domingo, 10 de octubre de 2010

DE LAS ASPIRACIONES



Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952







Ten muchas aspiraciones, y n te detengas por nada en alcanzarlas. Thoreau. Decía:--"¿Has oído hablar de alguien que haya tratado de alcanzar un objeto sin logarlo, poniendo en ello toda su fe?... Si un hombre aspira, ¿no se eleva por ese solo hecho? ¿Ha tratado alguna vez un hombre de ser heroico, magnánimo, sincero, etc., sin encontrar ventaja en ello y únicamente como vana tentativa?..."





Aspiremos a lo mejor y luchemos por alcanzarlo. En el peor de los casos mucho habremos ganado.





Hay que desear estar las cosas cuando se tiene una base para ello. Desear por desear es cosa de simples.





Los deseos deben estar sujetos al sentido común.






DEL ASOMBRO



Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952









Afortunadamente tenemos muchas cosas de que asombrarnos. El asombro es algo así como la sal de la vida.





No vive quien de nada se asombra.….





El asombro es consecuencia de la ignorancia. Nos asombra lo que ignoramos.





La vida nos la pasamos de asombro en asombro. Es cosa de nunca acabar. La gente nos da mil motivos para ello…














DE LA ASIDUIDAD Y EL ASEDIO



Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



En la asiduidad existe cierto fenómeno que consiste en que lo mismo se practica con voluntad que sin ella. Hay voluntad cuando se requiere de un esfuerzo, como en la mayor parte de las cosas que diariamente se hacen por costumbre.



La asiduidad puesta al servicio de las grandes causas es una noble virtud.



Busca interesarte en alguna cosa buena y por en ella toda tu asiduidad.



El interés en conseguir algo es lo que provoca el asedio.



No hay que complicarle la vida a nadie, asediándole o importunándole.



La constancia siempre rinde óptimos frutos, naturalmente cuando se pone al servicio de una buena causa.



Importunar es molestar. Con nadie debe uno hacerlo.




lunes, 4 de octubre de 2010

DE LA ARTIMAÑA

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952





La buena fe siempre triunfa sobre la artimaña.




La artimaña no es necesaria en el trato común y corriente. Usar de ella es usar las formas engañosas, presentando las cosas de diferente manera de cómo realmente son. Es el reverso del trato claro. Que se deriva de un proceder recto.





Desconfiemos de todos aquellos que oficiosamente se nos acerquen. Nada bueno puede traernos.





Huyamos de lo fácil y de las pequeñas ventajas. Procediendo así nos evitaremos muchas cosas desagradables y molestas.





DESCONFIA… y generalmente acertarás.








DEL ARTE DE VIVIR

Por: José Tamborrel Suárez
Año: 1952



En el arte de vivir, no está comprendido:


a.- mentir.


b.- exagerar.


c.- asegurar lo que no consta.


d.- hablar de lo que no se sabe o no se entiende.


e.- murmurar de los demás.


f.- molestarse por detalles sin importancia.


g.- hablar de religión.


h.- comer con exceso.


i.- ser impuntual


j.- hablar vulgaridades.


K.- contar chistes de mal gusto.


l.- hablar en publico sin saberlo hacer.


m.- aceptar invitaciones sin corresponderlas.


n.- proceder con tacañería.


Ñ.- abusar de la amistad.


0.- vestir con descuido.


p.- prestar o pedir prestado.


q.- hablar en voz alta en lugares públicos.


r.- buscar pequeñas ventajas.


rr.- vanagloriarse.


s.- exhibirse… (Valer y pasar inadvertido).


t.- jurar.


u.- curiosear con impertinencia.


v.- galantear.


w.- exagerar la cortesía.


x.- adular.


y.- ambicionar sin medida.


z.- Decir una cosa y hacer otra.



Vivir en el pasado equivale a inutilizar el presente.



Para poder vivir bien es necesario que hagamos las cosas completas. Nada hagamos a medias… Nuestras tareas completas… Nuestras diversiones y pasatiempos también completos… ¡Todo completo!



Si la vida no se ve en conjunto, es posible que la perdamos complicados en una serie de cosas sin importancia. A la vida hay que verla desde arriba para poderla apreciar, para poderse dar cuenta de lo que es, de lo que vale, de lo que nos puede dar… y de lo que nosotros podemos ofrecerle. Debemos sacudir las trabas, hacer varios planes…. ¡y vivir!



Ya que no podemos dominar muchos de nuestros impulsos naturales, por lo menos debemos procurar atenuarlos.



A pesar de todo, ¡y esto quiere decir mucho!, no existe un pueblo en el mundo que entienda más del arte de vivir, que el pueblo chino.



Nada más delicado y simpático que el buen humor francés. En sus chistes hay malicia y gracia; pero al mismo tiempo enseñanza e ironía. La crudeza es casi desconocida en ellos.



Hay que saber para poder vivir, y conocer para poder actuar. La vida debe encausarse de acuerdo con la cabeza y el corazón. Saber distinguir lo bueno de lo malo; lo útil, de lo inútil; lo serio, de lo trivial; lo necesario, de lo superfluo; de lo sensato, de lo que no lo es… ¡y así por el estilo!



L ´presente debe vivirse lo más ampliamente posible, sin privaciones tontas ni rígidas disciplinas. Lo más suave y tranquilo que las circunstancias lo permitan; pero pensando en el mañana… ¡con la vista puesta en el mañana!



Se debe vivir de acuerdo con la realidad, haciendo caso omiso de esas fuerzas contrarias que son los prejuicios, los cuales solamente tienden a mortificar el espíritu y dificultar la vida.



RECUERDA: te aquejan muchas penas; pero tu no las tomas en consideración, pensando que comparadas con los muchos bienes de que gozas no son nada.



Si no quieres fallar, cuando veas que la gente va por un lado, ¡vete por el otro!



¡He aquí uno de los muchos secretos del arte de vivir! Ni abusar de nada, ni privarse de nada.



A nadie debe negarse un pequeño favor o un pequeño placer. De una insignificancia pueden depender muchas cosas…



El presente es siempre una ruta que el futuro divide en muchas. El secreto consiste en preverlas o en adivinarlas,



Hay persones que tienen el don de decir o hacer las cosas con oportunidad. Esto causa en ellas un magnifico equilibrio, que inteligentemente considerado puede llevarlas muy lejos.











viernes, 1 de octubre de 2010

DEL ARREPENTIMIENTO

Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Cuando el arrepentimiento llega, ya es tarde para evitarlo…



El arrepentimiento es el pesar de haber hecho una cosa, que lo mismo puede ser buena que mala. Es una contracción natural del espíritu para descargar la pena que lo embarga o la contrariedad que lo molesta. Arrepentimiento o remordimiento son dos sentimientos diferentes, aunque sumamente parecidos.



El arrepentimiento se forma también con la repercusión de actos cometidos, con los cuales no existe conformidad… Cuando el ser humano es sereno y medita sus actos antes de realizarlos, obrando con sentido común, es difícil que se vea en el caso de arrepentirse de algo.



¡Yo si que soy desdichado,


que peco y no me arrepiento!



(De Campoamor).



En todos nuestros actos debemos proceder con juicio, para no tener que arrepentirnos después y sufrir la angustia de esto.








DE LA ARQUITECTURA


Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Arquitectura es el arte de proyectar y construir edificios. Es un arte fundado en las teorías de la física, que se rige con sus concepciones por la estética. Es un arte, que además de bello es útil, y que se considera como el modelo de todos. En la arquitectura no se limita a la naturaleza, sino que se realiza de acuerdo con determinados principios hábilmente interpretados, para crear lo que la naturaleza no nos concedió y que tan indispensable es para la vida y las necesidades del ser humano. La arquitectura desempeña una misión exclusivamente artística, y la ingeniería una misión científica. Esta división antiguamente no existía, y en verdad no debería haberla, ya que las bases y principios de la arquitectura se encuentran precisamente en el conocimiento y combinación de las fuerzas naturales. Son muchos los tipos de arquitectura que existen, siendo la principales: la civil, militar, hidráulica, urbana, rural, domestica…



¿Sera posible que todavía no haya habido un ingeniero, arquitecto o decorador a quien se le haya ocurrido ocultar convenientemente las antiestéticas tazas de los W.C.?



Existe la creencia de que las casas actuales, están tan bien hechas, cómodas y prácticas que difícilmente las generaciones futuras podrían mejorarlas… Por mi parte pienso que aun estamos muy lejos del tipo de casa ideal.



DE LA ARMONÍA


Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Una armonía perfecta rige hasta en la cosa más insignificante del Cosmos Infinito. Así, el que comete una acción contraria al bien o a la razón, de hecho está desarmonizado… y esa desarmonización acarreara, sin el menor lugar a duda, las consecuencias correspondientes a su acción.



Siendo el Ser Humano uno de los mejores exponentes de la Armonía Universal, es natural que sienta hacia ella una fuerte inclinación, y en todos sus actos trate siempre de encontrarla… (El Ser Humano todo lo trata de armonizar de acuerdo con su capacidad e ideas).



Atentar es desarmonizar. El que desarmoniza forzosamente tiene que sufrir las consecuencias grandes o pequeñas, según haya sido su acción.



Querer vivir en sociedad y obrar como si no se viviera y se formara parte de ella es un contrasentido.



El equilibrio se establece con la disparidad y antagonismo de las cosas. Es como la armonía en la música, que se crea con el conjunto de diversos sonidos. En la mayor parte de las cosas hay que buscar los contrastes para poder establecer el equilibrio o la armonía.



Armonía llama armonía…



Uno de los mejores secretos para la vida venturosa, es saber armonizar todo lo que es de uno.



La armonía nace del concurso de dos o más efectos, sean estos cuales fueren, no pidiendo existir en uno solo. Sin la armonía no es posible la existencia de nada. Ella constituye la base de todo.



Armonía quiere decir justa proporción, que es lo que hay que tratar de buscar en todo: en nuestras relaciones con los demás, en nuestros tratos, en nuestras cosas en general.



Hija predilecta del espíritu es la armonía.



Armonía es tranquilidad, es belleza, es dulzura…







DE LA ARISTOCRACIA


Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Aristocracia quiere decir gobierno en el que solamente las personas más notables del Estado. Clase noble de una nación y clase que sobresale de entre las demás de una misma especie por alguna circunstancia, como cuando SE DICE: ARISTOCRACIA DEL SABER, DEL DINERO, DEL DINERO, ETC. Etimológicamente considerada la palabra aristocracia, quiere decir gobierno de los mejores. Existen aristocracias hereditarias, indeocráticas, senatoriales, hierocracias, militares, territoriales y plutocráticas, basadas respectivamente en los vínculos de la sangre, el talento, el respeto a una edad avanzada, el el predominio del sacerdocio, en el poder de la fuerza armada o el influjo de la riqueza; pero con mas frecuencia se aplica este nombre a la clase social constituida por el nacimiento en estado de privilegio. El fundamento mas antiguo de la jerarquía de la clase social ha sido el relativo a la herencia, que se impuso por las circunstancias, tratando de justificarse por el parecido entre padres e hijos, considerándose que al recibir de los padres una educación análoga a la de ellos, forzosamente habría una semejanza en sus facultades, carácter, personalidad, cultura, etc., heredando, asimismo, el concepto del honor de la familia y el apego a las tradiciones. Pero con el tiempo se ha visto que es un error, puesto que los hijos raramente heredan las virtudes, talento y laboriosidad de sus padres, ni tampoco el concepto de honor y dignidad de aquellos. Los individuos llevan el nombre de otros a quienes sucedieron; pero esto no quiere decir que procedan de una raza homogénea, sino de muchas que se han unido sucesivamente, siendo una mera ficción el que en las genealogías se considere solamente la cadena de la paternidad, y es justamente de esta ficción, que tan a las claras se comprende, de donde se basa en derecho la aristocracia. En esta clase no existe equidad pues el linaje de la madre no se toma en consideración, concentrándose en el hombre, y oponiéndose en la emancipación e igualdad de la mujer. Existe también algo que repugna con la equidad y la razón, y es que al primogénito se le concede todo, aunque carezca de virtudes y en nada se parezca al autor de sus días, estableciéndose así una peligrosa diferencia entre hermanos. La sociedad actual desea que cada quien sea juzgado y considerado según sus propios merecimientos.



La única aristocracia digna de respeto es la del talento.



Hasta cierto punto es natural que la mayor parte de los aristócratas sean brutos. No puede ser de otra manera si se considera el complejo de superioridad que sufren.



La Naturaleza no ha establecido diferencias en el ser humano. Para Ella todos nacemos y morimos en idéntica forma.



Por lo general, los verdaderos aristócratas no son antipáticos. Pero los que sí lo resultan y mucho, son los que se lo creen sin serlo, los eternos advenedizos, los que buscan alianza para lograrlo, los que compran títulos…









DEL ARGUMENTO


Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952









El argumento es el razonamiento que se emplea para demostrar una proposición, o para convencer de aquello que se afirma o se niega. Todo argumento consta forzosamente de un antecedente, del cual proviene la fuerza del argumento, y de un consiguiente que es la ultima proposición, en la cual de fija la verdad que se propone demostrar. Puede decirse que el argumento es un nexo que se establece entre el antecedente y el consecuente, tratando de establecer su conexión. No se debe argumentar sin orden. La argumentación debe partir del antecedente y tratar de llegar al consecuente, por medio de una serie de juicios encadenados. Argumentar si orden es no querer llegar a ninguna conclusión o convencimiento. No creo por demás decir que la cólera, el sarcasmo, la ironía, las voces fuertes, etc., jamás han sido argumentos.



Argumenta con tranquilidad y nunca contra la razón.



Basta que una gente sea indecisa, para que inmediatamente fluyan a su mente muchos argumentos en pro y en contra, todo lo cual constituye a complicar las cosas y a disfrutar una sensata resolución.



Argumentar sin conocimiento, argumentar sin lógica, argumentar por argumentar. He ahílo que vemos en todas partes… (¿En el cine?)





lunes, 27 de septiembre de 2010

DEL ARDID






Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952



El ardid es una de tantas muestras de la seguridad humana. El ardid, inteligentemente entendido, es muy útil y necesario, pues facilita el esclarecimiento de dudas, problemas, etc. Ayuda a conocer a la gente con quien tiene uno trato. El ardid puede ser fraguado lo mismo para un bien, que para un mal. Es un ´plan astuto, grande o pequeño, que el ingenio forja con determinado fin. Existen individuos tan recelosos que cada paso que dan o acto que realizan, obedece a cierto programa que tiene un fin previsto. A esta gente es fácil distinguirla, porque posee cierta psicología que la descubre.


Los grandes secretos se descubren por pequeños ardides.



En este mundo no hay nadie que se escape de ser engañado. Para el más astuto siempre hay otros que lo es más.



La escala de los mañosos no tiene fin. Nadie puede decir hasta donde llega o hasta donde puede llegar.



La vida de los negocios es ya terriblemente complicada y difícil, que el ardid es cosa común y corriente. Seguramente que sin él se fracasaría. A más ardides, más negocios, más prosperidad. Mas todo… (desgraciadamente).




Del árbol






Por: José Tamborrel Suárez


Año: 1952



Somos tan ignorantes que no obstante que sabemos todo lo que significa el árbol, sin cesar lo destruimos… Cada golpe de hacha a un árbol, es un golpe a las fuerzas vitales de la patria.


Cuando por fin hayamos destruido la totalidad de los arboles, nos habremos destruido nosotros también.



El día que el hombre aprenda a considerar al árbol como a su mejor amigo, se día se iniciará sin duda una gran era de prosperidad y bienestar en el mundo. Ese día volverá el buen clima a todas partes… La salud, la alegría, la abundancia…



¿Hasta cuando el ser humano le dará su ligar al árbol?



Es un deber amparar los arboles, fuente de belleza y de vida.



Jamás he conocido el caso de un desmontador (desforestador) a quien le haya lucido el dinero adquirido con tan infame comercio… Tal parece que el que proviene de tala de arboles estuviese maldito…



Una de las peores formas de sangrar a un pueblo, es destruyendo sus riquezas forestales.



Talar arboles equivale a robar la riqueza y bienestar de los pueblos.



