder importancia a la cosa, etc., etc. La apatía absoluta no existe sino en determinados dementes o en enfermos a un paso de la muerte. La apatía depende del grado de interés que las cosas puedan tener para uno. Y aquí una gran verdad que merece reflexión; la apatía, como todas las cosas del ser humano, regula las actividades y la vida misma.
La mayor parte de los fracasos en los negocios se deben esencialmente a la apatía. Ella debilita la voluntad, rehúye las dificultades propias de toda actividad, se acomoda con la pereza y destruye todo estímulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario