Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952
ANTIGUO es lo que existió hace mucho tiempo. Es también lo que sucedió o existió en tiempos remotos. Este vocablo en lenguaje artístico las obras griegas y romanas, de los buenos tiempos en escultura, pintura y arquitectura. Indica también lo bello y lo clásico del arte en la antigüedad. Fueron los italianos los que a principios del siglo XV, se aficionaron por el estudio de lo antiguo, iniciándose estos en Roma, en las grandes excavaciones que ahí se hicieron, y en donde infinitas estatuas, bajorrelieves, etc., fueron descubiertas. Los estudios relativos se extendieron por todo el mundo, y a través de de los últimos siglos, hasta alcanzar el grado de perfección actual. Infinidad de hombres se han especializado en la materia, y constantemente aportan nuevos datos y nuevas luces sobre el particular. Lo antiguo es la base de toda educación artística, y por tal motivo su estudio forzosamente figura en todas las escuelas de bellas artes del mundo. En verdad, resulta inexplicable que toda la más extraordinaria y maravillosa producción de arte greco-romano, de los buenos tiempos, haya sido abandonada, destruida y abandonada por la gente de su época, al grado de desaparecer enterradas en cualquier parte. (Según investigaciones sobre el particular, la culpa de toda esta bárbara destrucción se debe a la presión e influencia que cierta organización religiosa desarrolló intensamente en el curso de la primera mitad de la era actual, con el fin de borrar hasta el último vestigio y noticia de los dioses paganos de la antigüedad. Para esta religión era más importante la imposición de sus ideas, que todo arte habido y por haber.) Gracias al tesón y perseverancia de los hombres posteriores a esas épocas de barbarie, la humanidad ha podido recoger y salvar lo mejor que en el arte escultórico se ha creado. ¡Por lo menos esa es la creencia! Quizás en el fondo de los mares o enterradas por ahí en cualquier parte, existan grandes maravillas de las que nunca sabremos…
ACERCA de lo anterior, he aquí algunos datos interesantes:
El Apolo de Belvedere, fue descubierto cerca del Cabo Ancio, en los últimos años del Siglo XV.
El Tíber (del Louvre) en Roma, por la misma época que el anterior.
El Grupo de Laocoonte, en las termas de Tito, en el año 1506.
El Nilo, (del Vaticano) en Roma, en el sitio que ocupaba el antiguo templo de Isis y Serapis.
El Mercurio, en el Monte Equilno, en el año 1540.
El Hércules Descansando, en las Termas de Caracalla, también en el año 1540.
El Marsias, en Roma, en el año 1586.
La Niobe, el Sileno, Baco y el Discóbolo, en Roma, a fines del Siglo XVI.
La Venus de Milo, en Milo, el año de 1820.
La razón del por qué la humanidad siempre ha tenido respeto y admiración por lo antiguo, es debido a que ella misma es su producto, es porque cuando nosotros abrimos los ojos y nos damos cuenta, ya venimos de atrás, en una sucesión ininterrumpida. ¿De dónde tomar experiencias? ¿De dónde copiar? ¿De dónde basarnos para crear? Todo lo que sabemos, todo lo que estudiamos, todo, absolutamente todo, viene de atrás…
AMA lo antiguo. En ese amor encontrarás una fuente inagotable de gratas emociones estéticas y exquisitos gustos. En su estudio podrás hacer observaciones muy útiles e interesantes que seguramente te maravillarán.
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