México, solamente podrá salvarse de la ruina que lo espera, por lo que a las consecuencias de la desforestación se refiere, si su gobierno, real y sinceramente se preocupa del problema y dicta enérgicas medidas. Humildemente, yo me permitiría sugerir algunas de ellas tendiente a ese fin.



1. Exención de los impuestos a las fábricas de estufas de gas.



2. Exención de derechos de importación a todas las materias primas destinadas a la fabricación de estufas de gas, petróleo y eléctricas.



3. El flete más bajo de ferrocarril, autotransporte, avión, etc., para el manejo de estas estufas.



4. Las máximas facilidades y garantías a las empresas introductoras de gas a las ciudades del país.



5. Las más bajas tarifas de consumo eléctrico, cuando este fluido esté destinado a estufas eléctricas.



6. Gestionar que en el presupuesto de egresos exista una importante Partida anual, para la venta de estufas al pueblo, a precios sumamente bajos.



7. Crear una escuela de guardias forestales que tuviera cierta analogía con la "Real Policía" del Canadá, que tan magníficos resultados ha dado.



8. Castigar con severidad extraordinaria u nunca vista a los que en una u otra forma destruyan el árbol.



9. Reducir el precio del gas por lo menos con un 50% del valor que actualmente tienen.



10. Por todos los medios posibles dar a conocer al pueblo la enorme importancia que el árbol tiene.



11. Decretar la libre importación de madera extranjera, concediendo además un razonable subsidio a los importadores.



12. Prohibir la exportación de toda clase de maderas.



13. Conceder un descuento del 50& en los fletes, para la madera importada.



14. Después, por medio de una Ley Federal, la obligación por parte de todas las autoridades del país, de establecer en cada municipio un vivero forestal, de acuerdo con la flora de la región.



15. Decretar la prohibición absoluta de usar carbón como combustible. Para el efecto, conceder un plazo de tres meses, para la desaparición de los antiguos braceros de las casas.



16. Prohibir el uso de la madera en las llamadas cimbras, en las construcciones de casas.



17. Considerar el uso del durmiente de acero o de cemento armado, en lugar del de madera, que tan impráctico y costoso resulta, y que ya está fuera del momento actual.



18. Prohibir el uso del poste de madera. (Ya no hay ninguna razón para que estos no sean de cemento armado)



19. Por razones de salud publica y beneficio de la patria, prohibir el uso del llamado "Árbol de Navidad2 (La costumbre es hermosa; pero los perjuicios que causan a nuestros bosques anualmente, es enorme… ¡Más vale privarse de ese gusto!...)



Haz poblados que se crean con el exclusivo objeto de desforestar una región. Desgraciadamente el problema a nadie le interesa…



Así como se perpetúan los nombres de los héroes, grandes hombres, etc., así también deberían perpetuarse los de los bribones que desforestan los países, sumiéndolos en la miseria. MALDITOS SEAN









jueves, 23 de septiembre de 2010

Del apresuramiento





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



EL apresuramiento es la consecuencia del deseo de llegar más pronto o de realizar alguna cosa en menos tiempo. La gente dinámica gusta de unir el pensamiento a la acción, provocando así el apresuramiento en los actos. Su pensamiento traduce inmediatamente la imagen del hecho, imagen que una vez registrada en la mente exige verse materializada.



El apresuramiento hace fracasar la calidad y condición e las cosas.



Apresúrate a realizar el bien que hayas pensado. No lo dejes para después, porque quizá para entonces ya no lo puedas hacer y de nada te servirá haber pensado como pensaste.



También apresúrate a dominar tus pasiones y apetitos, a conocerte, a ser bueno y servir a tus semejantes.



Es un hecho que el noventa y cinco por ciento de las cosas que se hacen apresuradamente no salen bien. La prontitud exagerada siempre es un perjuicio de lo que se hace. Todo requiere de determinado tiempo para realizarse. Esto no quiere decir que las cosas no deben o no puedan hacerse con prontitud; pero no con apresuramiento. El apresuramiento proviene de una necesidad que puede ser real o ficticia: necesidad: necesidad de terminar un trabajo, liquidar una cuenta, llegar pronto, etc. La costumbre de apremiar a los que trabajan para nosotros es muy común: apremiamos al conductor del coche para que nos lleve más aprisa; al carpintero, para que nos entregue los muebles más pronto; al lavadero, para que la ropa quede más limpia; al jardinero, para que pode nuestros rosales… El apresuramiento, como la mayor parte de las cosas del ser humano es muy clásico y presenta varios aspectos… Debe ser inteligentemente empleado, tanto en las necesidades verdaderas, como en las demás. Usado como regla es fatal.



