miércoles, 23 de mayo de 2012

DE LA CONFORMIDAD

Por: José Tamborrel Suárez

Año: 1952

Vivamos conformes. Los males que nos aquejan son muchos sin dudar; pero los bienes que disfrutamos son siempre infinitamente más.

El mayor inconveniente de conocer lo bueno, es que fácilmente se vuelve uno descontentadizo. Por eso, cuando se tiene la suerte de conocer lo bueno, hay que prepararse para lo conformidad en todo… aun para las más adversas…

Como no es fácil que todo nos contente, procuremos andar siempre en la grata compañía de la conformidad.

La conformidad es un don maravilloso. Sin duda uno de los mejores que la vida concede.

Pérdida es la carencia o privación de lo que se poseía. También es daño o menosprecio que se recibe en una cosa. Ininterrumpidamente perdemos: ilusiones, costumbres, recuerdos, relaciones, juventud, etc., etc. Nuestro camino está sembrado de pérdidas de toda índole. Hay pérdidas que nos abruman, pérdidas que nos alegran, que nos liberan, que nos hacen felices… ¡en fin, de toso! Tenemos fe en los designios de la vida, conformándonos con cuanto nos suceda, así nos parezca lo peor o pensemos es inmerecido. Muchas veces lamentamos pérdidas que más tarde comprobamos nos beneficiaron… Pensemos que hemos nacido sin nada absolutamente y, que, por lo tanto, si algo perdemos en realidad no es tal…









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