Apresurémonos a realizar las cosas; pero no las hagamos precipitadamente.



La batalla diaria se gana mejor con sentido común que con apresuramientos.



Apresurarse en política suele dar malos resultados. En ese terreno hay que proceder con calma, así a veces parezca que no…



Apresuremos nuestras cosas; pero sin exagerar.



Procedamos con orden, no con precipitación.











De la apología





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



APOLOGÏA es discurso de palabras o por escrito, en defensa o alabanza de personas o cosas. En la actualidad esto ha degenerado tanto, que puede asegurarse que de cada mil apologías que se hacen, una si acaso, será sincera o merecida. Las demás son interesadas, ridículas y generalmente divertidas… El camino fácil del elogio mutuo impera en todas partes. Unos y otros se hacen sendas apologías y se elevan como globos inflados de aire. ¡Cómo mueven a risa esos torneos teatrales de alabanzas mutuas!... ¡Se dicen tales cosas, que hay veces llegan al delirio!... No es honrado quien dice lo que no piensa. Jamás se debe aceptar hacer la apología de quien no se lo merezca. Hacerlo implica una baja complicidad y falta de respeto a si mismo… En cambio, hacerla por un hombre honrado y que se la merezca, es una satisfacción que cabe hasta disputarse.



Hacer una justa apología es cosa grata.



Que tu silencia desapruebe la apología interesada o inmerecida.



Las apologías que sueles hacer los políticos son más falsas que los juramentos de inocencia de un bribón.







Del aplauso





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



NO busques aplausos… Trabaja y deja hablar…



Sentirse aplaudido por alguna acción de mérito es algo que desconcierta, pues precisamente quien es capaz de realizar algo así es porque vale, y al que vale le molestan esas manifestaciones que juzga no merecer.



El aplauso es sencillamente un rumor.



El hombre sensato, jamás aplaude por aplaudir… (Ojo, Leones y Rotarios).



Cuando se aprende a conocer los deberes que se tienen para con nuestros semejantes, los homenajes no se pueden considerar sino como algo inmerecido.



Los hombres de mérito detestan el aplauso.



Aplauso es la acción de aplaudir o sea palmotear en señal de aprobación o entusiasmo. También aplaudir es celebrar o elogiar con palabras u otras demostraciones a personas y cosas. En la actualidad, el plazo se prodiga tanto a gentes sin mérito y a cosas sin importancia, que ya ninguno lo toma en consideración. La mayor parte de los aplausos que se conceden en los actos públicos o sociales, son por cortesía y a veces por entusiasmo momentáneo que inmediatamente se olvida… Existen individuos a quienes les gusta verse aplaudido constantemente y para ello no pierden oportunidad. Generalmente, conocen la calidad de público que tienen por delante, y buscan los efectos que saben producirán entusiasmo y aprobación… ¡y naturalmente aplausos!... La cultura que esta clase de individuos representa poseer, ¡y quizá posean!, ase desdice mucho por esa preocupación y ese deseo constante de lucir sus habilidades oratorias ¡venga o no al caso! ZAMACOIS, el fino escritor español, refiriéndose a la manía de hablar para conseguir aplausos, comentaba: ---"Que había individuos que apenas veían a ocho o diez personas reunidas, ya se creían obligados a decir algo"… ¡y a decirlo de pie!... ¡que era lo peor!... Bodas, bautizos, confirmaciones, descubrimientos de estatuas o lapidas, inauguraciones de carreteras, puentes, banquetes literarios, entierros, etc., todo servía de pretexto a los devotos de la oratoria para tomar la palabra y fastidiar a la concurrencia"… Por cierto, no hace mucho tiempo, un periodista norteamericano realizo una interesante encuesta entre los principales hombres de ciencia del mundo, para saber si hablan sido aplaudidos alguna vez… El resultado fue que la mayor parte de ellos no solamente no conocían el aplauso, sino que confesaron que por regla general en todas partes pasaban completamente inadvertidos.



El agasajo sincero es una exteriorización del sentimiento amistoso. Se agasaja para testimoniar ese sentimiento. El agasajo sincero ha degenerado mucho, sobre todo en los últimos tiempos… Ahora se hace por compromiso, interés, vanidad, conveniencia, etc. Los acercamientos que se producen en estas condiciones resultan tan superficiales como falsos. (¡Dios libre a uno de aceptar un agasajo en estos tiempos!)


















Del apetito





Por: José Tamborrel Suárez



Año: 1952



Desde el punto de vista de la fisiología y la patología, apetito es la sensación interna que advierte la necesidad de ejercer determinadas funciones, especialmente las de generación y la digestión. A la primera se le denomina apetito genésico; y a la segunda, simplemente apetito. No se debe confundir el hambre con el apetito, pues se trata de dos cosas diferentes, ya que el apetito distingue los alimentos; prefiriendo unos a otros, en tanto que el hambre no se fija en que sean tales o cuales… es simplemente la necesidad de comer. Los individuos que llegan a cierta edad, suelen comer bastante sin tener apetito. Este es uno de los fenómenos de la decadencia de las funciones cerebrales, que al faltarles, dejan en libertad a los instintos inferiores… El trabajo cerebral excesivo y la mayor parte de las de las pasiones, sobre todo las concéntricas, disminuyen el apetito. En cambio, el aire libre, el ejercicio y el buen estado de ánimo lo despiertan y lo avivan…



La racionalidad debe imponerse a los apetitos. A mayor animalidad, mayores apetitos.



SAMANIEGO, dijo:



¡El apetito es ciego



A cuántos precipita!



Los animales ni disimulan bi controlan sus apetitos. (La mayoría de los hombres tampoco).













De los apellidos y de los apodos









Por: José Tamborrel Suárez




Año: 1952




Fue hasta principios del Siglo XI, cundo los apellidos comenzaron a usarse con regularidad. Cada quien tomó el suyo como les vino en gana. Los nobles, los tomaron de sus feudos o de sus comarcas; la gente común y corriente de sus oficios, defectos, color de su tez o de su pelo; de los lugares donde nacieron, de las flores, las plantas, los frutos; de las herramientas de trabajo, de sus cargos, apodos, etc., etc. Las legislaciones de la mayor parte del mundo, no permiten se alteren o cambien los apellidos que corresponden a cada familia por el troco de donde descienden, pues esa práctica presenta a la sociedad actual gravísimos inconvenientes, fáciles de comprender. Nada mejor que cada quien lleve su nombre, por el cual pueda ser llamado y reconocido… y, nada más natural que siendo que siendo algo tan único y especial, y sobre todo, tan de uno, quiera para él lo mejor en respeto y consideraciones. De ahí la preocupación en la gente que se estima, de velar por el nombre que lleva. Justamente, el sentimiento del honor nace de este principio, y ambos: apellido y honor marchan juntos por indisolubles lazos.





Más valer… y menos apellidos.





Cualquier apellido es bueno, con tal de que sea honrado.





La única forma de cuidar el honor y el prestigio de un hombre, es poseyendo lo que se trata de proteger.





Trata siempre de llevar un apellido honrado. Hay en ello una grandísima satisfacción, y conveniencias incalculables.





El buen nombre no tiene precio.





Existe una regla: gente que se firma con muchos nombres y apellidos, vale poco.





Apodo es el nombre que suele darse a las personas, tomando de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia. La gente decente no pone apodos a nadie, ya que eso constituye una burla, y ella, por lo menos así se entiende, no es capaz de burlarse de alguien… Por otra parte, el que pone un apodo queda sujeto a la misma condición, exponiéndose a que a él también le pongan uno… Lo mejor es respetar a todos, llamándolos por su nombre… y no familiarizándose con nadie.





Los apoditos que se ponen las "niñas de sociedad" son terriblemente cursis. Ejemplos: "la Breba", "Chepepona", "Pita", "La Malicha"…





Si cuidamos nuestro apellido, nos cuidamos de todo… de absolutamente todo.